El país que nunca se acaba: Mourão

Mourão. Ubicación geográfica, junto a la frontera con España, de esta villa alentejana de poco más de 3.000 habitantes (en todo su término municipal). Su céntrica plaza de la República es un buen sitio para dejar el coche y perderse por sus calles, si bien se puede llegar sin ningún problema hasta el entorno del castillo. Toda la zona cuenta con vestigios de asentamientos humanos desde tiempos remotísimos y a lo largo de la historia, en el caso concreto de Mourão, han tenido lugar en sus cercanías no pocos acontecimientos bélicos, como la batalla de 1477 en el marco de la Guerra de Sucesión Castellana o durante la Guerra de Restauración de un par de centurias después. Desde la lejanía, su fortaleza corona el cerro y emerge como un obstáculo infranqueable. Es una vista muy hermosa, ciertamente [Mapas VíaMichelín].

Mourão. El escudo del municipio, en la calçadinha que forma el firme del agradable Jardim Municipal que preside la plaza de la República; un espacio verde en cuyo centro se encuentra este templete musical. Mourão es un pueblo de repoblación. Conquistado en 1226 por las tropas del rey Don Dinis, la orden de los Hospitalarios con el prior Gonçalo Egas se encargó de su gestión y desarrollo desde entonces.

Mourão. La heráldica, presente en un cubo destinado a la recogida de residuos.

Mourão. El escudo del municipio, en la calçadinha que forma el firme del agradable Jardim Municipal.

Mourão. En torno a la plaza de la República se pueden encontrar algunas de las más destacadas fachadas y más hermosos edificios de la población. Aquí, el reloj del ayuntamiento, contemplado desde el interior del Jardim Municipal.

Mourão. Otro de los edificios de la plaza de la República, éste con detalle heráldico en su fachada, de nuevo observado desde el interior del parque.

Mourão. En el parque, un rincón (donde realmente se combate muy bien con sombra los rigores del estío alentejano) para recordar mediante un busco a la figura del doctor Ravasco dos Anjos.

Mourão. Uno de los rincones más llamativos de esta población se encuentra en el lado de la plaza de la República donde nace la calle José Teodoro de Abreu Bravo: esa "conexión" de la ermita de San Francisco con el edificio vecino, la iglesia de la Misericordia.

Mourão. Detalle del acceso a la igreja de Sao Francisco, un templo de mitad del siglo XVIII con un interior realmente alucinante dada su profusa azulejería en el altar mayor. Cerámicas procedentes de la ilustre Real Fábrica do Rato, en Lisboa.

Mourão. Interior de San Francisco, con una plasmación gráfica de lo antes señalado. Captura de un vídeo que insertamos bajo estas líneas.

Mourão. Plaza de la República. A la derecha nace la calle San Sebastián.

Mourão. Subiendo hacia el castillo por la rua de São Bento.

Mourão. Rua de São Bento. Un gato siestea sobre la calçadinha ante la sombra proyectada por un vehículo.

Mourão. Rua de São Bento.

Mourão. Espacio urbano que conforma la confluencia de las calles Rua de São Bento, São José (que cruza de izquierda a derecha) y Frei Antonio das Chagas (que es la que sigue subiendo hacia el castillo). A esa confluencia se le conoce como Largo Governador Furtado de Mendoça, aunque el Google Maps no lo recoja. Al fondo, sobre los tejado, se intuye el campanario de la Iglesia Matriz.

Mourão. Pequeña plazuela: el Largo Governador Furtado de Mendoça. La onomástica deriva de uno de los encargados de devolver al municipio a la causa de la Restauração. En 1580, cuando ascendió al trono portugués Felipe II, Mourão había apoyado su candidatura. Y eso fue algo que tardaría en olvidarse de cara al conflicto de la Restauración.

Mourão. Pequeña plazuela en el Largo Governador Furtado de Mendoça.

Mourão. Viviendas que nos acompañan en el ascenso hacia el castelo.

Mourão. Naranjas ornamentales en la calle Frei Antonio das Chagas.

Mourão. Calle Frei Antonio das Chagas. Este fraile, Antonio da Fonseca Soares antes de tomar los hábitos, participó en la Guerra de la Restauración activamente y también fue poeta. Como cultivador de versos le dedicó algunos a la población tras una refriega bélica contra la Corona de Castilla en la que se concretó su paso al bando luso. "Mourao restaurado" es el título de la pieza que más afecta al municipio, donde se ensalza la figura del militar Joanne Mendes de Vasconcelos.

Mourão. Desde la ascendente calle Frei Antonio das Chagas comenzamos a ver con mucha claridad el castillo y la iglesia.

