La piedra Os Cadrís cura la espalda junto al Santuario de la Virgen de la Barca (julio de 2009)



Cierto lugares poseen una atmósfera tan densa que rápido comprenden los sentidos que allí se aúnan, a un tiempo, el peso de la historia, la tradición y los mitos. Lugares donde se abrazan lo místico y lo espiritual, en donde no interesan las explicaciones físicas o geográficas y sí los cuentos y leyendas que se inspiran en su génesis. El ambiente, la energía que se percibe, seducen la percepción. No se trata de esoterismo, simplemente de eso que Juan Ignacio Cuesta llama lugares de poder. Un país que nunca se acaba como éste tiene una buena ración de sitios así. Y Galicia, por su riqueza histórica y por su variedad geográfica, no se queda corta en su aportación. El entorno de la punta de A Barca, la antigua punta de Xaviña, es un ejemplo. Al sur de A Coruña, en las cercanías de Muxía, en el corazón de la Costa da Morte, allí donde el veneno negro del Prestige se cebó con especial y aún comprobable saña, el Santuario de la Virgen de la Barca (Virxe da Barca, en gallego) y sus alrededores son un lugar de esos que hay que visitar alguna vez en la vida. Sí puede ser, claro, con la romería que tiene lugar cada segundo domingo del mes de septiembre (salvo que caiga en día 8, caso en el que la fiesta se muda al 15). El templo tiene unas vistas privilegiadas al bravo Atlántico y a la ría de Camariñas. Unas proximidades riquísimas en riscos, canchales y demás manifestaciones pétreas explican la génesis de la tradición que bautiza toda esta zona.

El mito dice que en ese punto, ante la desesperación de Santiago en sus labores evangelizadoras en suelo gallego, la Virgen María desembarcó para animarle en su labor. María alcanzó la costa en una barca de piedra cuya desecha integridad quedó diseminada en las proximidades de donde se encuentra el santuario. Eso explicaría, un origen vinculado a lo divino, por qué muchas piedras tienen formas tan curiosas y los lugareños las han venido otorgando propiedades mágicas. De la Pedra de Abalar, la que sostenía a la Virgen en su viaje, se dice que tiene propiedades adivinatorias o dotes para comprobar la culpabilidad o la inocencia de una persona. De la Pedra de Os Cadrís, a la que se asociaba con la vela del barco que portó a la Virgen, se cuenta que cura el reuma y otras dolencias de espalda si se pasa bajo ella en nueve ocasiones. Su extraña forma, quizá un riñón o un hueso, alimenta esa creencia. El actual santuario es una construcción del siglo XVIII (1719) a la que se le han hecho posteriormente varios añadidos y que fue financiada por Juan de Rivadeneira, Conde de Frigiliana, y posteriormente su hija Teresa de Taboada y su yerno, el Conde de Maceda (José Benito Lanzós Novoa). Destacan entre estos últimos las dos torres que presiden su fachada, levantadas en 1958. Pero sus orígenes son muy anteriores, del siglo XVI, época de la que existen testimonios escritos de la existencia de una capilla en el lugar donde se custodiaba la imagen que la propia Virgen le entregó a Santiago y que después fue encontrada. Una imagen que, tras un primer intento de los lugareños por llevarla a la iglesia de la localidad, volvió a aparecer en el lugar del hallazgo... donde finalmente, dada la insistencia divina, se construyó el santuario.

Santuario de la Virgen de la Barca, en Muxía, con la pedra Os Cadrís. Ubicación geográfica en la costa gallega [mapas de ViaMichelin].


El santuario, y sus vistas sobre el océano Atlántico.


El santuario y el entorno de las piedras, con el monumento A Ferida (la herida) a su derecha desde 2003.


Otra vista del monumento A Ferida. Un monumento para no olvidar cosas como las que recoge este documental.


A Ferida, "la herida" en castellano, un monumento que recuerda la catástrofe del Prestige y la simboliza con dos bloques de piedra separados por una grieta. El 19 de noviembre de 2002 el petrolero Prestige se hundió frente a las costas gallegas, provocando con el vertido de gran parte de su carga uno de los mayores desastres ecológicos y económicos de la historia de Galicia y España. Al lado del monumento, un mojón que indica que estamos ante un trazado del Camino de Santiago, concretamente el que unía Compostela con Finisterre.


Otra vista del santuario, desde el camino que desciende a sus proximidades. A la izquierda, visitantes junto a la Pedra de Albalar y la Pedra dos Cadrís.


El entorno del santuario y sus vistas, con la parte superior de la Pedra dos Cadrís cortada.


Cumpliendo la tradición en la Piedra de Os Cadrís.


Cumpliendo con la tradición en la Piedra de Os Cadrís (2).¡Lo que hay que hacer para acabar con los dolores de espalda... siguiendo las creencias populares y alimentándolas!


Preciosas vistas al Atlántico y los montes cercanos a sus aguas en el otro lado de la ría de Muxía, el del cabo da Boutra.


El faro de Punta da Barca, una construcción de 1981 sobre otra anterior de 1926 que tiene 11 metros de altura. Empero, en 1898 ya existía un faro en la zona.


No lo parece, pero lo es: restos del trístemente famoso chapapote todavía presentes.

Vídeo de Jesús Viqueira Becerra muy aclaratorio sobre el lugar en cuestión:


¿Cómo suena la pedra de abalar? Félix Federico Menéndez Martínez nos muestra cómo. Magnífico montaje. Delicioso: