Torrejón de Ardoz esconde un paseo por Europa (octubre de 2010) (marzo de 2013)



Una zona de arrabal donde antes se sucedían escombreras, vertidos, espacios degradados e insalubres se ha convertido en una meca de paseantes y curiosos que en el último mes ha reunido a más de 400.000 personas. Este tipo de datos estadísticos elaborados a ojo, como las estimaciones del seguimiento de huelga o una manifestación, siempre tienen una tendencia al engorde o al mengüe según el interpretante. Pero la cifra, reduciéndola a la mitad, sigue siendo mareante. Sobre todo por el lugar de peregrinación en cuestión. Hablamos del Parque Europa, un nuevo espacio verde abierto en Torrejón de Ardoz (Madrid) con la particularidad de que cuenta con reproducciones de algunos de los grandes monumentos del viejo continente. Para unos, esta obra de doce millones de euros es un despilfarro. Para otros, un acierto. El juego político de siempre. Lo cierto es que desde el pasado 3 de septiembre de 2010 este parque es una realidad.

En el consistorio quisieron recuperar una zona perdida tratando, dicen, de unir las ayudas estatales para recuperar el empleo (recibieron cinco millones de euros para este fin) con la necesidad de equipar con zonas recreativas una ciudad que, por otro lado, no cuenta con mucho Patrimonio físico. Es el suyo más inmaterial, pero también más ignorado. La de Torrejón de Ardoz es una historia muy enriquecida por su base aérea estadounidense. Pese a que este pueblo del corredor del Henares ha sido una puerta de entrada para productos culturales y tendencias típicos de los Estados Unidos, su aportación nunca se ha destacado. La curiosa reinterpretación de algunos de los iconos monumentales del Viejo Continente, a escala eso sí, se ha estrenado con éxito desde el primer día viendo el número de ávidos fotógrafos a la caza de instantáneas. No por conocidos, todos ellos han sido visitados. Muchos descubren en esta réplicas nuevas formas de ver la realidad, las propias de otra forma de construir. Todo ello, además, acompañado por una completa red de paneles explicativos en donde se describe el monumento y se le localiza al mismo tiempo que se le contextualiza en su país. Europa es el leitmotiv de este parque que, en este sentido, sí es un parque temático.

De momento son dieciséis las réplicas que se muestran en el parque Europa. Entre estas, La Puerta de Brandemburgo ( Berlín, Alemania), la Torre Eiffel (París, Francia), el Puente de las Torres de Londres (Londres, Reino Unido), la Torre de Belem (Lisboa, Portugal), la Sirenita (Copenaghe, Dinamarca), la Fontana di Trevi (Roma, Italia), el David de Miguel Ángel (Florencia, Italia), la Puerta de Alcalá (Madrid, España), el Atomium y el Niño meón (Bruselas, Bélgica) o los molinos típicos de holanda. La Puerta de Brandemburgo, majestuosa e impactante a la primera vista, se refuerza con un trozo de muro original que ha sido regalado a la ciudad. Una cascada cercana a la Sirenita, además, pretende imitar un ecosistema de aires oceánicos.

Todo este patrimonio imitativo, reforzado por tres lagos (dos de ellos navegables) y una red de caminos que superan los 3 kilómetros flanqueados por miradores, templetes y bancos, engloba unos 5.000 árboles, unos 60.000 arbustos y más de 100.000 flores. Merece la pena darse una vuelta y tomarse un refrigerio en la terraza del bar que se asienta en una particular versión de España: una plaza mayor presidida por la Real Casa de Correos de la Puerta del sol y rodeada con una representación de la variedad española en lo referente a viviendas tradicionales. Ahora, levantado el recinto, la cuestión pasa por mantenerlo de forma óptima y que la ciudadanía se comporte. Serán dos buenas bases para que el flujo de visitantes no decaiga, el acceso siga siendo gratuito y en un futuro lleguen nuevas réplicas a este apasionante continente en miniatura que se merece más conocimiento fuera de nuestras fronteras. Que exista una pequeña instalación de multiaventuras y un reciento para el tiro con arco pueden venirle muy bien en esta dirección. Suerte a esta iniciativa cuanto menos sorprendente.

