El Barco de Ávila


El Barco de Ávila. Ubicación geográfica en un prototípico valle, en el corazón del Sistema Central. Curioso nombre para un pueblo, un barco rodeado de montañas. Un lugar que en otras latitudes, y desde una perspectiva meramente ciclista, hubiera acogido sin ningún lugar a dudas algún final de etapa de una gran vuelta dadas las tremendas posibilidades orográficas de sus entornos. Paisajes sobrecogedores, gastronomía superlativa, estamos en un hermosísimo rincón, en suma. Antiguo asentamiento vetón, los romanos potenciaron el enclave como parada importante en la ruta hacia Extremadura por el paso de Tornavacas y una primera infraestructura viaria sobre el río Tormes. Esa fue la ruta que siguió Carlos I en su peregrinaje hacia el monasterio de Yuste. Lo cierto es que la representación de la barca es una evolución conceptual de palabras en otras lenguas como bien se expone aquí. No obstante, el vínculo con la barca queda reforzado por una curiosidad de gran calado: que un ilustre natural de la villa fuera miembro de la tripulación de Cristóbal Colón en su primer viaje hacia las Américas; su nombre: Juan del Barco. También en suelo americano tuvo una gran presencia e importancia otro hijo de la villa: el clérigo Pedro de Lagasca. Y no hay que olvidar al expedicionario Pedro del Barco [Mapas VíaMichelin].

El Barco de Ávila. Heráldica municipal.

El Barco de Ávila. Heráldica municipal presente en un elemento del mobiliario urbano elaborado en madera ubicado en las cercanías del precioso Puente Románico. En el escudo provincial aparecen tanto éste puente como el barco aquí presente en el emblema de El Barco de Ávila.

El Barco de Ávila. Edificios junto a la comúnmente conocida como 'Carretera de Ávila', la N-110 que su tramo de travesía, a efectos de nomenclatura urbana, es la avenida José Antonio Vaca de Osma, quien fuera Gobernador Civil de la Provincia de Ávila.

El Barco de Ávila. Exterior de la plaza de toros, un exterior que engaña porque estamos ante una infraestructura con más de un siglo de vida. Fue inaugurada en septiembre de 1889...

... y enfrente, pintadas antitaurinas de meridiana lectura.

El Barco de Ávila. Construcción ubicada en la avenida José Antonio Vaca de Osma, allí donde nace el desvío hacia La Horcajada.

El Barco de Ávila. Tomamos la avenida de la Villa, en cuya parte inicial encontramos la fachada de la administración de la Línea de Autobuses Barco-Madrid y Barco-Plasencia. Rótulos a mano, con maestría. ¡De otro tiempo! Y en su costado izquierdo emerge una estructura de piedra. Vestigio, intuimos, de una antigua puerta al recinto amurallado de la población.

El Barco de Ávila. Avenida de la Villa con calle del Teso. Edificios.

El Barco de Ávila. Avenida de la Villa.

El Barco de Ávila. Fachadas en la calle de los Moreta.

El Barco de Ávila. Sucesión de pintadas en el muro de una vivienda abandonada, y semiderruida, en la calle Nicolás de la Fuente.

El Barco de Ávila. Soportales de acceso a la plaza de España por su lado noroeste a través de la pequeña calle Santa Teresa.

El Barco de Ávila. Plaza de España, rica en soportales y en edificaciones de curiosas fachadas.



El Barco de Ávila. Plaza de España. La conocida como Casa del Reloj, actualmente sede de la oficina de turismo de la población y en otro tiempo (y con otra fisonomía) sede del consistorio.

El Barco de Ávila. Detalle de la Casa del Reloj: el mecanismo que le da nombre y, sobre el tejado, la pequeña campana que acompaña al mecanismo.

El Barco de Ávila. El ayuntamiento de la población. Hermoso palacete en la calle del Arco. Cerca de la Plaza de España, casi vecino de la misma pero sin una ubicación presidencial con vistas a ese espacio urbano, algo poco habitual.

El Barco de Ávila. Escudo de armas en el edificio del ayuntamiento. Creemos leer 'Ximénez de Asejo.

