Almagro, en Ciudad Real, es mucho más que un corral de comedias o una plaza mayor


Almagro. Ubicación geográfica de esta población castellano-manchega de poco más de 9.000 habitantes célebre por algún producto agrícola con denominación de origen (quién no ha escuchado nunca eso de "las berenjas de Almagro") y por su corral de comedias estéticamente prototípico; por no hablar de reclamo turístico de primer orden y con un apañado espacio personal en Internet: Almagro Post. Lo de Ciudad Conjunto Histórico-Artístico, que dice mucho, es una etiqueta que se le queda cortísima a este núcleo de evidentísimos orígenes árabes en su nomenclatura como confiesa el "al-xxxxx". Su centro urbano es impactante, agradable, amable y realmente recomendable. [Mapas VíaMichelín]

Casa Grande. Fachada de este céntrico hotel rural, nuestro "centro de operaciones temporal", ubicado en la calle Dominicas. Una casa solariega del siglo XVI reformada en el siglo XIX y repensada en el XXI.

Casa Grande. Almagro. Imagen comercial captada de una toalla. Ahí van unas cuántas opiniones al respecto vía Tripadvisor.

Casa Grande. Enorme patio interior protegido por una techumbre que permite el paso de la luz y en donde se concentran los desayunos. Un enclave decorado con mimo y esmero y que guarda sorpresas...

... como puede (atención lector, este pie de foto contiene #SPOILER o puede contenerlo) ser el encontrarte con un actor que desarrolla un buen pasaje de una de las obras de teatro clásico que se representan en el Corral de Comedias.

Casa Grande. Una de sus estancias.

Casa Grande. Otra de las sorpresas de este establecimiento hostelero es que está equipado con una piscina cubierta. Lugar que llama la atención de los más pequeños.

Solarium rural de cuidados complementos y adornos.

Decoraciones geométricas en el suelo de una de las habitaciones de la Casa Grande.



Más decoraciones geométricas.

Curiosa lámpara fabricada con viejas cámaras de fotos que encontraremos en la pequeña recepción de este establecimiento hotelero.

Una mujer pedalea por la empedrada calle Dominicas. La bicicleta, dada la orografía de esta población, es un medio de transporte eficaz para mayores y pequeños. Almagro, y la zona en general, alimenta una importante afición al ciclismo en todas sus disciplinas, con la ruta y el mountain bike al frente.

Viviendas en la calle Dominicas.

Detalle ornamental sobre una de las ventanas de una gran casa de la calle Dominicas.

Restos de otra época realzados en una rehabilitada esquina, confluencia de las calle Dominicas y Mayor de Carnicerías.

Calle Mayor de Carnicerías. Vía de acceso a la plaza Mayor de Almagro. El gran edificio de piedra es el antiguo Pósito y actualmente alberga instalaciones de correos.

Antigua cárcel local, actualmente una biblioteca, ubicada en la calle Mayor de Carnicerías. Su portada barroca es muy llamativa.

Antigua cárcel local.

Detalles heráldicos en la fachada de la antigua cárcel.

Coloridísimo El Refugio. Un negocio local de ropa y complementos muy apañado que está regentado por una chica, Nieves, muy simpática.

Plaza Mayor de Almagro. Corazón económico de la población, y centro de sus poderes, en otras centurias. La de Almagro es una plaza mayor muy atractiva por su extensión, por su forma rectangular y por sus llamativas galerías de color verde. La plaza, como espacio urbano, fue profundamente restaurada mediados el siglo XX. Y la vieja plaza medieval ya había sido bastante modificada tras la llegada a la población de la ostentosa familia Fugger, posteriormente conocidos como Fúcar. Una familia alemana centrada en el mundo de las finanzas.

Ayuntamiento de Almagro, antiguo Palacio Maestral. Gran edificio de piedra en la plaza Mayor.

Efecto ojo de pez sobre la Plaza Mayor de Almagro.

Plaza Mayor de Almagro. Hasta 85 columnas conforman sus galerías norte y sur.

Bar Restaurante El Gordo. Uno de de los muchos negocios de restauración que existen en Almagro y que en gran parte se concentran en torno a la plaza Mayor.

Callejón del Toril, el nombre más popular de la oficial calle Capitán Parras, natural de Almagro que falleció en una de las Guerras de África de comienzos del siglo XX.

Plaza Mayor de Almagro. En primer término, engalanando una papelera, una representación del escudo municipal.

Interior del Bar La Plaza. Concretamente su segunda planta. Hermosas vistas sobre la plaza desde aquí.



Berenjenas de almagro. Las de bote, las más fáciles de encontrar en cualquier comercio, son unas clásicas de la gastronomía recreativa estatal, pero hay que reconocer que las "caseras" tienen un punto que mejora a las anteriores, más industriales.

Vistas de la plaza Mayor de Almagro desde la segunda plaza del restaurante La Plaza.



Plaza Mayor de Almagro.

Plaza Mayor de Almagro.

Acceso al Corral de Comedias de Almagro (izquierda), ubicado en la misma plaza Mayor de la localidad y célebre, a nivel universal, por mantenerse esencialmente igual que cómo era cuatro siglos atras. Un acceso no falto de modestia en el que una serie de placas y trabajos en azulejería nos recuerdan los orígenes del mismo o alguna consideración especial. A la derecha, la Casa de los Molina, una vivienda solariega de ubicación privilegiadísima.

Corral de Comedias. Interior. La historia nos recuerda que Leonardo de Oviedo, presbítero de la iglesia de San Bartolomé lideró un proyecto constructivo en el Mesón del Toro y, tras costear los trabajos, afrontó su primer estreno en 1629. Al menos es en esta fecha cuando tiene lugar la primera obra documentalmente recogida. La evidencia de su existencia, sin embargo, no se mantendría "virgen" durante los siglos siguientes, sino que permaneció oculta a primera vista hasta mediados el siglo XX por culpa de algunos muros que habían difuminado su existencia. Hoy en día el Corral de Comedias es todo un icono, ha fomentado incluso la apertura de un cercano Museo Nacional del Teatro y sustenta cada mes de julio todo un Festival Internacional de Teatro Clásico que bebe del Siglo de Oro.

Un viejo pozo, recuperado con fines contextualizantes, permitía el suministro de agua entre los asistentes a las obras representadas. Su ubicación, junto al acceso al patio principal, entre el zaguán y la alojería.

"Patio de los Mosqueteros". Esta plaquita es una de las varias que, en su zona concreta, recoge cómo eran conocidas las diferentes zonas del Corral de Comedias. Todos los personajes de la sociedad barroca tenía su lugar concreto para asistir a las obras. Mujeres y hombres no podían compartir estancias dentro del corral.

Escenario del Corral de Comedias. Eso de "las tablas" tiene mucha razón de ser, visto lo visto... A la derecha se aprecia parte del escotillón, una trampilla que permitía el acceso al tablado desde su parte inferior.

Una red de candiles repartidos en el maderamen sustentador de la estructura en sus entreplantas distribuía iluminación... aunque nos contaban que las obras se solían representar con luz e incluso durante primeras horas del día. Los aquí presentes, bajo los aposentos de la primera planta.



Corral de Comedias. Visión parcial desde una de sus galerías superiores laterales.

Efecto ojo de pez desde la zona central de la segunda galería frontal del corral, el llamado desván





Plaza Mayor de Almagro. Abandonamos el Corral de Comedias y nos dirigimos a la vertiente opuesta de la plaza, que es la norte. Si en el lado sur se concentran más los restaurantes, en el norte lo hacen los bares de tapeo.



Plaza Mayor de Almagro. Vertiente sur. Dos personas reposan en un banco ante la fachada de la espectacular Casa de los Molina, una de las muchas viviendas de aires palaciegos que sobreviven en Almagro.

Galería norte de la Plaza Mayor de Almagro. A la derecha, el ayuntamiento.

Plaza Mayor de Almagro. Un capitel de piedra sostiene un entablamento de madera. Así se forjan estos soportales.

En la galería norte podemos encontrar diferentes negocios de productos típicos, desde agroalimentarios a enseres y menajes del hogar varios.

Unos niños conversan delante de la tienda Chucherías Carmen. Justo al lado, la Heladería Fresquibiri.

Plaza Mayor. Esta "callejuela" permite el acceso al Museo del Encaje.

Accesos al Museo del Encaje de Almagro, que comenzó su andadura en el verano de 2004 y que es una iniciativa de interés.

Plaza Mayor de Almagro. Vista de los accesos al Corral de Comedias desde los exteriores de los bares Platea y Taberna Chiri.

Trasegando un par de tintos con su tapita (gratis y donde no falta el pimiento) en el Chiri.

In vino veritas... y en ese momento llega un coche de época con una pareja de novios que andan contrayendo nupcias y se van a hacer unas fotos muy chulas para su álbum.



Un vecino se asoma a través del ventanal de su vivienda, que asoma a la plaza Mayor.

Pequeño espacio ajardinado en uno de los extremos de la Plaza Mayor de Almagro. Presidido por una escultura de Diego de Almagro, esta zona de la "square" se extiende allí donde en otro tiempo se encontró una iglesia: la de San Bartolomé el viejo.


Diego de Almagro. Escultura que recuerda a uno de los hijos ilustres de la población y que se encuentra en el lado oeste de la plaza Mayor. Diego de Almagro, supuestamente hijo ilegítimo de Juan de Montenegro y Elvira Gutiérrez, fue uno de los encargados de la conquista de Perú y está entre los "descubridores" del actual Chile. Acabaría ejecutado por Pizarro y sus acólitos en un conflicto de intereses sobre la plaza de Cuzco. Hoy en día bautiza un colegio público.

Plaza Mayor de Almagro. Uno de los capiteles más viejunos. Al fondo, la Casa Solariega de los Rosales, del siglo XVII.

Decoración ornamental en la fachada de la Casa Solariega de los Rosales, del siglo XVII. "A solo Dios el honor", reza un lema labrado en la misma.

Diferentes alturas residenciales en la calle Nuestra Señora de las Nieves. Vamos a detener la marcha para cambiar el rumbo y tomar la dirección opuesta...

Iglesia de San Bartolomé (la nueva), con el Museo Nacional del Teatro (en el antiguo Palacio de los Maestres de Calatrava) a su derecha. Estamos caminando por la calle Gran Maestre.

Así se las gastaban con los trabajos de forja de las ventanas de un palacete en la calle Gran Maestre, el de los Maestres de Calatrava.

San Bartolomé, escoltado por dos cañerías del edificio de enfrente engalanadas con siluetas en forja de Don Quijote y Sancho Panza.

Museo Nacional del Teatro, un espacio cultural que creció notablemente desde finales de la década de los años 80 del siglo XX y que sirvió para aglutinar fondos documentales esparcidos por diferentes instituciones hasta entonces. Tal fue el crecimiento que el palacio de los Maestres de Calatrava, profundamente restaurado ad hoc, se convirtió en su sede definitiva. Indispensable para los amantes de las artes escénicas.

Casonas en la céntrica calle Ramón y Cajal.

La plaza del Clavero Fernández de Córdoba evoca al personaje recordado por este busto. Frey Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza fue, allá por el siglo XVI, el creador e impulsor de la Universidad de Almagro. Clavero de la orden de Calatrava, Fernández de Córdoba logró que vieran la luz estudios de Teología, Filosofía, Arte o Latín, entre otros, cursos que forjaron la que sería la segunda universidad más antigua de la corona de Castilla y que bajo la tutela de los dominicos se extendieron hasta el siglo XIX. En ella estudiaría el futuro general Baldomero Espartero, hombre fuerte de la política española del siglo XIX.