Mourão. Castillo. Espectacular fortaleza, testigo de mil disputas fronterizas entre España y Portugal. Su adarve y sus torreones son un inmejorable mirador sobre todo el entorno. Y esto es mucho decir en una zona del Alentejo que cuenta con ese auténtico mar interior que es el embalse de Alqueva y que, no muy lejos, tiene los cerros donde se asienta la espectacular aldea de Monsaraz.

Mourão. Cañones ornamentales junto al acceso al castillo. Están apuntando, curiosidad, tal es la ubicación de esta puerta, en dirección hacia la frontera con España a través de Villanueva del Fresno (Badajoz). La Raia es absolutamente porosa y bidireccional en este punto, con intensas relaciones diarias; otras de esas sinergias múltiples entre los dos lados de la frontera. Nada como este programa de Canal Extremadura, Dos en Raia, con al respecto.

Mourão. España, en el horizonte. A los pies, la población. En los entornos del castillo, restos de algunas actuaciones para abaluartar sus accesos, sin duda reflejo de las refriegas bélicas de la Guerra de la Restauración o la Guerra de Sucesión española. La A Raia es muy, muy rica en historias. Y qué poco se cuentan.

Mourão. Acceso al interior del recinto del castillo. Esa inscripción indica que el rey portugués Alfonso IV fue el que auspició esa obra en 1381 (realmente 1343, como se explica en esta ficha de Castillos.net). No obstante cabe plantearse muy seriamente que el castillo se ubicara donde hubiera una fortaleza anterior, o que se aprovechara de la misma.

Mourão. Intramuros. Resulta muy llamativo ese campanario (conocido como Torre del Relogio por motivos propios) levantado sobre uno de los dos torreones que presiden la puerta principal de acceso al castillo. El acceso es completamente libre, pero se rige de acuerdo a un horario: en verano, de 09.00 a 19.00; en invierno, de 09.00 a 17.00. En Portugal hay una hora menos con respecto a España.

Mourão. Vista trasera de las torres que presiden este acceso.

Mourão. Escaleras para accedeer al paseo de adarve. La fortaleza aún hoy es impresionante pero tuvo que serlo más aún cuando condtaba con hasta once torreones y cinco accesos.

Mourão. El campanario levantado sobre uno de los torreones.

Mourão. Espectacular, fabuloso. Caminando por el adarve.

Mourão. La población, contemplada desde el paseo de adarve de sus murallas. En primer plano, además de la sombre proyectada por su muros coronada por almenas, se intuyen algunos refuerzos abaluartados con los que se buscaba reforzar su podería frente al uso de artillería. Al fondo queda España.

Mourão. El recinto interior, contemplado desde las murallas. En el centro, la solemne presencia conjunta de la Torre del Homenaje y la anexa Iglesia Matriz, y también santuario, de Nuestra Señora de las Candelas (Nossa Sehora das Candeias). En el terreno se encuentran los restos de la antigua Casa da Guarda y de los antiguos Paços do Concelho.

Mourão. Solemne presencia conjunta de la Torre del Homenaje y la anexa Iglesia Matriz, y también santuario, de Nuestra Señora de las Candelas (Nossa Sehora das Candeias).

Mourão. El sol estival dora los campos alentejanos y su luz parece convertir en plata las aguas cercanas del río Guadiana, convertido aquí en un mar interior de la mano del Embalse de Alqueva. Bajo las aguas del 'barragem' descansan los restos de un yacimiento romano cercano, conocido como Castelo da Lousa.

Mourão. Las aguas de Alqueva, desde el adarve de las murallas. Con respecto a pasear por las murallas, es factible pero nunca está de más reforzar las precauciones.

Mourão. Ruinas de un torreón del perímetro medieval con los campos alentejanos, y las aguas de Alqueva, al fondo. El castillo es un inmejorable mirador sobre todo el entorno. Muchísimos kilómetros alrededor de control visual sin necesidad de prismáticos.

Mourão. Escudo de armas en un torreón vigilante desde hace centurias de los campos circundantes.

Mourão. Otra vista intramuros. Han crecido algunas higueras y olivos en el recinto interior, allí donde en el pasado debieron existir muchas edificaciones de las que queda algún resto pétreo.

Mourão. Detalle de un arco de acceso a uno de los torreones.

Mourão. Los campos alentejanos, contemplados desde una brecha en la muralla.

Mourão. Otro torreón y un buen tramo de lienzo de la muralla, desde una 'perspectiva ojival'.

Mourão. La fortaleza, el castillo y la iglesia matriz, vistos desde lo alto de uno de los torreones de la muralla.

Mourão. Alqueva.

Mourão. Alqueva desde una hoquedad en los muros (1).

Mourão. Alqueva desde una hoquedad en los muros (2).

Mourão. El entorno del castillo. En esas serranías del fondo descansa la bellísima aldea de Monsaraz, que a continuación veremos en detalle.