El Barco de Ávila. Plaza Mayor o Plaza de España. Punto muy animado de la villa por la existencia de varios bares.

El Barco de Ávila. La Casa del Reloj, actual oficina de turismo.

El Barco de Ávila. Placa conmemorativa al hijo de la villa Juan del Barco, tripulante de la nao Santa María en el descubrimiento de América.

El Barco de Ávila. Calle Mayor.

El Barco de Ávila. La calle Mayor muta en calle San Pedro del Barco. Y al final, en las cercanías de la iglesia parroquial, encontramos la peculiar iglesia Casa Natal de San Pedro del Barco. Un edificio del XVII, pero totalmente integrado en el casco urbano de la población, en la misma localización en la que nació San Pedro en 1088. En este espacio descansa un húmero del santo, cuyos restos están enterrados en la iglesia de San Vicente de Ávila.

El Barco de Ávila. Plaza de las Acacias.

El Barco de Ávila. Iglesia Mayor de la Asunción de Nuestra Señora. Contrafuertes y elementos ojivales a la vista en el ábside de este templo que por su ubicación y su influencia en el entorno no es fácil de fotografiar en toda su magnitud.

El Barco de Ávila. Iglesia Mayor de la Asunción de Nuestra Señora.

El Barco de Ávila. Calle del Puente.

El Barco de Ávila. Arquitectura popular en la confluencia de las calles del Puente y del Horno.

El Barco de Ávila. Calle del Puente. Una loa visual a los contrastes entre lo clásico y lo moderno: dintel y jambas de piedra, un acceso de 1764 según reza la inscripción, versus trabajo de carpintería metálica con cristal para la puerta de acceso.

El Barco de Ávila. Calle del Puente. Un rinconcito pintoresco entre viviendas que están en venta.

El Barco de Ávila. Calle del Puente. Contrastes y restos tanto de la muralla como de una vieja puerta de acceso a la ciudad por el lado del río Tormes. Estamos en la plaza de la Yecla y ante nosotros tenemos, como reza una plaquita, los vestigios de la Puerta del Puente.

El Barco de Ávila. Uno de esos lugares simplemente maravillosos: el paso sobre las aguas del Tormes que, con su fisonomía actual, se remonta al siglo XII. La gente lo llama 'Puente Viejo'. El Puente Románico es uno de los iconos de El Barco de Ávila y sus orígenes son romanos. Dada su importancia geoestratégica como paso sobre las aguas del Tormes, ha sufrido algún que otro avatar histórico, como el protagonizado por las tropas francesas durante la invasión napoleónica. "Su gran belleza inspira la contemplación", escribe Carlos Monroy Morante en Minube.



El Barco de Ávila. Ermita del Santísimo Cristo del Caño. Por su interés, recogemos este texto desde la web del ayuntamiento: "Tiene una tradición muy antigua. Por el siglo XIII, una gran crecida del Tormes arrastró, no se sabe desde dónde y dejó orillado a la izquierda del río por encima del puente, un Cristo de madera de tamaño natural. Lo vieron unos caminantes y junto a la gente del pueblo lo condujeron en procesión a la Iglesia Parroquial, donde se dejó. A la mañana siguiente volvió a aparecer en el mismo sitio, lo llevaron de nuevo a la iglesia. Al día siguiente ocurrió igual. La gente se convenció de que quería permanecer a la entrada del Puente y allí le erigieron una ermita, denominada del Humilladero inicialmente. Cuatro siglos después se declaró ruinosa y en el siglo XVII (1672) se reconstruyó. Al hacer los cimientos surgió una corriente de agua que se recogió en una fuente de 3 caños. Desde entonces empezó a llamarse a la fuente y al Cristo del Caño.

El Barco de Ávila. ¡Ah, el Tormes! El río que comparte nomenclatura con el 'apellido' del Lazarillo, afluente por la izquierda del Duero y curso que calma la sed de Salamanca. Un río de casi 300 kilómetros que nace en el corazón de la Sierra de Gredos.

El Barco de Ávila. Agradable paseo fluvial junto al cauce del río Tormes. Paseo de la Yecla.



