Un santuario de la pizza y mucho más en Barcarrota, el coqueto pueblo de Alberto Contador y puente hacia Florida gracias a Hernando de Soto (agosto de 2009) (mayo de 2014)


Barcarrota. Ubicación geográfica de esta históricamente densa población de la provincia de Badajoz ubicada en la ruta desde Badajoz a Huelva por Jerez de los Caballeros. De hecho Jerez está bien cerca, apenas un par de decenas de kilómetros de estética carretera. El nombre de Barcarrota podría derivar de "Albarca rota" tras haber perdido un "Villanueva de...", algo más factible en campos adehesados y asierrados ricos en dólmenes que una referencia acuática. El mar queda lejos y de ríos o lagos de caudal majo la cosa anda más bien escasa... y el embalse es una cuestión reciente. Barcarrota, sede de un marquesado hoy en día en poder de la casa de Alba, es un pueblo pionero en España en dedicarle una escultura a un conquistador, algo que hizo nada menos que en 1866 con Hernando de Soto; sin embargo el nacimiento de éste no está claro. De raíces más cercanas, aunque indirectas por eso de ser hijo de emigrantes, también está el ciclista Alberto Contador. Barcarrota es tierra de mitos, ritos y leyendas, circunvalado por añejísimos dólmentes y menhires, poseedor de cruces que evocan sacrificios mortales por amor en plan Romeo y Julieta, custodio durante siglos de una valiosísima colección de libros emparedados durante siglos para esquivar el celo de la Inquisición... Un pueblo que en otro tiempo fue cabeza defensiva de la frontera con Portugal, previamente a la anexión de Olivenza y todo su enclave; y que, siglos después, y gracias a un vecino que participó en un reality, Fran García, ganó más notoriedad mediática por acoger una gala en vivo que por el hallazgo años atrás de una edición desconocida de El Lazarillo . [Mapas VíaMichelin].

Barcarrota. El escudo de este gran pueblo extremeño de casi 4.000 habitantes que nos evoca mucho a un pueblo portugués del Alentejo... Incluso por ese jaquelado azul y oro (que aquí no se percibe porque está grabado en una pieza metálica) de su zona central.

La ascendente calle Progreso, que comienza/acaba con una curva para mutar en la BA-320 que comunica Barcarrota con Zafra y nos introduce en la parte norte de la Comarca Sierra Suroeste. Barcarrota, no. Siendo zona de transición, con algunas sierras vecinas, Barcarrota forma parte de la Comarca Llanos de Olivenza.



Espacio urbano conocido de toda la vida como El muelle. Ahora "acerizado" y "aplazado", era una zona de aparcamientos aprovechada por la terracita del Bar Sevilla y que también ejercía de parada de los buses Leda, fundamentalmente extremeños, y Damas, más andaluces. Aunque todavía se puede escuchar a gente que dice que va a coger la Estellesa, aunque la ruta sea de otra compañía. El motivo es histórico: la empresa navarra explotó rutas en Badajoz y Sevilla.

Otro bar de Barcarrota: el Peca.

Calle Progreso, casi en El Muelle. Cruce de caminos marcado por la vieja carretera Badajoz-Huelva, hoy toda una avenida.

Fuente del Muelle, tan reciente como que está ahí desde julio de 2010. "En homenaje a todos los barcarroteñ@s que emigraron y siguen manteniendo contacto con su pueblo y también a cuantos han puesto su esfuerzo en beneficio de todos", reza una lapidita cerámica vecina.

Avenida de los conquistadores de Bradenton... Un nombre con resonancias de gran novela o de película de acción. También es conocida simplemente como avenida Bradenton. Esta gran calle, realmente la travesía de la vieja nacional entre Badajoz y Huelva a través de Jerez de los Caballeros y Fregenal de la Sierra, es un homenaje. Barcarrota honra su hermanamiento de decádas con la localidad estadounidense de Bradenton, en Florida. El nombre del pueblo es más moderno en acuñación, pero el lugar de su ubicación fue terreno explorador por Hernando de Soto allá por 1539. El pueblo nacería del punto donde desembarcó Hernando de Soto junto a un importante contigente (600-700 hombres, 24 sacedotes, 220 caballos, una fuerza de ingenieros, artesanos, herreros, granjeros,...). La avenida es la avenida Bradenton desde 1964, con motivo de la segunda visita de los estadounidenses (la primera fue en 1962, todo un anticipo del Bienvenido Mr Marshall, pero más en plan cultural). En Florida se toman muy en serio la memoria de De Soto y organizan anualmente la Semana De Soto Celebration. Una sociedad, "Los conquistadores de Bradenton", recrea la llegada castellana a través de una réplica de la nao San Cristobal. Posiblemente serán las fiestas de inspiración más antigua en una nación tan "moderna" como es Estados Unidos.

