El Peñón de Ifach de Calpe: de vértigos sobre el Mediterráneo en un sorprendente parque natural


¿Qué debían de pensar los navegantes fenicios, o los griegos, o los cartagineses, también los romanos o por qué no los piratas de la berbería, cuandos sus embarcaciones encaraban las costas de la península ibérica a la altura de la localidad de Calpe y se topaban con la majestuosidad de un gigantesco pedazo de tierra emergiendo del Mediterráneo? Por mucho que ya fuera conocida por todos, porque resulta imposible saber quién fue el Rodrigo de Triana de turno que alucinó con la montañita en cuestión, la referencia no podría de evocar leyendas,sugerir historia y provocar sugestiones. Es la dicha de los lugares bendecidos por la geoestrategia, bañados con la magia de los espíritus libres y los momentos únicos tipo, pongamos por caso, ocasos estivales. El monte, realmente un peñasco pero todo un achantante Everest desde la perspectiva de mar, es el Peñón de Ifach. Una maravilla natural. Un balcón privilegiado con su cima a más de 300 metros sobre las aguas. Un sitio de consideración sagrada en tiempos pretéritos. Y un milagro, todo hay que decirlo, ante la presión urbanizadora de la que no ha podido librarse uno de los destinos turísticos de más añejo pedigrí en la Costa Blanca.

Sorprende que haya sobrevivido casi íntegro, lo mismo que las cercanas (y afamadas) salinas. Pero lo cierto es que desde el último tercio del siglo XX Ifach y su entorno es todo un Parque Natural. Afortunadamente. El hispanista británico Richard Ford lo calificó en el siglo XIX como "un Gibraltar en pequeño". Ifach es como una pequeña península dentro de otra península mayor (la Ibérica, por supuesto), una concentración de roca calcárea unida a la costa por una especie de tómbolo en el que han proliferado los edificios de viviendas, un gran ejemplo istmo por mal que le pese a la ambición inmobiliaria. No descubrimos nada al afirmar que Ifach es un icono para Calpe (Calp en valenciano), un orgullo para sus vecinos y para sus visitantes.

Un pulmón para muchos paseos. Y, si nos plantamos en la ruta senderista de más de dos horas que asciende hasta su cumbre tras algo más de dos kilómetros, todo un reto de panorámicos réditos. Incluso ante tanto mastodóntico edificio, qué curioso. Pero el Peñón de Ifach sobre todo es un paraíso para las aves. Decenas de especies, algunas fijas y otras de paso, anidan en sus entornos y encumbran su escarpada vertiente este a la categoría de altar de la nidificación. Se dice que, incluso, en sus pagos llegó a habitar la cabra montesa. .. No será porque las condiciones no son idóneas. Las magnificas condiciones de Ifach para las aves se complementan con las cercanas salinas, otro reclamo para diferentes pueblos a lo largo de los siglos y en el que no faltan grandes bandos de flamencos pese a la cercanía de grandes edificios residenciales. Un sinsentido visual y medioambiental. Lo cierto es que las menciones a fenicios, griegos, cartagineses, romanos y demás no son accesorias refiriéndonos a Calpe. Una privilegiada bahía que pronto conoció de asentamientos comerciales y en la que los romanos, entre otras ejecuciones, llegaron a plantar una de sus factorías piscícolas, vestigios aún visitables en los entornos de Ifach.

El Peñón de Ifach (Penyal d´Ifac en valenciano), un icono pétreo de la comarca de la Marina Alta en la localidad alicantina de Calpe [Ubicación geográfica: ViaMichelin]. Esta imponente roca de 332 metros de altura sobre las aguas del Mediterráneo es otro de esos hitos míticos del que, cuentan, es el prepucio petrificado del mismísimo Zeus, un castigo de Cronos por copular con Gea. También se narra que se trata de un antiguo genio maligno que, tras agraviar la plácida vida de una colonia de sirenas, fue empujado fuera del mar por el mismísimo Neptuno, convirtiéndose en piedra al emerger de las aguas; y aún intenta huir en los días de niebla. Y no falta, claro, la versión de la doncella que en unos tiempos tan remotos quedó tan cautivaba por las puestas de sol de la zona que no quiso abandonarla cuando fue solicitada por su padre para un matrimonio de conveniencia; sus ruegos y súplicas fueron satisfechos por el mar, que la cubrió de sal.