Iglesia de San Bartolomé. Un templo con el mismo nombre existió en la Plaza Mayor, siendo derribado en el siglo XIX (sus restos serían reutilizados en muchos casos en la construcción de una primera plaza de toros). El "actual" correspondía a la anteriormente conocida como iglesia de la Compañía de Jesús, finalizada en torno al siglo XVIII.



Antigua Botica todavía en servicio en la calle Jerónimo Ceballos, en uno de los flancos de la plaza del Clavero Fernández de Córdoba.

Calle San Bartolomé. Hostal San Bartolomé, en una casa del siglo XVI que perteneció al linaje familiar que comparte nombre nombre con la calle.

Empedrado de la calle San Bartolomé.

Otra de las casonas de la calle San Bartolomé, la del número 5, acoge otro de los negocios hoteleros de la población: Retiro del Maestre. Sus propietarios poseen otro establecimiento en las afueras, en el entorno del centro de recepción de visitantes, que recibe el nombre de Maestrazgo de Calatrava.

La antigua sede de la Universidad de Almagro. Aunque la historia considere que se trató de una "universidad menor", y la categorice como tal... !qué importante es para una población disponer de un centro de estudios superiores! Dice mucho de su categoría poblacional, de su vocación y de sus pretensiones; por no hablar, claro, de cómo se involucraban los más pudientes o influyentes. La Antigua Universidad Renacentista, nombre con el que es conocida más oficialmente, se ubicaba aquí, en el convento de Nuestra Señora del Rosario. ¿Estética de iglesia para una institución de tutela dominica? No, el templo era una parte más de un recinto más amplio al que las desamortizaciones le sentaron fatal. Finalizados los estudios sus estancias sirvieron de almacen de productos agrícolas, establos... e incluso fábrica de muebles. Varios incendios redujeron el conjunto que hoy podemos contemplar.

La torre de la iglesia de San Bartolomé destaca sobre las viviendas en este vistazo atrás mientras caminamos por la calle del Colegio, circunvalando las antiguas instalaciones universitarias.

Antigua Universidad de Almagro. Porción de fachada en la que se encuentran varias orlas de naturaleza heráldica...

Antigua Universidad de Almagro. Torre de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Un templo tan macizo como discreto. El peso de la mampostería tan típica en las obras de petición dominica en época renacentista. Hoy en día, y desde la edición de 2006 del festival, su interior se ha transformado en un espacio teatral.

Nuestra Señora del Rosario, contemplada desde la calle San Benito de Almagro.

Viviendas típicas en la calle San Benito.

Cortinas de temática quijotescas que protegen la puerta principal de una vivienda almagreña ubicada en la calle San Benito.

El encalado y pintado no puede ocultar del todo el remate en ladrillo de las esquinas de esta edificación existente entre las calles San Benito y Jerónimo Ceballos.

Calle Jerónimo Ceballos. Al fondo, sobre los tejados, San Bartolomé y sus torres gemelas.

Palacio de los Oviedo. Dimensiones enormes para esta vivienda del siglo XVI que va necesitando una restauración...

... y a la que no le hubieran venido nada mal unos guardacantones de esos tan típicos de las poblaciones del sur de España.

Esquina.

Colegio Público Miguel de Cervantes, en la plaza homónima. Del año 1927.

Un gato de generosas dimesiones nos observa desde el interior del colegio Miguel de Cervantes.



Accesos al, desde 1970, Parador de Turismo de Almagro, antiguo convento de Santa Catalina. Otro de los enclaves locales que bebe en el siglo XVI. Se encuentra en la Ronda de San Francisco, otra de esas calles que articula perfectamente el recorrido de unas antiguas murallas. En esta ronda, precisamente, encontraremos un restaurante de nombre "La Muralla" que está entre los más afamados y recomendables de Almagro.

Parador de Turismo de Almagro. El convento de Santa Catalina, que no ha sido ajeno al ir y venir de actividades, fue durante tres décadas del siglo XIX un hospital.

La antigua ermita de San Francisco, fagocitada en su día por las instalaciones del Convento de Santa Catalina.

Ronda de San Franscisco. Almagro.

Callejón peatonal engalanado con mosaicos de naturaleza geométrica, y con un escudo municipal, que conecta la Ronda de San Francisco y lo que nosotros consideramos "la milla de oro" de Almagro, la gran concentración de palacios y casonas de las calles Peralta y Bernardas. La callejuela, siendo tal, es una prolongación en términos de callejero de la calle (que no ronda, ojo) San Francisco.

El callejón desemboca en una calle Peralta que pocos metros después nos deja en la plaza de Santo Domingo. Espectacular enclave de Almagro.



Palacio de los Marqueses de Torremejía, original del siglo XVI. Detalles ornamentales heráldicos en una portada muy elaborada.

Un fiero león en la fachada del palacio de los Marqueses de Torremejía.

Capitel en el palacio de los Marqueses de Torremejía.

"Imagen de marca"... heráldica en el palacio de los Marqueses de Torremejía. Curiosamente, de la familia de los Oviedo: dos dragones y dos estrellas.

Enorme puerta carretera de un palacete en la calle Nuestra Señora de las Nieves, espacio vecino de la plaza de Santo Domingo.

Portada de la Casa de los Wessel, de la segunda mitad del siglo XVI, ubicada en la calle Nuestra Señora de las Nieves. Jorge Wessel, señor de Hersfemburg, fue uno de los delegados de la casa Fugger en Almagro y tal fue su acoplamiento con la población que se se casó con una local de noble cuna: María de Villarreal y Oviedo.

Casa de los Xedler. Hermosa fachada en esta vivienda de otro de los enviados germanos, Juan Xedler, en la que se dice que presenta el escudo heráldico de otro teutón, Juan de Juren.

Casa de los Xedler. En la calle Nuestra Señora de las Nieves. Detalle escultórico.

Casa del Prior de San Bartolomé. En la calle antes citada.

En la plaza Santo Domingo propiamente dicha: a la derecha, la llamada Casa del Capellán de las Bernardas (siglo XVI); a la izquierda, el barroco (e incompleto) monasterio de las Bernardas o, más específicamente, Monasterio de la Concepción Bernarda.

Plaza de Santo Domingo.

Pequeña plazuela ajardinada junto al palacio de los Marqueses de Torremejía: Pradillo del Conde de Valparaíso. En este solar se levantó en su día un hospitall, el de Ánimas, que fue derribado cuando se construyó el palacio que se encuentra justo enfrente y que vemos a continuación...

Posterior a todos los edificios anteriormente vistos, en el arranque de la calle Bernardas contemplamos el palacio de los Condes de Valparaíso, barroco del siglo XVII o primeros años del siglo XVIII. Propiedad de un miembro de la familia Portocarrero que era caballero de la orden de Calatrava y colaborador del monarca Fernando VI.

Interior del palacio de Valparaíso, un edificio que hoy en día cuenta con fines institucionales gestionados y tutelados por la Diputación de Ciudad Real.

Caminando por la calle Bernardas, donde no nos dejarán de acompañar grandes casonas de enjundia y tronío.

Curioso... en una casa de un par de plantas. Calle Bernardas.



Vivienda con remate heráldico en el actual número 9 de la calle Bernardas.

Otro escudo familiar en piedra en la calle Bernardas...

Confluencia de las calles Bernardas y Vicente Parra Gil, la segunda de las cuales muere en la mismísima Plaza Mayor a través del conocido como Callejón del Toril.

Plaza Mayor de Almagro, con San Agustín y ayuntamiento al mando, de noche.

Plaza Mayor de Almagro.

Plaza Mayor de Almagro, vista desde el arranque de la calle San Agustín.

Ayuntamiento de Almagro. Curioso y mil veces reformado edificio que, sin embargo, conserva todo el encanto.

Escudo en relieve en la fachada del ayuntamiento de Almagro.

Negocio de recuerdos, souvenirs y demás en la calle Feria.

Iglesia de San Agustín, parte de un convento fundado por la última heredera de la familia Figueroa y que vio la luz durante el siglo XVII, pese a la oposición de la Compañía de Jesús, bajo la influencia del estilo barroco y con la misión de albergar una comunidad de monjes agustinos.