El Barco de Ávila. La iglesia Mayor de la Asunción de Nuestra Señora, emergiendo sobre los tejados. Una vista desde el paseo fluvial.

El Barco de Ávila. El Museo de la Judía. Célebres son las judías del barco, tan parte del patrimonio de la población que incluso cuentan con su propio espacio museístico. Es gratuito, pero tiene unos horarios concretos. Todo un centro de interpretación.

El Barco de Ávila. El río Tormes.

El Barco de Ávila. Interesante uso de esta barandilla en el paseo junto al Tormes: plano de interpretación de lo que tenemos ante nosotros.

El Barco de Ávila. Una preciosidad de puente.

El Barco de Ávila. Reflejos.

El Barco de Ávila. Reflejos.

El Barco de Ávila. El Tormes. Y al fondo, el puente que salva sus aguas prestándole servicio a la N-110.



El Barco de Ávila. Concentración de piedras en el lecho del río, sometidas desde tiempos inmemoriales a la acción de las aguas. Perfectamente pulidas y fundamentales para la vida por la creación de pequeñas piscinas en las que se desarrollan anfibios e insectos.

El Barco de Ávila. Muy bien ubicado con respecto al cauce del Tormes, aunque su otra vertiente esté muy fagocitada por la cercanía del casco urbano, el castillo de Valdecorneja emerge inexpugnable entre las copas de la vegetación de la ribera.

El Barco de Ávila. Castillo de Valdecorneja, otro bastión propiedad de los Alba.

El Barco de Ávila.

El Barco de Ávila.

El Barco de Ávila. Plaza del Pozuelo.

El Barco de Ávila. Castillo de Valdecorneja, una fortificación reconstruida en el siglo XIV, aunque ya desde dos centurias antes había en este mismo enclave una fortaleza. Se trata de uno de los castillos más célebres de toda la provincia de Ávila. La foto, tomada desde la calle Paseo del Castillo, una tímida cuesta que acerca al casco urbano lo que otrora debió de ser también más inexpugnable por esta vertiente.

El Barco de Ávila. Castillo de Valdecorneja. Su ubicación no es baladí y obedece al lugar donde en otro tiempo se situó un castro de los vetones que fue arrasado tras la ocupación romana.

El Barco de Ávila. Castillo de Valdecorneja. Placa cerámica ubicada junto al acceso principal.

El Barco de Ávila. Castillo de Valdecorneja y los paisajes cercanos del Cerro de Santa Bárbara y el Pico del Bujo... al otro lado del cauce de un río Tormes que no se aprecia (aunque debe intuirse) en esta imagen.

El Barco de Ávila. El castillo de Valdecorneja, su interior, en otro tiempo acogió un cementerio durante muchísimos años. Un uso que, unido a los avatares del tiempo y las muescas dejadas por diversos conflictos bélicos, no contribuyó a mantenerle en un estado muy óptimo. Motivo por el cual exigió de una profunda y esmerada rehabilitación.

El Barco de Ávila. Acceso al recinto.



El Barco de Ávila. Torre del homenaje. Al respecto del castillo podemos leer en la web del ayuntamiento: "Ha sido restaurado varias veces, respetando su perímetro original, debido a las incontables batallas que ha sufrido e intentos de incendio y bombardeos".

El Barco de Ávila. Panorámicas desde los accesos al castillo.Las serranías de Ávila frisan los 2.000 metros en esas latitudes.

El Barco de Ávila. Castillo de Valdecorneja.

El Barco de Ávila. Calle de los Arrieros, junto a la calle del Castillo.

El Barco de Ávila. El número 50 de la Calle Mayor.

El Barco de Ávila.

El Barco de Ávila. Esta marca de coches francesa no le aporta ningún euro a este modesto rincón de Internet en concepto de publicidad, pero resulta muy díficil no captar para la inmortalidad esta colorida Xsara Picasso. Estamos en la calle Mayor.

El Barco de Ávila. La calle Mayor, llena de fachadas peculiares y que conecta con rapidez los entornos de la N-110 (la gran vía de comunicación que vertebra el valle) con la más céntrica Plaza de España.

[agosto de 2017]