El Peñón de Ifach, un imponente órdago de verticalidad en su vertiente oriental. En primer plano, los restos de la factoría romana. Cuentan que no fue realmente accesible hasta 1918, cuando en sus entrañas se abrió el túnel de 30 metros que vertebra la ruta que asciende con relativa facilidad hasta su cumbre. Dada la afluencia de turistas en Calpe, y por esta ruta abierta en el primer tercio del siglo XX, el Peñón pasó de inexpugnable (aunque siempre fue empleado como atalaya defensiva en la que la soldadesca se las veía y se las deseaba) o muy concurrido en ciertas épocas. Y sin embargo, estamos en un espacio protegido por la Comunitat Valenciana desde 1987. Un parque natural, un paraíso para las aves, rodeado de urbanizaciones y construcciones...

El Peñón de Ifach pasa desapercibido entre los mastodónticos edificios de Calpe, uno de los núcleos más importantes de turismo playero del litoral español. Un paraíso para las aves, para el submarinismo y para la escalada.

De camino al Peñón de Ifach, según el gran Juan de Gracia. Una vista atrás sobre las playas de Calpe y un entorno generoso en cumbres como el de la Sierra Gelada de Benidorm, ambos pobladísimos de construcciones. En primer término, entre la playa de Arenal-Bol y la Cala Morelló, los restos conocidos como Baños de la Reina, antigua piscifactoría romana. No muy lejos se encuentran los restos de las termas romanas de Calpe.

Vestigios de la piscifactoría romana de Calpe, de la que salían diversos productos, con el extendido garum al frente.

Otra vista sobre los restos de la vetusta piscifactoría romana en los que se intuye una canalización. Lo de "Baños de la Reina" proviene de una leyenda (otra más con raíces en Calpe) sobre una princesa musulmana que huía de un palacio y disfrutaba de unos relajanes baños playeros en los restos de las balsas que se integraban en las instalaciones de la piscifactoría.

En las cercanías del Parque Natural del Peñón de Ifach, que en el istmo de su vertiente terrestre tiene un perímetro amurallado. El Peñón y su entorno, cual finca, han tenido diferentes dueños a lo largo de los años hasta que la Comunitat Valenciana se hizo con su propiedad justo antes de convertirlo en un espacio protegido. Gregorio González Ausina, Vicente París Morla, José Más Capó,... Fue Vicente París el que construyó el tunel que atraviesa el peñón.

Mirador de Poniente. Vista de Juan de Gracia sobre la pequeña bahía de Calpe, sus playas y, ya en primer término, el real club náutico y el puerto pesquero. Contemplaremos Sierra Gelada, la Sierra de Aitana y, justo enfrente, el llamado Morro de Toix, extensión hacia el Mediterráneo de la Sierra de Bernia y gran mirador sobre Calpe y el Peñón de Ifach.

El Peñón de Ifach. Un mapita de toda la extensión del parque natural.



Imponente Peñón de Ifach. En fotos antiguas, como las que se recogen en esta interesantísima web de Andrés Ortolá, se aprecian las casas de los París, edificaciones que fueron demolidas antes de la constitución del peñón en parque natural y que fueron levantadas por uno de los antiguos propietarios de toda esta extensión. ¡El peñón llegó a ser subastado públicamente!

Aula de la naturaleza. Centro de interpretación del parque natural, ubicado en el mismo lugar donde existió una de las dos masías de los París.