Mourão. Monsaraz, en el horizonte.

Mourão. Torre del homenaje emergiendo entre las hojas de las higueras que han crecido intramuros. El castillo fue noticia por culpa de una fuerte tormenta eléctrica que provocó daños en unas de las torres. Daños severos que en enero de 2019 exigieron trabajos de estabilización.

Mourão. Un relieve en la piedra de la torre del homenaje.

Mourão. Ruinas del castillo. Todo el conjunto es Patrimonio Nacional.

Mourão. Caminando por el castillo.

Mourão. Restos de estructuras abaluartadas frente al recinto medieval con la población a sus pies.

Mourão. Iglesia Matriz de Nossa Senhora das Candeias ou da Purificação, integrada en el cerco de piedra. Absolutamente fascinante.

Mourão. Acceso a la Iglesia Matriz de Nossa Senhora das Candeias. Es un templo del siglo XVII.

Mourão. Manifestación de advocación mariana.

Mourão. La iglesia matriz, contemplada desde la calle Santa Margarida.

Mourão. Placa de callejero. Rua de Santa Margarida. Nótese a la derecha, en segundo plano, una estructura circular. Se trata de una chimenea de fuga cilíndrica, una herencia morisca muy presente aún en el municipio que ha sido puesta en valor por su singularidad.

Mourão. Detalles de pizarra en el número 12 de la calle José Teodoro de Abreu Bravo.

Mourão. Confluencia de las calles José Teodoro de Abreu Bravo (izquierda) y Benquerer (derecha). Enfrente, uno de los pasos procesionales (Passos do Senhor) tan habituales en el casco urbano de los pueblos portugueses. Éste es del siglo XVIII y forma parte de "una red" de siete paradas.

Mourão. Vivienda en la confluencia de las calles José Teodoro de Abreu Bravo (derecha, al fondo si seguimos todo recto queda la plaza de la República) y Benquerer (izquierda).

Mourão. Al final de la calle Benquerer (por cierto, precioso nombre éste de "calle del bien querer" se encuentra esta construcción antigua de Mourao, parte de su patrimonio local.

Mourão. Eso es amor por lo propio más allá de altas instituciones; una figura protectora muy interesante que hubiera hecho mucho bien otras muchas latitudes: Patrimonio do municipio.

Mourão... Y enfrente de la anterior edificación, esta bonita fachada.

Mourão. Rua Dr. Josė Joaquim Vasconcelos Usmâo. Ante la antigua sede del Mourao Clube de Fútebol, también del Mourao Atletico Clube (entrada por el lateral, rúa de Norte). El cartel durante nuestras visitas no estaba en la fachada, pero sí el escudo del equipo en piedra...

Mourão. Escudo del Mourao Clube de Fútebol.

Mourão. Al final de la calle Benquerer, en su desembocadura con la Doctor José Joaquim Vasconcelos, la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Un templo del siglo XVIII que actualmente se emplea como capilla funeraría.

Mourão. Caminando por la calle Marcos Gomes de Vasconcelos Rosado.

Mourão. Caminando por la calle Marcos Gomes de Vasconcelos Rosado. Curiosidades en la fachada de una gran edificio, de aires nobles, que ocupa buena parte de esta calle. Es la sede del Gabinete de Inserção Profissional (GIP).

Mourão. Detalle de una ventana de la sede del GIP.

Mourão. Caminando por la calle Marcos Gomes de Vasconcelos Rosado.

Mourão. Caminando por la calle Marcos Gomes de Vasconcelos Rosado. Al fondo, cruzando, rua da Lapa. Tomamos esa calle hacia la derecha.

Mourão. La rua Doctor Libano Esquivel es, a la postre, la principal arteria que conecta la plaza de la República con las carreteras N-385 y N-256. Allí donde nace la calle Cándido dos Res encontramos un curioso edificio rematado con esta escultura de aires clásicos y aparente temática agrícola.

Mourão. Rua Joaquim Silvestre de Vasconcelos Rosado.

Mourão. Azulejería mostrando una escena agrícola. Curiosidades del callejero.

Mourão. Ventana.

Mourão. La calle 9 de Abril, contemplada desde la Plaza de la República. Comienza a ponerse el sol y la sombra de los edificios circundantes se proyecta en las fachadas.

Mourão. Parada técnica en la terraza del Morango Bar (calle 9 de Abril, junto a la plaza de la República y al lado del ayuntamiento).

Mourão. Plaza de la República. La Casa Consistorial, Paços do Concelho, que tiene su sede en un edificio del siglo XVII. Antiguamente el ayuntamiento estaba ubicado dentro del castillo, pero acabó instalado en el casco urbano después de la reconquista definitiva de la población allá por 1657.