... una placa nos recuerda lo "cerca" que pilla Brandeton... Fue instalada durante las jornadas de hermanamiento de junio de 2012, cuando se festejó el 50 aniversario de ese acercamiento cultural amistoso.

Mercado municipal o, como le dicen popularmente en toda la zona a este tipo de instalaciones, "Mercado de Abastos".

Un hombre en bici conversa con un conocido en los alrededores del Mercado de Abastos, en la explanada llamada Llano del latero. Es Barcarrota un pueblo con bastante gusto ciclista y hay que señalar indirectamente tiene todo un ganador de Tour, Giro y Vuelta. Sí, Alberto Contador tiene sus raíces familiares tanto paternas como maternas en esta población. Aquí tiene un monumento y también un club ciclista local organizaba una marcha de bici de montaña con su nombre.

"Vecino" de la plaza de Abastos, en el llamado Llano del latero, esta ferretería es de una tía de Contador... de ahí el nombre. Tiene maillots y posters en el interior.

En los tiempos en los que muchos ayuntamientos se gastan una pasta gansa en monumentos de dudoso gusto estético e interés artístico, digan lo que digan, Barcarrota es otro de esos ejemplos rurales (cada vez más extendidos, gracias a dios) que recoge un "apero" de las labores ganaderas o agrícolas para transformalo en monumento. Algo así como una oda al mundo rural. En este caso, en esta plazoleta junto a la calle Albarracín, vemos las piedras de un molino.

Arquete en la calle Albarracín, justo antes de cruzarse con la calle Monte.

En el casco urbano de Barcarrota no son pocos los vestigios de este tipo que nos encontraremos.

Casas Bajas y calles empedradas. Barcarrota. Calle Monte.

Doble entrada con mucho azulejo en una vivienda de la calle Monte.

Calle Monte.

Vieja casa solariega, también adaptada a los tiempos modernos, que conservan un escudo nobilario en un lateral. Calle Francisco Rubio.

El escudo nobiliario muy bien conservado en la calle Francisco Rubio. La fachada está encalada, pero el ladrillo del lateral confiesa que la edificación tiene unos cuantos añitos ya...

Barcarrota. Plaza de Castelar. Esa suerte de recuadro amarillo que se observa a la derecha es el acceso de toros y toreros de la peculiar plaza de toros de la localidad... ¡Vamos hacia allá!

De camino a la plaza vemos estos muros como de castillo... y la intuición no nos puede fallar. La plaza de toros de Barcarrota, construida en el siglo XIX, una de las más viejas de Extremadura, se asienta sobre el patio de armas del viejo castillo de Barcarrota, del que aprovecha la torre del homenaje y los muros como palco de autoridades y como recinto adicional, respectivamente.

Costumbrismo...

No se aprecia bien pero... no es una rama, es todo un pequeño árbol que surge de las tejas mismas. Curiosísimo.

Antiguo acceso al castillo de Barcarrota y actual acceso a la barrera y al ruedo. Enfrente, toda la zona de toriles, corrales y demás.

Una placa elaborada con varios azulejos recuerda al primer toro que fue anmistiado en esta plaza, Canoso, en septiembre de 2008. Antonio Ferrera, torero extremeño, es el "artífice".

El camino hasta el ruedo...

Una imagen de la virgen, posiblemente la patrona local (Virgen de Soterraño), se encuentra en este acceso al ruedo.

La plaza, arquitectónicamente, es peculiar. Acceso al tendido rústico rústico. Justo al lado del acceso al ruedo.

Una vista, desde la arena del ruedo, del palco de honor, el tendido y la barrera de la plaza de toros de Barcarrota. La torre, por solitaria, impacta. Por este castillo pasaron musulmanes y sobre todo cristianos, fundamentalmente la orden de Alcántara y los condes de Montijo.



Cuadrillas...



Vamos a ver si podemos ganar un poco de perspectiva sobre toda la plaza...

Efecto ojo de pez sobre la plaza de toros de Barcarrota (Badajoz). El llamado castillo de las Siete Torres fue levantado en el siglo XIV y su nombre, seguramente, tenga razones de peso histórico. Pero plaza de toros con su aspecto actual lo es desde 1859.

Corrales, chiqueros y demás instalaciones, vistas desde donde estaría el paseo de adarve de la muralla del castillo, que realmente no es tal cosa ya.

Barcarrota. Al fondo, la sierra de Santa María. Una zona muy muy esparraguera donde se pueden ver con facilidad meloncillos. Incluso familias de meloncillos, con esa forma tan graciosa de andar en fila...



Las dehesas camino de Jerez de los Caballeros, a una veintena de kilómetros al otro lado de esa serranía donde se asientan Los Valles: Valle de Santa Ana y Valle de Matamoros. Hace años ese tramo de la nacional era demencial.

Añadámosle al conjunto la del homenaje del castillo de las Siete Torres.

Esta es la rampa empedrada, vista desde las murallas, que hay que ascender desde la plaza Castelar para llegar al coso. Existe una puerta de rejas que en ocasiones está cerrada. Pero tenemos entendido que en tal caso basta con comentarlo por el ayuntamiento.

Calle Cava.

Las forma de hacer ventanas en otro tiempo solía repetir este esquema, este diseño y este espíritu. Calle Cava.

Calle Albarracín. Al lorito la "peaso" fachada de esta casa. Casón en toda regla.

Vivienda de una planta y veterana del callejero en la calle Albarracín. Rejería y portada de influencias portuguesas. Portugal, cierta influencia, está muy muy presente en esencia en este pueblo.



Plaza de España, antiguamente plaza de la Constitución y más anteriormente aún plaza Real. De izquierda a derecha: el Casino de Barcarrota y el ayuntamiento. Más en un primer plano, escultura del conquistador Hernando de Soto. En este espacio de la ciudad, en lo que sería una caída de terreno desde la torre del Homenaje del castillo, se extiende una suerte de largo con aires cuadrados. Ante el ayuntamiento, un palacete del siglo XV que recientemente ha recuperado el porticado que tuvo durante siglos, se ha consolidado una plaza interior. Aquí se instalan los escenarios en las fiestas y desde aquí se emitió un especial de un reality show que... que bueno, que vale. La escultura de Hernando de Soto, en mármol de Sintra, es obra del escultor portugués Fortunato da Silva. Erigida en 1866, ahí va un dato muy curioso: esta escultura fue la primera dedicada a un conquistador español en América. En el pedestal puede leerse: "“Al valiente y magnánimo guerrero Hernando de Soto, Conquistador del Perú, Gobernador de Cuba, Adelantado, Capitán Ge­neral y Gobernador de la Florida, la villa de Barcarrota, su patria chica, dedica esta memoria en 1866”. Y también: "Vitacucha, Apalache, Manvila, Chicaba, Alibamo, Capala,Tu­a y Amileo" (batallas en las que participó) y "Diego García, Arias Tinoco, Alonso Romo, Diego Arias, Luis de Soto, Francisco Sebastián, Soto Añez" (compañeros de aventuras de De Soto oriundos también de Barcarrota).

Hernando de Soto. Apreciadísimo, todo un patrón histórico para el sentir popular y la ligazón colectiva de Barcarrota, uno de los captores de Atahualpa, uno de los conquistadores más diligentes y constantes de entre todos, el primer europeo con rango que vio el Mississippi (porque también lo verían los que iban con él, claro) quizá más subterráneo que otros en cuanto a notoriedad. Por mucho aprecio que se le tenga en Barcarrota y hasta bautice un colegio público o un equipo de fútbol (en Memphis, EE UU, lo hace con un puente y existió una marca de automóviles cuyo nombre se inspiró en su apellido), no está nada claro que Hernando de Soto naciera en esta población; algunos documentos apuntan a que nació en Jerez de los Caballeros. En todo caso, sí es seguro que tuvo algún tipo de relación con Barcarrota. El gran mérito de Hernando de Soto fue su expedición a la Florida y su gran campaña de incursión por Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee, Alabama...

Casino de Barcarrota. Un edificio de estilo colonial. Finales del siglo XIX.

Vista de la torre del Homenaje del castillo desde la plaza de España. Nótese que el mejor vestigio de la fortaleza medieval ha sido coronado con una especie de remate de espadaña en el que se ha instalado un reloj.

Arco Real. Acceso a la plaza de España desde las plazas de Santiago y la Virgen.

Desde el arco Real desciende la calle Doctor Terrón.

Detalle creyente al otro lado del arco... Y así se disimulan en estas tierras los cableados.

Travesía Correos.

Cornisa ornamentada en una vivienda de la calle Doctor Terrón. Estamos allí donde en otro tiempo se extendía la antigua judería de Barcarrota.

Pavimento de otro tiempo...

Al final de la calle Cruces, el arco de Santiago. Antesala de la plaza del mismo nombre donde posteriormente volveremos a pasar para profundizar en sus vistas...

El arco de Santiago, desde la calle Leredo.

"El barcarrotero es hombre duro y gentil, tenaz y avisado. De todas las cualidades tiene renombre por la comarca. En Barcarrota -se dice-, el que no corre, trota". Esto refleja esa inscripción en el arco de Santiago, que recupera unas palabras de Camilo José Cela. El gallego se enamoró de este pueblo a raíz del descubrimiento de un ejemplar de El Lazarillo de Tormes...

Iglesia de Santiago. Una iglesia bastante larga. Luego profundizaremos en sus particularidades...

Calle Leredo.

Calle Leredo.

Una sede sindical, pero de las de antes. Número 1 de la calle Cruces.

Un floreado ventanón con espíritu de balconcete.

Icónica representación de la antigua judería de Barcarrota a través de las que eran sus dos calles principales: confluencia de las calles Toledillo y Jurumeña. Los arquetes son testimonio de las puertas de acceso al barrio que existían, un barrio que nació después de la conquista Cristiana y extramuros.

Calle Jurumeña.



Cambio de firme...

Llano del Pozo.

Llano del Pozo.

Cualquier solución es buena para un desagüe. Calle Doctor Terrón.

Plaza de la Virgen.

Plaza de la Virgen. Tras los árboles, la iglesia de la Virgen. Un templo que merece una visita porque engaña. Por fuera, comedido en decoraciones. Por dentro, muchísima belleza artística en la gótica morada de la Virgen de Soterraño, la patrona de Barcarrota.

Plaza de la Virgen. La vista gana enteros incluyendo esta vieja y refrescante fuente.



Iglesia de la Virgen. El nombre de Soterraño derivaría de "subterráneo". Cuenta la tradición que se le apareció a un pastor mientras éste andaba remendado una albarca rota, lo que derivó en el original "Villanueva de Albacarrota" que daría paso al Barcarrota actual.

Casas en un realce de la plaza de la Virgen. En una de esas viviendas, concretamente en el número 21 (justo detrás de la farola), se encontraron, allá por 1992, varias publicaciones impresas emparedadas. La casa fue propiedad de un judio converso de nombre Francisco de Peñaranda. En algún momento del siglo XVI, para evitar a la Inquisición, ocultó varios libros. Como si quisiera que reaparecieran en la posteridad. Al hallazgo se le bautizó como la Biblioteca de Barcarrota y el académico de la Lengua Camilo José Cela visitó varias veces la villa para impulsar la importancia del hallazgo. No fue inmediato el boom, ni mucho menos. Toni Saavedra, la propietaria, mantuvo en su poder los libros y documentos aparecidos y al menos durante un par de años estuvo haciendo gestiones para ver qué tenía entre manos y qué podía hacer. Entre las obras apareció un ejemplar de una edición desconocida de El lazarillo de Tormes, la gran obra de la picaresca española y de autoría desconocida.

Plaza de la Virgen.

El más llamativo conjunto de viviendas de la plaza de la Virgen, por lo variado de su repertorio. Hacia el final, la casa de los Villanueva, del siglo XVI. Antes, la vivienda en la que aparecieron los libros emparedados.

¡Todo al rojo! o también "Casa con coche a juego". Plaza de la Virgen.

Calle Jerez. Enorme edificio de fachada irregular y aire marciales. ¿Acaso un viejo acuartelamiento? No: casa solariega de los Villanueva, del siglo XVIII.

Detalle heráldico en la calle Jerez en la casa de los Villanueva.

En este edifico modernista de comienzos del siglo XX, un palecete muy apañado digno de película, se encuentra el instituto de secundaria Virgen de Soterraño.

No está mal el sitio para estudiar, no.



El palacete modernista de la calle Jerez...