La subida al Peñón de Ifach está regulada por afluencia (imagínense en verano, con todo el turisteo que congrega Calpe) y los aficionados a la escalada no pueden disfrutarlo entre abril y mayo por tratarse del período de cría de numerosas especies de aves.

Vila de Ifac, asentamiento medieval a los pies del peñón. Ifach reunió en sus alrededores poblados íberos, romanos y musulmanes que, con el tiempo, irían descendiendo hacia el itsmo o cotas más bajas.



El centro de interpretación.

Ifach, visto desde el centro de interpretación.

Los alrededores del centro de interpretación, muy bien acondicionados. La ruta que asciende hasta la cumbre es mucho más abrupta, especialmente desde el Mirador de Cavanilles y la cueva de 180 metros que cruza al otro lado del macizo rocoso.

Muchos veraneantes se dan un paso hasta los alrededores del túnel y luego descienden. La ruta más "senderista" nos llevará unas dos horas.

Calpe, a nuestro pies. En el entorno del antiguo poblado de Ifach encontraremos restos de una vieja cerca de la época musulmana.

Una gaviota sobrevuela los cielos del peñón. Las aves son las reinas de este espacio (aunque no falta el conejo, la musaraña, el erizo y varias especies de reptiles con los lagartos al frente) y su amplísima variedad está reforzada por las cercanas y afamadas Salinas de Calpe, otro buen reclamo para muchas especies. En el Peñón de Ifach, entre especies nidificantes, invernantes o de paso, habitan unos 80 tipos diferentes de aves. Destacan el halcón eleonor, el cormorán moñudo, la gaviota patiamarilla, el vencejo pálido, el cuervo marino,... Lo más curioso, que se dice que aquí fueron hallados ejempleares de cabra montesa a mediados el siglo XX.

Más de 300 especies vegetales diferentes se asientan en el Peñón de Ifach y su entorno, incluyendo los fondos marinos. Resulta un milagro tanta variedad ante la presión humana a la que se someten, por mucho que andemos en un espacio protegido. En la fotografía, una chumbera rodeada de tomillos y otras especies propias del monte bajo y el matorral.

El concurrido puerto deportivo de Calpe.

Ocaso sobre el puerto de Calpe (Calp en valenciano).

La cara este del Peñón de Ifach.

De camino hacia los denominados miradores de Levante, punto de hermosas panorámicas, seductores rumores del agua y agradables brisas.

Así son las vistas desde los miradores de Levante.

Escarpadísmo Peñón de Ifach.

Observando el horizonte desde los miradores de Levante, acondicionados para el paseo y el deleite. Grandes vistas sobre la playa La Fossa-Levante de Calpe y la cercana localidad costera de Moraira y todo su entramado de construcciones.

Ocaso junto al peñón captado por el fenómeno Juan de Gracia.

Fondos turquesas, reino para las posidonias y meca para los submarinistas, contemplados desde los miradores de Levante del Peñón de Ifach.

La bahía de Calpe, su "masificación" arquitectónica y urbanizadora, el puerto pesquero y el club náutico.

El Peñón de Ifach y su entorno son dos lugares completamente alucinantes, pródicos en tonalidades lumínicas únicas y una brisa que embelesa. Un lugar mágico. Tanto que muchos afirman que conforma junto al islote de Es Vedra (Ibiza) y la costa suroeste de la isla de Mallorca el Triángulo del Misterio, también llamado Triángulo del Silencio. Un Triángulo de las Bermudas a la Mediterránea, vamos.

Vídeo elaborado por Janet Landels desde la cima de Ifach. Muy ilustrativo sobre lo que es toda la ascensión hasta el vértice geodésico de su cima.


Hay que atravesar un túnel y Tanzino grabó así la experiencia allá por 2008 en sentido bajada.


Relajante vídeo de un amanecer sobre Ifach grabado por Javier Rullán Ruano.