La fast food española de la Cafetería Adanero (diciembre de 2009) (septiembre de 2014)


Cafetería Adanero. En el kilómetro 111 de la autovía que une Madrid y A Coruña, allá donde las pendientes del Macizo Central aún no se notan (si nuestro recorrido es hacia la capital) o hace tiempo que las hemos dejado atrás (si, en cambio, el rumbo que tomamos se encamina hacia el interior de Castilla y León), se encuentra esta parada de carretera, en el término municipal del pueblo del mismo nombre de la provincia de Ávila. Ubicación geográfica [Mapas VíaMichelín]

Cafetería Adanero. Bocadillos, raciones, cafés y refrescos. ¿Alta cocina? Rápida y cercanísima. Tanto como la gasolinera de enfrente. Un enclave de parada y fonda para estómagos y depósitos. Aquí, unos comentarios...


Durante mucho tiempo su estética correspondía con la de esta imagen. Ahora mismo está superada gracias a una pequeña reforma.

Los alrededores, con otro lugar para paradas vecino: el más emperifollado a la vista Restaurante Miguel Ángel. Es, sencillamente, otro concepto diferente.

Aparcamiento muy español...

"Jesús dice: Venid a mí todos los trabajos y cargados y yo os haré descansar". Mensaje en la caja de un camión que invita a la lectura de la Biblia.

Dentro. Barra pequeña y presidencial de camarero multiusos y apenas tres o cuatro mesas con cuatro sillas. Tampoco es que sea muy muy grande.



Bocas y medias raciones.


En este recoleto y pragmático lugar, pequeño, esclavo de un aseo no muy riguroso en sus mejores vapores y habituado a convivir con restos de servilletas, comida y colillas en el suelo, se puede disfrutar, sin embargo, de unos bocadillos de tal calibre y argumentos que saciarán el hambre del viajero. Cierto que su precio, en torno a los cuatro o cinco euros, no es tan económico de salida como en otros establecimientos. Su tamaño, sí. Y por eso, por la sorpresa que supuso para nosotros su descubrimiento, optamos por incluirlo como parte de este país que nunca se acaba.


Cercana a una estación de servicio y a otro establecimiento hostelero, la cafetería Adandero (920 30 71 25), vista desde fuera, parece un edificio de una altura prefabricado con aires de colegio plantado en medio de la meseta.


Algo de eso tiene este lugar donde la falta de espacio, dada la concurrencia del personal, se soluciona con inventiva e imaginación mientras los camareros, en hilo constante con la cocina, no deja de sacar bocatas y más bocatas, con permiso de algún que otro pincho. Luego, colmado el apetito, ya llegará el turno del auténtico personaje que se encarga de evitar que la acumulación espontánea de platos, vasos y demás cristalerías, acabe resultando traumática para nuestras orejas... y para sus arcas.