Antigua ermita de la Soledad, actualmente sede de la Hermandad de Nazarenos y en otro tiempo hospital para caminantes. Seguimos en la calle Jerez, pero esta rúa se abre ahora y forma la plaza de la Soledad.

Plaza de la Soledad. Una vista más hermosa de la iglesia de la Virgen, o también Parroquia de Nuestra Señora del Soterraño. Muchas chicas barcarroteñas se llaman así y las llaman "Sote". Por abreviar...

Nuestra Señora de Soterraño.

Calle Nuestra Señora del Soterraño de Barcarrota. La calle que une lasplazas de la Soledad y de Santiago en unos centenares de metros.

Sol a plomo de un mediodía de mayo.

Plaza de Santiago. Al fondo, el arco de Jerez, el antiguo camino que conducía a Jerez de los Caballeros desde el castillo y la ciudad medieval...

Iglesia de Santiago. Este austero templo tiene sus raíces en el siglo XIII nada menos y aún cuenta con algunos elementos del románico de transición bajo el que fue edificada.

Acceso a la iglesia de Santiago. Un acceso que mira hacia el oeste.

Esta placa, en el exterior de la iglesia de Santiago, dice que el 19 de mayo de 2001 Camilo José Cela visitó Barcarrota por segunda vez para participar en unas charlas sobre el Lazarillo y la picaresca.

Plaza de Santiago. A la derecha queda el arco de Santiago.

El arco de Jerez.



Vertiente sur de la iglesia de Santiago.

Espadaña-campanario de la iglesia de Santiago.

Cupulillas de la iglesia de Santiago.

Parte trasera, con usos de aparcamiento, de un agradable edificio neobarroco de estética andaluza que preside la plaza del Altozano hacia la que nos dirigimos. Caminamos ahora por la calle Aguadulce.

El edificio en cuestión, con más detalle en esta imagen, acoge varios servicios municipales, también la Casa de la Cultura y también Correos.

El palacete del Altozano.

You´re at Altozano square...

Plaza del Altozano. Este espacio es uno de los más peculiares de Barcarrota. En su centro una fuente que se intuye "de las de toda la vida" está presidida por un crucifijo. Esa cruz recuerda lo que narra una de las leyendas locales: la joven que falleció abatida por los disparos de su padre, a la postre el alcalde, quien la confundió con un fantasma. La joven caminaba por Barcarrota tapada con una manta; no podía dejarse reconocer por nadie porque lo que hacía era encontrarse con un amor que pertenecía a una familia que tampoco veía bien su relación. Una especie de Romeo y Julieta a la pacense.

El Tinao, en la calle Viento. Este garito, realmente una vieja cuadra reconvertida en garito, es uno de los mejores locales de ocio y copeo que hemos disfrutado jamás. Solo lo hemos conocido abierto en las fiestas patronales, por el 8 de septiembre, pero se llena. Rebujitos, flamenco y rumba en manga corta y gafas de sol...

Calle Hernando de Soto.

Calle Guzmán Ricis. Parte alta de la vieja Barcarrota, justo a los pies del castillo, un castillo que apenas se percibe...

Acceso a la plaza de toros de Barcarrota a los pies de la Torre del Homenaje. Una plaquita nos recuerda que estamos ante un castillo, el de la Siete Torres.

La calles Guzmán Ricis desemboca en la plaza de España con renovadas y frescas perspectivas.

La Madrugá, un garito de copas con una larga escalera para afrontar. En la plaza de España. Al fondo, el arco de la plaza Real (nombre antiguo de la misma).

La plaza de España de Barcarrota, vista a través de la rejería que la circunvala y de los soportales del ayuntamiento.

A estas alturas, el acerado de losas de piedra es el que le aporta el "punto" al asunto.

Calle Badajoz.

Casa solariega de los Thovar, una de las más añejas de Barcarrota. Siglo XVI.

Confluencia de las calles Badajoz y Monte.

No son de fachadas recargadas u ostentosas, pero sí resultan casas espectaculares. Andamos por la calle Badajoz, recién cruzada la calle Monte. El edificio de aires amarillos pastel es un antiguo colegio religioso creado a comienzos del siglo XX que, estéticamente, sigue influencia coloniales. Bajo el nombre de Parador de Santiago, hoy en día es una casa rural bestial, de las más impactantes que hemos visto nunca, y con una capacidad de 30 personas entre sus ocho dormitorios. Aquí os enlazamos la web de este maravilloso palacete.