Torrejón de Ardoz. Ubicación geográfica de este municipio madrileño célebre por su base aérea. Dentro del casco urbano encontraremos varias indicaciones que nos acercan al Parque Europa. ¡Menuda casualidad tanta indicación cuando los alrededores del citado parque tienen el estacionamiento regulado! Una de las más enigmáticas novedades, implementada mediante ordenanza municipal en octubre de 2011, ha sido la de comprobar cómo el consistorio ha recurrido a esta fórmula "paga por aparcar" para los días donde más visitantes va a recibir, fundamentalmente los fines de semana. Con una tasa media, y referencial, de 3 euros. Tampoco falta la patrulla de policía municipal que, en el exterior, multa ipso facto a todo aquel coche que no estacione bien. No hemos tenido problemas ni en una ni en otra dirección, pero nos sorprende esa actuación tan presta y ávida de la sanción cuando, a poquísimos metros, fuera del área de influencia del parque, se asisten a infracciones flagrantes. La doble moral del universo político estatal, señores. [Mapas VíaMichelin]


Dan para mucho 233.000 metros cuadrados de parque. En estos planos (hay varios repartidos por el recinto) se ubican sus grandes reclamos a partir de un recorrido modelo.


Vista de la Puerta de Brandemburgo de Torrejón desde la entrada sur del parque.


La entrada, presidida por la Puerta de Brandemburgo.




Otra vista de esta reproducción, uno de los iconos de Berlín.


Detalle de la "madrileña" Puerta de Brandemburgo.


La cuádriga que corona la puerta, a contraluz.


A la espaldas de la puerta, un fragmento original del muro de Berlín obsequiado por la histórica ciudad alemana.


"Esta parte del Muro de Berlín, originalmente ubicada en la Potsdamer Platz (Berlín-Mitte), fue donada por la ciudad de Berlín por Sony Berlín GmbH", traducción desde el inglés de una placa que se completa así: "Prohibida su venta" (evidente) y 07/40 (algún número de serie de este fragmento con respeto al resto del muro).


El pedazo de Muro de Berlín, con Torrejón al Fondo.


Otra vista de la Puerta de Brandemburgo. Detrás, rodeado por varios visitantes, la porción de Muro de Berlín existente en Torrejón de Ardoz.

Una visitante del parque prueba la tirolina que cruza las aguas del pequeño laguito.

Una tirolina muy concurrida en los días con mejor tiempo...




¿La Victoria de Samocracia fuera del Museo del Louvre de París? Esta reproducción esconde otro secreto.


Pequeño teatro con capacidad para un centenar de personas en cuya parte superior se ubica una reproducción de la Victoria de Samocracia.


Otra vista de esta particular reproducción libre de un teatro griego de acústica ciertamente lograda. Quizá casualidad o quizá intencional.


Reproducción de columnas griegas ruinosas y estilo indiferenciado, con vistas al London Tower Bridge.


El Puente de las Torres de Londres, también en Torrejón. El original, levadizo sobre las aguas del Támesis, es una obra del siglo XIX (1894) que en su día despertó mucho debate. Se presentaron más de cuarenta proyectos para su construcción y ganó éste, de Horace Jones.


Un detalle de una de las torres del puente, con un realismo al que aún le falta la solera de la humedad y la piedra vieja, como al resto de reproducciones.


Otra vista.




El Puente de las Torres de Londres, visto desde uno de los extremos del lago en el que se encuentra.


Den Lille Havfrue, en danés "la pequeña señora del agua". La Sirenita, vamos. El icono de Copenhague. Una donación a la ciudad de un empresario cervecero elaborada por el escultor Edvald Eriksen a comienzos del siglo XX. Confiemos en que la de Torrejón de Ardoz tenga mejor suerte que su inspiradora, fuente frecuente de actos vandálicos que han pasado desde la pintura a su decapitación.


La aportación de Eduardo Manos Tijeras: unos setos de ecos paquidérmicos.


La Plaza del Olivo, con un árbol de este tipo custodiado por una estructura circular de aires clásicos. Siempre fue importante el olivo en las culturas mediterráneas.


El drakkar, o barco vikingo. Una reproducción de particular estilo que se basa en el barco de Oseberg y que preside uno de los tres lagos con los que cuenta el parque, concretamente el segundo (de 2.000 metros cuadrados).




Uno de los templetes que posee este parque.


De Bruselas a Torrejón de Ardoz: el Manneken Pis (Niño que orina). Dos dudas al respecto: ¿le vestiran cada día o cada poco tiempo con un vestido diferente como le sucede al original (desde un traje de Papá Noel a una equipación del Athletic Club de Bilbao)? ¿llegará el día en el también se instale una copia de su hermana, la Jeanneke Pis?


El niño que orina, en acción. Una de las diferentes historias que circulan en Bruselas sobre su "nacimiento" se basa en un niño, Juliaanske, que miccionó sobre la mecha de una carga cuyo fin era reventar las murallas de la ciudad. De ahí que para la gente de Bruselas, esta estatua sea símbolo de su libertad.




¡Llegamos a Roma! La barroquísima Fontana di Trevi nos espera fuera de su ubicación en la Piazza Trevi. Parece otra, sin el edificio (el Palazzo Poli) al que está adosada. ¡Esa foto tantas veces vista!


El dios de las aguas, Neptuno, imponiéndose en medio del cielo.


