La mera asociación del concepto “familiar” al de “playa” nos evoca, incluso nos empuja a asumirlo con resignación, un espacio ruidoso donde la chavalería levanta nubes de polvo que ni las de una estampida con idas y venidas, balones rebeldes y un fondo musical monopolizado por los gritos desatados de la libertad ociosa infantil y la reprimenda parental. Donde la paz más intensa es la interior que uno porte en su aventura vital. Donde no hay lectura que atrape la mente. Y sí, suele ser así. Pero no siempre. Y no en todos los sitios. La recoleta playa de Son Xoriguer, una pequeña franja de litoral escoltada por urbanizaciones, que si la homónima, que si la Tamarinda, que si la de Cap d´Artruix, confirma que absolutamente siempre habrá excepciones. Ya se sabe que la excepción confirma la regla. Qué sorprendentes son los entornos playeros de Cala´n Bosch.
Próxima a Ciutadella, distante no más de una docena de kilómetros, la playa de Son Xoriguer ("xoriguer" es el nombre que recibe en catalán un ave de la familia del halcón) nos espera con unas agradables vistas y una de esas aguas que convierten cualquier baño en un deleite gozoso. Es una playa familiar porque, efectivamente, no faltan ni los padres con sus chavales ni otros parentescos. Pero toda la concurrencia, nada masivo aunque sí de lo más masivo de la isla, contribuye a crear un clima sosegado, tranquilo y apacible. Quizá sea por el hipnotizante color turquesa de sus aguas. ¡Y qué temperatura en el estío! O por el seductor runrún de las olas rompiendo en los acantilados que circundan la zona de baño y, ojo, invitan a tomar algunas precauciones en según que zonas y según que condiciones de oleaje. El entorno de la playa, tal cosa nos pareció, es de los más urbanizados de la Isla de Menorca. En el sur de la ínsula esta es la dinámica. En todo caso, cerca del Mediterráneo las casas más o menos son bajas, dos o tres alturas (bien disimuladas, qué efectivos son los acabados ajardinados y las hileras de palmeras) de máximo. Tierra adentro ya aparecen esos complejos hoteleros más grandes, pero quedan lejos para la retina.
La riqueza playera de Menorca catapulta a la fama otros espacios. En el norte, más salvaje y descubierta, la prototípica y aquí ya abordada playa de Cavallería. Y en el sur, más arbolada y frondosa, las calas de Galanda, Macarella o Mitjana. Son unos pocos nombres sin ninguna intención de cátedra, pero perfectamente complementarios a este rincón donde lo urbanístico quizá apriete, pero no ahoga. Y no ahogarse con tanta agua en acción no es mala cosa. Más allá de bromas, otro lugar para tener en cuenta. ¡Y en Menorca son tantos! ¡Y todo conectados por el Camí de Cavalls!
Playa (platja, en catalán) de Son Xoriguer, en la zona de Cala´n Bosch. Ubicación geográfica. Nos encontramos en el oeste de la isla de Menorca, en el entorno del Cap d´Artruix (cabo de Artruix) y su faro. Ciutadella queda a unos 12 kilómetros aproximadamente. Una de las zonas, todo hay que decirlo, más urbanizadas. Aunque nuestra mirada no se atragantará con grandes e irracionales mastodontes de cemento y hormigón, lo cual se agradece. Estamos en un entorno de índole más residencial.
Parada de autobús justo en uno de los pequeños paseos rodeados de palmerales, espectaculares chalets de blancos egeos y de ajardinados y frondosos perímetros, que desembocan en la playa en dos minutos.
Caminando entre envidiables casas bajas de fachadas blancas. Un entorno muy cuidado.
Pongamos un ejemplo de cómo se las gastan (en el buen sentido) por aquí. No estaría mal una propiedad de estas, no.
Llegando a Son Xoriguer. A mano izquierda, fuera del encuadre, nos reciben un par de interesante restaurantes de esos híbridos, vamos que no son chiringuitos al uso ni tampoco todo lo contrario.
No estamos en una cala de gran extensión (180 metros), aunque la anchura de la superficie de la arena (densa y sensualmente gratificante), medio centenar de metros en su punto máximo, sostiene con holgura una ocupación media. No vamos a agobiarnos con una masificación de esas que achantan, ni mucho menos. Al fondo, la punta de Sa Guarda; también se intuyen los entornos del Cap d´Artruix, no así su fotogénico faro o el cercano puerto deportivo.
Un vistazo al otro lado. Todas esas roquitas seducen a muchos amigos de las gafas de buceo y los snorkel más básicos. No dejan de ser piedras, lo que invita a las precauciones ante el más minimo oleaje, por inofensivo que pueda parecer. De hecho las olas son inquilinas habituales y según indican es una de las zonas donde acuden más surfistas de toda Menorca.
¿Y qué decir del agua del Mediterráneo en este punto? Una imagen vale más que un millón de palabras. ¿No dan ganas de salir corriendo y disfrutarla? ¡Ay, ese barniz paradisíaco que destila la bendita posidonia!
Zona de tumbonas y sombrillas, una comodidad de cortesía municipal siempre dispuesta para ser alquilada in situ. Son Xoriguer es una playa muy familiar. Y, por cierto, por aquí también discurre el Camí de Cavalls.