Arrebatacapas y El Mediano, dos estilos de puerto para una agradable rutita en bicicleta


¡Ah, la bici y las carreteras tranquilas de una zona de gran pasión ciclista y, por ende, respeto para la práctica del cicloturismo! ¡Qué hermosa combinación! Y qué satisfactoria y placentera resulta para el ánimo cansado de cualquier protagonista. Nada de kilometrajes excesivos e inhumanos, apenas sesenta kilómetros, son suficientes cuando la ruta en cuestión plantea dos grandes puertos y algún que otro repecho condenado injustamente al olvido. Estamos en el este de la provincia de Ávila. Un paraíso para las cuestiones pedalísticas.
La salida y el final, por cuestiones de logística y comodidad, los fijamos en Valdemaqueda, en suelo madrileño. Pero salvo este prólogo y un breve epílogo por carreteras madrileñas, el resto es 100% una ruta abulense. Menos por algún tramo de pendientes descendentes y curveos peligrosos por los pagos del arroyo de la Pizarra Becedas, y otro de tráfico más intenso y desconcertante por los repechos de la CL-505 (la que une El Escorial con Ávila) entre La Cañada y las afueras de Las Navas del Marqués (donde tomaremos una plácida pista forestal, la del área recreativa del Valladar, sin apenas coches), las ascensiones al puerto de Arrebatacapas y a El Mediano marcan esta ruta que a ratos alterna los pinares con los páramos, los cultivos y los prados.

Arrebatacapas, desde Cebreros, el pueblo natal del expresidente del gobierno Adolfo Suárez, es un puerto largo de cómodas pendientes y generosas perspectivas, una dificultad que un profesional se merendará sin reparo ni problema alguno, pero al cicloturista le regalara hermosas vistas sobre el valle gracias a sus curvas de herradura de pendientes humanas. El cartel que anuncia la cima a 1.068 metros es una referencia inexacta, en tanto que la ruta sigue ganando altura y alternando repechos con falsos llanos unos cuantos kilómetros más. Se superan los 1.220 metros sobre el nivel del mar, de hecho. No es por tanto el de Arrebatacapas un puerto con descenso al uso, aunque sí se note que perdemos altura desde la bifurcación de la carretera entre la que baja a San Bartolomé de Pinares (ojo al paso empedrado digno de clásica) y El Herradón, la que seguiremos nosotros; o la que sigue, y queda a la derecha, directamente hacia La Cañada.

Y El Mediano, ¡ah el puñetero Mediano!, es pequeño (por corto, apenas cinco kilómetros) pero muy matón con sus pendientes firmes y constantes por encima del 10%. Una trampa donde no es extraño que sople el viento. O un reto para el amante de las aventuras. El Mediano es una pista forestal asfaltada, un camino tradicional que, llegados a los 1.330 metros sobre el nivel del mar, tampoco tiene descenso. Aunque el llano cercano a La Cañada, qué quieren que les digamos, sabe a tal. Una ruta muy recomendable y, con un poco de tesón y amor propio, asequible para todos. ¡Aquí no hay prisas y nadie es peor que nadie por poner el pie en el suelo, si llega el caso, para tomar el aire!

Ubicación geográfica de las tierras por las que trascurrián nuestras pedaladas en cuestión a través de esta apañada rutita no falta de dureza [Mapa ViaMichelin]

El perfil de la ruta en cuestión con salida y llegada en Valdemaqueda. ¡Lo que dan de sí 60 kilómetros!

Preparativos en las afueras de Valdemaqueda.

Parte final del Puerto de Arrebatacapas viniendo de Cebreros. Es la cima "oficial", porque las pendientes se alternarán con descensos durante unos cuandos kilómetros más, todos por encima de los mil metros de altura sobre el nivel del mar. Los paisajes, muy sugerentes.

Un sendero "empedrado" viene a desembocar a la cima.

Arrebatacapas. Una alfombra.

Posado junto al cartel. Lo dicho, la subida realmente sigue ganando metros sobre el nivel del mar mucho más arriba de esos 1068 metros que marca el cartel.

Por ese sinuoso "infinito" que nos acompaña desde la cima de Arrebatacapas, un puerto sin descenso.

Casco urbano de San Bartolomé de Pinares.

Repechón en San Bartolomé de Pinares.

Un trocito de Flandes (otro de tantos) en la provincia de Ávila.

Comienza la parte más exigente del corto pero terrible El Mediano.

¡Esa señal se queda corta!

Sufriendo con constancia.

 Rampón para un buen dolor de piernas.

La parte más exigente del Mediano. El ciclocomputador nos indica que los porcentajes se aferran al 15% y el16%.

¡Se agarra mucho esta parte, pero el asfalto es impecable!







¡Ya queda menos!

Cuando pasó el pelotón de la Vuelta por este punto todos los "pros" iban sobradísimos... ¡Y nosotros echando el alma dando chepazos en busca de un ritmo constante que se resiste!

Se intuye el final de lo más duro y nos aferramos al mantra cicloturista: paciencia y pedaleo, paciencia y pedaleo, paciencia y pedaleo...

Las bicis al sol. ¿Por qué?

Pues por un posado casi en la cima de El Mediano, que queda a la derecha y que después de sus pendientes bestiales da paso... ¡a una llanura! No hay descenso, propiamentemente dicho.

Un valle que se abre al fondo y parece mentira que esté ahí...

Pendientes pronunciadas...

El cartel de El Mediano, un hermoso premio para el esfuerzo anónimo de muchos cicloturistas. Es obra de un alma filantrópica e inquieta que ama la bici, pero mucho más las montañas y la naturaleza.