Viejo tejido industrial en la avenida/carretera de Badajoz. Gran destilería de anisados de Manuel Gutiérrez Manso. El detalle de azulejería le da muchísimo encanto. Es como un anuncio de Don Pepe en la Puerta del Sol, pero de aire rurales.

La rehabilitación de este viejo edificio de usos posiblemente agroganaderos ha quedado bastante bien, en nuestra opinión. Carretera de Badajoz.

Jardín municipal: Parque de la Constitución. Lo curioso del gran espacio verde de la ciudad (curioso concepto cuando el entorno es natural, aunque domesticado) es que fue levantado inmediatamente después de la Guerra Civil. Por lo visto se establecieron partidas presupuestarias para mantener ocupados a los soldados cuando regresaban a los hogares y los movilizados de Barcarrota supervivientes trabajaron este parque. Había que contrarrestar de alguna forma el paro forzoso. El kiosko de música es su centro, aunque no es un recinto exactamente cuadrado.

Varias son las fuentes de este estilo ideales para el abrevado del ganado y también de las personas (en otros tiempos y para múltiples usos). Pilares les dicen. Este es el Pilar Camino de Olivenza.

Pizzería Raquel y Bar Casa El Guarda, vistos desde la avenida de Portugal, que es la carretera de Alconchel de toda la vida. Eso de la globalización tiene cosas tan chillantes (aunque a la sociedad actual, en su comodidad, cada vez le sorprendan menos) como que las hamburguesas y las bebidas de cola son dos integrantes de ese mínimo bagaje universal para todo ser humano. Vamos, que tanto las hamburguesas como la cola son conocidas en todo el mundo. Y por tanto, susceptibles de ser consumidas casi en todos los rincones del planeta. Que en algunas cosas Dublín, Boston y Bilbao son completamente semejantes, vamos. Cambia el contexto, pero la esencia última y fundamental, el bien de consumo universal, permanece. Y lo mismo que hablábamos de las hamburguesas, podemos hacerlo también sobre la pìzza, que realmente es al lugar donde queríamos llegar. La pizza es otro de esos comestibles universales que en un pequeño pueblo de Badajoz, Barcarrota, el mismo del que es oriundo el ciclista Alberto Contador, tiene un pequeño templo: el Bar Pizzeria Raquel (c( José Larios, nº 2; teléfono 924 736 095).


Pizzería Raquel in the night. Calle José Larios, junto a la avenida de Portugal antes citada.


Cuatro pizzas a compatir entre cuatro personas... Y quedas saciado. Garantizado. Ocho pizzas diferentes, todas ellas equivalentes al tamaño mediano de las grandes cadenas de este tipo de comida rápida, presiden su carta y la más cara apenas vale 6,50 euros. El concepto de fast food aquí se difumina. Todo más lento, todo más elaborado. Hasta la masa es casera. No son las pizzas la única oferta de Raquel, pues también se ofrecen pollos asados, baguetes, ensaladas… Pero aquí son las que mandan, son el punto fuerte de un negocio que, visto con perspectiva, no siempre tiene fácil aceptación en un pueblo. Aquí, sí. Basta una llamada para que los encargos estén listos para recoger (no hay entrega a domicilio). Todavía se habla de las diez pizzas que unos conocidos compraron en el verano de 2008 para comérselas una noche de agosto bajo la luz de la luna en una coqueta casa de campo próxima a Barcarrota…


Apetitosa... ¿cierto?


La de la derecha, una pizza barbacoa con extra de huevo frito. Bufff. Masa casera, ingredientes frescos, generosas cantidades… desde luego los mimbres invitan a volver a este lugar que, por ponerle un pero, ganaría enteros sin pusiera una terraza para las noches de verano. Y por recomendar, aconsejamos encarecidamente al respetable que no deje pasar la oportunidad de probar la pizza barbacoa. Sencillamente espectacular. O la Raquel, que incluye un huevo fresco y le da un sabor superior.


En pleno proceso de consumo...


El resultado, si doblamos la pizza. Buen grosor.


¡Buen provecho!

Las Mayas. Otro establecimiento hostelero muy recomendable. Menú diario con buenas materias primas y precio razonable. Aunque la carretera nacional entre Badajoz y Huelva marca una circunvalación en este punto, la gente se lo sabe y suele parar aquí en jornada laboral. El recinto es atractivo, el ambiente es bueno y el negocio no les va mal: enfrente tienen unos salones para bodas y otras celebraciones...