Otra vista de esta fuente muy cinematográfica, con Anita Ekberg dándose un baño en la Dolce Vita como gran exponente fílmico.


Como en la romana, los visitantes también arrojan monedas, aunque aquí será para volver en un futuro a este parque. El ayuntamiento va a conseguir una interesante fuente de ingresos extra... Aunque según un cartel se lo dona a Caritas. ¡Más le donaría si le entregase la recaudación del estacionamiento regulado!




No muy lejos de la Fontana, desde Roma hacia París, hacemos una escala en Florencia: en el David de Miguel Ángel. También dan ganas de imitar a su autor y decirle a la reproducción: "Habla". Bonita ambientación para esta pieza originalmente renacentista.


El David. Esta ha sido una de las obras que no ha permanecido ajena a la acción gamberra y vandálica de los gilipollas de siempre. Hasta 214 sanciones ha impuesto la policía local de Torrejón por actos vandálicos sobre los monumentos o subirse a ellos para tomar una foto pese a los constantes avisos de lo contrario: Queda claro el percal del panorama.


Un curioso paseo, alegoría de los Campos Elíseos, escoltado por ornamentados tiestos que desemboca en la Torre Eiffel.


Detalle de la Torre Eiffel de Torrejón de Ardoz. Una vista desde su base (desde la base de la torre, no desde la base aérea de Torrejón, jeje; broma fácil).


Otra vista sobre la Torre Eiffel, el punto más occidental del Parque Europa de Torrejón de Ardoz.


La Plaza de Europa, de sección circular y con presencia de una bandera de todos los estados miembros de la Unión Europea. En el centro, un monumento alusivo.


Cada bandera tiene un orden y está identificada con el nombre del país en su pedestal. Un bonito juego para los niños y sus lecciones de geografía, como pudimos comprobar.


Un bonito mirador/descansadero de aires griegos.


Volvemos a Bruselas, que por alto es considerada capital europea: una reproducción del Atomium, una suerte de "Torre Eiffel" belga en el sentido de que también fue levantado para una Exposición Universal, en este caso la de 1958.


El Atomium de Torrejón, con más detalle.


Vistas sobre el reloj de la Puerta del Sol.


Reproducción de la Puerta de Alcalá, muy limpita ella. Las parejas de casados acuden a hacerse fotos delante de esta reproducción.




Varios visitantes pasean junto a la Torre de Belem, uno de los iconos de Lisboa. A su derecha se ven unos barquitos destinados a los más pequeños. Junto a la Torre se encuentra un pequeño estanque.


Recinto destinado a actividades de multiaventura, con tirolinas, escalas y demás.


Recinto destinado a la práctica del tiro con arco. Nos encontramos señales de aviso cuando llegamos a este punto.


Una familia navega por el principal lago del parque (de 12.000 metros cuadrados y medio metro de profundidad), el que salva la reproducción del Puente de las Torres de Londres y junto al que se encuentra el teatro griegoy la Sirenita. En este lago, además, se ha instalado una fuente cibernética.


Curioso atrezzo para decorar la zona de tiro con arco: un oso y un cocodrilo de plástico.


El embarcadero.


El llamado Puente de Van Gogh, versión de este parque del puente de Langlois, en Arlés (Francia), que el genial pintor neerlandés pinto varias veces durante su estancia en esa ciudad allá por 1888. Este puente salva las aguas del arroyo Ardoz.


Molinos de viento holandeses en Torrejón de Ardoz.


Otra vista de uno de los molinos, rodeado de esa vegetación típica de las zonas húmedas anexas a los canales.


La zona más baja del parque, junto al lago principal.


La Puerta de Brandemburgo, vista desde esta pequeña depresión del parque.


Empinado acceso a un curioso mirador con forma de inglú y techado por una colorida vidriera.


El mirador antes señalado, visto desde su acceso superior.

La Plaza de España (y mucho más).


Escalinata de acceso a la Plaza de España, conjunto que resume la variedad arquitectónica de España (16 edificaciones tradicionales) y que está presidido por la antigua Casa de Correos de la Puerta del Sol de Madrid, con una reproducción de la Plaza Mayor de Madrid por detrás y con farolas de estilo fernandino por delante.




Esta plaza, de unos mil metros cuadrados, posee servicios de baño y restauración. La terraza, concurrida, tiene bonitas vistas.




Casas variadas. De piedra, encaladas, estrechas, albonadas, con tejados a dos aguas o no... Por este lado se representan viviendas típicas de Ceuta, Valencia, Melilla, Cantabria, La Rioja, Andalucía, Castilla y León y Canarias. En el otro lado de la plaza proponen fachadas de Asturias, País Vasco, Extremadura, Navarra, Baleares, Galicia, Cataluña y Murcia.