Bostronizo. Ubicación geográfica de esta pequeña entidad de población perteneciente a Arenas de Iguña, de la que se encuentra a seis kilómetros montaña arriba. Esa ruta, la CA-706, acogió en 2019 la disputa de una pequeña contrarreloj en la prestigiosa Vuelta Ciclista al Besaya, prueba por etapas destinada al ciclismo de categoría juvenil. Su tercera etapa conectaba Arenas con Bostronizo, ubicado a unos 430 metros de altitud sobre el nivel del mar. En Bostronizo está censado un centenar de habitantes y es bastante célebre su ermita de San Román de Moroso, cuya visita queda pendiente para otra ocasión.
En ruta hacia Arenas de Iguña, punto inicial de esta entrada por cuestiones "deportivas". La A-67 regala grandes vistas de los entornos paisajísticos por los que discurre con rumbo a la costa.
Arenas de Iguña. Viviendas típicas en el entorno de la avenida General. La edificación del fondo es un bar: Bodega Dos Valles.
Arenas de Iguña. Estructura de podio de la Vuelta Ciclista al Besaya 2019. Este tipo de infraestructuras, o el espectacular apoyo mediático que recibe la prueba en toda la comarca, donde está muy presente en el imaginario colectivo, sin olvidar la variedad de recorridos que siempre ha propuesto, hacen de la Vuelta al Besaya un acontecimiento especial.
La etapa de la Vuelta al Besaya 2019, un acto más de las fiestas del Corpus Christi de la población. Unas fiestas con este programa.
Arenas de Iguña. Los corredores del entonces Kometa Cycling Team (en 2020 Kometa-Xstra Cycling Team) calientan haciendo rodillo.
Arenas de Iguña. El granadino Carlos Rodríguez posa para un fotógrafo del periódico El Diario Montañés, decano de la prensa cántabra y una de las cabeceras regionales con más poso histórico. El andaluz, ciclista juvenil de segundo año, se impondría en la contrarreloj y daría otro paso más para ganar por fin una general que había logrado dos veces como cadete pero se le había resistido en su primer año en la categoría. Rodríguez fijaría un crono de 10:19, alejando al segundo clasificado, Pablo García Francés, a 31 segundos.
La carretera CA-706 describe una amplia curva en su ruta hacia Bostronizo. Los entornos son espectaculares, sin duda.
Rumbo a Bostronizo. Espectaculares paisajes cántabros, incluso a pesar de que en medio se aprecia el viaducto de la A-67. Esta autovía, la Cantabria-Meseta, estuvo en obras durante diez años y fue inaugurada por fin en febrero de 2008. Todo un reto de ingeniería, con multitud de viaductos (uno, el de Montabliz, de 198 metros de altura en su punto máximo), puentes y otras soluciones. Solo el tramo entre Molledo y Pesquera, poco más de once kilómetros y medio, le costaron al Estado más de 200 millones de euros.
Paisajes cántabros en el valle del Besaya.
Bostronizo. Callejeando. Al fondo siempre existe alguna referencia al verde.
Bostronizo. Concentración de fachadas y parcelas en este punto de su casco urbano.
Bostronizo. Paseando por su casco urbano.
Bostronizo. Paseando por su casco urbano.
Bostronizo. Una rapaz sobrevuela el cielo de esta población.
Bostronizo. Paseando por su casco urbano.
Bostronizo. Paseando por su casco urbano.
Bostronizo. Paseando por su casco urbano. Excepcional ejemplar de árbol en uno de los muchos prados ubicados en las cercanías del pueblo.
Bostronizo. Otro hermoso árbol.
Bostronizo. Los prados cercanos.
Bostronizo. Vacas paciendo en un prado cercano a la línea de meta de la tercera etapa de la Vuelta al Besaya 2019.
Bostronizo. Grandes vistas desde su entorno sobre todo el valle del Besaya y las montañas circundantes.
Paseando por Bostronizo. Los números de la subida, siempre de acuerdo con la genial web Altimetrias.com, son los siguientes.
Bostronizo. Grandes vistas desde su entorno sobre todo el valle del Besaya y las montañas circundantes.
Bostronizo. Grandes vistas desde su entorno sobre todo el valle del Besaya y las montañas circundantes.
Entornos de Bostronizo.
Entornos de Bostronizo.
[junio de 2019]