Junto a la iglesia de San Agustín, en la calle homónima, encontramos Señorío de Rosalva. Un restaurante con espíritu de arrocería, y una señora bodega, en plena La Mancha puesto en marcha por un murciano, como nos contaría él mismo, con orígenes almagreños.

"La pluma es la lengua de la muerte". Uno de los lemas de inspiración literaria que ofrecen las paredes de los salones de Señorío de Rosalva.

Comensales en el interior del Señorío de Rosalva. No dejen de probar su ensalada de pimientos y perdiz o el meloso y delicioso arroz salvica (cuyo nombre se inspira en uno de los hijos del dueño).

Calle Encomienda.

Curioso nombre para una calle: Jeme.

Un ciprés sobresale sobre la tapia de un patio. Calle Encomienda.

En el número 13 de la calle de la Encomienda, este palacete.

Cruce de caminos y contrastes. Calles de la Encomienda, Clavería y Tercia.

Acceso al Almacén de los Fúcares, un edificio del siglo XVI donde supuestamente la familia Fúcar (castellanización del alemán Fugger) contó con una instalación para diferentes materias primas con las que comerciaban, además de para usos de oficina y despacho. Los Fúcares anduvieron más de siglo y medio, entre unas cosas y otras, manteniendo presencia comercial en esta población gracias a las no muy lejanas minas de Almaden. Las cosas del Imperio... Hoy en día es uno de los reclamos patrimoniales de Almagro. En todo caso, ese "supuestamente" inicial se cimenta en una reflexión del doctor Julián Aranda Martínez expuesta aquí. Quede constancia.

Construcción de tres alturas con sus bajos transformados en una entidad bancaria. Calle Feria.

Reclamo publicitario de otra época. Muchísimo encanto el de esta bombilla.

Iglesia de la Madre de Dios. Este templo de índole parroquial que finalmente nunca llegó a estar rematado por una gran torre prevista crece sobre donde en épocas anteriores se extendió un hospital. La de Madre de Dios, curioso nombre, presenta generosas dimensiones, pero también un exterior bastante comedido en elementos ornamentales. Mandan los contrafuertes. Y sorprenden algunas actuaciones pictóricas en sus laterales.

Iglesia de la Madre de Dios. Una de sus portada laterales.

Convento de la Encarnación, en la calle Diego de Almagro.

Detalle heráldico en el acceso al convento de la Encarnación desde la calle Diego de Almagro. Corresponde a los condes de Valdeparaíso, quienes sufragaron unos importantes gastos de reforma allá por el siglo XVII y recibieron la consideración de patronos del mismo.

Convento de la Encarnación. Una vieja ventana.

Fachadas en la calle Madre de Dios.

Puertas de importantes dimensiones en una vivienda de la calle Madre de Dios.

Monumento a la encajera, de León Herrera, obra preside una rotonda donde confluyen las rutas hacia la cercana Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, Pozuelo de Calatrava, Valenzuela de Calatrava y, subsidiariamente, otras varias poblaciones. Aunque este oficio ya inspiró al genial pintor neerlandés Vermeer en uno de sus cuadros más célebres (con permiso de la enigmática y hermosa joven de la perla que popularizaron más aún el cine y la literatura de la mano de Scarlett Johansson y Tracy Chevalier, respectivamente), el encaje de bolillos también es uno de los atractivos de Almagro y de todo el Campo de Calatrava. Todo un arte que incluso cuenta con un museo en la población.

Un paseo peatonalizado que comunica, entre una urbanización de casas bajas, la zona centro de Almagro con un ensanche industrial, "taurino" y deportivo: el Paseo de la Plaza de Toros.

Plaza de Toros de Almagro. Exterior. El coso fue pasto de las llamas en agosto de 1932, un incendio originado en unos altercados acaecidos tras un ansiado espectáculo taurino que no llego a producirse. La plaza había sido levantada en 1845 aprovechando los ripios, restos y demás generados por el derribo de la antigua iglesia de San Bartolomé que se encontraba en la Plaza Mayor.

Enorme mural de temática histórica (uno de los primeros barcos que transportaron exiliados republicanos con rumbo a México) en el silo de una industria agroalimentaria de Almagro. Su artista, Laguna, explica: "En memoria de mi abuela y de la gente que pasó por mi vida aquel julio". Esta obra vio la luz durante el mes de julio de 2006 en el marco de una actuación de la compañía Sneo Mestizaje durante el Festival de Teatro.

Llegamos a la avenida Manolo Sanroma y no podemos evitar que se nos erice el vello. En breve descubrirán por qué.

Otra pintada mural en esta zona... Popeye sumándose al botellón.

Contraluz silueteada sobre la escultura a Manolo Sanroma. La localidad de Almagro fue la cuna de este joven e intrépido ciclista que falleció durante la Volta a Catalunya de 1999 como consecuencia de una caída en los últimos kilómetros de una etapa con final en Vilanova i la Geltrú.

Monumento a Manolo Sanroma, un bronce 2002 firmado por el escultor manchego Lillo Galiani. La vida deportiva en la élite de este corredor fue frenética. Tras haber dado el salto a profesionales a mediados del año anterior de la mano del equipo Fuenlabrada, una estructura vinculada deportivamente a la organización de la Vuelta a España por aquellos entonces, ganó rápida notoriedad después de batir a todo un Mario Cipollini en un sprint de la Vuelta a Valencia. Un sprint donde el italiano intentó cerrarle y él, que le admiraba y le tenía como icono por eso de ser también sprinter, se lo recriminó a la cara y directamente.

Monumento a Manolo Sanroma. Este conjunto escultórico se encuentra en una rotonda en el entorno del Pabellón Municipal de Deportes Ciudad de Almagro. El hermano de Lolo, Jerónimo, quien también llegó a ser profesional y hoy en día trabaja en un negocio en el mercado municipal mientras sigue disfrutando del ciclismo que tanto aman, recordaba a su hermano en esta entrevista con la web El Pedal de Frodo.

Callejón del León. Igual el felino rampante aquí representando no está muy logrado en cuanto a detalle, pero sí tiene su encanto. Además, no en todos los sitios intentan plasmar con dibujos o iconos las nomenclaturas de su callejero... Esta calle conecta la zona del Pabellón Municipal de Deportes Ciudad de Almagro con la calle Bolaños, que realmente es la travesía de la CM-4124.

Impactante Santa Cruz presente en la fachada de esta vivienda de la calle Bolaños, justo en el punto donde el asfalto se estrecha tanto que unos semáforos regulan el paso de un único sentido de manera periódica. La foto, tomada desde el Callejón del León.

Así se nos presenta cuando caminamos por la calle Bolaños parte del recinto del conocido como convento de los Dominicos, oficialmente (u originalmente, mejor dicho) convento de la Asunción de las Calatravas.

Convento de los Dominicos. Esta etiqueta bebe de su "refundación" como colegio tutelado por esta orden de frailes a comienzos del siglo XX. Las monjas lo habitaron entre los siglos XVI y XIX, pero su testigo fue tomado por frailes tras el abandono de las primeras en una de las Desamortizaciones vividas en España por entonces.

Detalle heráldico con águilas bicéfalas. Ahí es nada...

Campanario de doble cuerpo.

Acceso al convento de la Asunción de las Calatravas, uno de los tres con los que contaba extramuros la viejo Almagro.

Acceso al convento de la Asunción de las Calatravas. Aunque la entrada cuesta (1,5 euros), su abono permite disfrutar de un hermoso claustro.

Junto a los accesos anteriores se extiende una generosa explanada que acoge el Centro de Recepción de Visitantes y la oficina de turismo, y en sus proximidades esta fuente de vetusta piedra rematada por una cruz de forja.

Punto de encuentro de las calles Elvira, Palomo y Dominicas.


[NOVIEMBRE DE 2014]