Codorniz. Ubicación geográfica de esta población segoviana de curioso nombre que se encuentra entre la capital provincial y la abulense Arévalo, aunque más cerca de esta segunda. El gentilico no es el de "pajarito", no. Bromas aparte, según se nombran allí, es el de cordigón. Según el censo de 2012 habitaban Codorniz 384 personas de las cuales 197 son hombres y 194, mujeres. El nicho principal de edad abarca de los 55 a los 57 años: 37 personas. Y 14 estaban encuadrados entre los recién nacidos y los 9 años. En los años 70 la población del pueblo llegó a superar las 700 personas. [Mapas VíaMichelin]
El pequeño pueblo segoviano de Codorniz, contemplado desde ese buen otero sobre unos entornos bastante planos que es el cerro donde se asienta un viejo y ruinoso telégrafo óptico (heliógrafo).
La torre que acogía el telégrafo óptico de Codorniz, asentada en un cerro en cuyas laderas proliferan las bodegas. Cosa muy castellana; las bodegas soterradas.
La Sierra de Guadarrama, no tan lejana como pueda parecer, en un horizonte tomado por cereales dorados.
El viejo telégrafo óptico de Codorniz. Estamos ante la torre 12 de la llamada Línea de Castilla, una ruta de comunicación de este sistema que conectaba Irún con la Casa de Correos y Telégrafos de Madrid a través de 53 torres.
Como se aprecia, el estado de conservación no es bueno. En los últimos años, últimos del siglo XX y primeros del siglo XXI, se han recuperado algunas estructuras semejantes.
Grabados e inscripciones en la base de la torre del telégrafo óptico que se remontan a 1952. Acciones vandálicas, sin duda, bendecidas por los años y un descuide progresivo que no encontró freno. El proyecto del telégrafo óptico definitivo, tras varias intentos infructuosos, se le debe al ingeniero y militar José María Mathé Aragua y comenzó sus servicios en 1844.
Intenso sol sobre los campos segovianos de Castilla en una tarde de comienzos del mes de agosto de 2013.
Otra panorámica sobre el pueblo de Codorniz.
Una plaquita de bienvenida con varias explicaciones geográficas y turísticas a la que no le vendría mal una restauración... Nos la encontramos en el acceso llamado "carretera de Montuenga", que parte de la carretera que une Arévalo y Segovia. Es la calle Real.
Parque Municipal de Caravilla de Codorniz.
La "pescadería" de Codorniz. Y la de otros pueblos. Un servicio regular por las calles, tal y como sucede con el pan o con la fruta. Aunque hay tiendas, claro, y una carnicería bastante maja. Caminamos por la calle San Antonio de este pueblo segoviano.
Llamativa vivienda en la calle San Antonio, con presencia en su fachada de publicidad de una firma de máquinas de coser. ¿Un antiguo taller de costura?
Vivienda tradicional en la calle San Antonio.
Bar La Amistad. Uno de los dos establecimientos hosteleros de Codorniz. En agosto de 2014 ya estaba cerrado por la jubilación del propietario.
La Amistad. Una terraza de las de toda la vida. El bar por dentro tiene su punto. O tenía, porque durante 2014 se jubiló el propietario y lo cerró. Ahora solo queda el Café Bar Lorena en el pueblo.
Unos chavales juegan al fútbol en las inmediaciones de la plaza principal de Codorniz, con la torre de la iglesia de Santo Domingo de Silos al fondo.
La plaza principal de Codorniz, la plaza Mayor de toda la vida, mutó en la plaza de Felipe VI a las pocas jornadas del nombramiento del nuevo monarca en España. La primera plaza, de hecho, bautizada con el nombre del nuevo rey de España.
Calle Iglesia. Aquí está el otro bar de Codorniz (izquierda): reconocible por las sillas y las mesas.
Iglesia de Santo Domingo de Silos de Codorniz, un templo levantado bajo los auspicios del barroco sobre otro anterior románico pese a que no se note especialmente ni uno ni otro estilo. De factura sencilla y discreta.
Santo Domingo de Silos. Cúpula rematada con un estético crucifijo que sí tiene aires muy barrocos, aunque no creemos que sea original.
Santo Domingo de Silos. Otra imagen de todo el conjunto. Detrás, el antiguo cementerio. Y a sus pies, una zona de juegos infantiles para la chavalería, más numerosa en época vacacional por eso de la emigración y los oriundos.
La torre de Santo Domingo, robusta y poco ostentosa, se ubica a los pies del templo.
Visto en Codorniz.
Rehabilitada techambre de madera en el pórtico de acceso a la iglesia.
Una vista de Codorniz desde los bajos de su fresco pórtico.
Ni ventana ni puerta. Vivienda tradicional levantada con el adobe típico de la zona. Calle Botalhorno.
Diferentes apuestas a la hora de levantar casas y enlucir sus fachadas. Calle Barrera.
Un rincón de Codorniz con usos más enfocados hacia el almacenaje agrícolas y demás.
Vieja cerradura de una vieja puerta de madera.
Un trillo transformado en puerta.
Adobe, ladrilo y madera. Elementos constructivos.
Ruinoso murete de adobe en las cercanías de la carnicería de Codorniz.
Calle Pozo.
Las calles Retiro y Pozo convergen y forman esta plazuela donde reside este robusto árbol....
... Y un vecino de esa plazuela tiene una vivienda rematada con un curioso detalle: ojo al "dado".
Codorniz, pueblo muy agrícola, es pródigo en casas bajas dotadas de una parte residencial y otra más laboral, patios mediante, en la que confluyen el almacenaje de aperos y demás. Una puerta de acceso a esos patios.
Sillares de adobe en el muro interior del patio de una vivienda de Codorniz.
La iglesia de Santo Domingo, contemplada prácticamente desde las afueras de Codorniz en la ruta de la calle del Oro.
Una vivienda muy apañada en el número 15 de la calle del Oro.
Allí donde convergen la calle del Oro y la Travesía del Oro...
Estamos en la calle del Oro. Este edificio de ladrillo de gran fachada es conocido como La Capellanía.
Nuevo paso por la plaza de España de Codorniz.
Caminando por la calle Portugal.
Una gran casa cerrada en la calle Portugal de Codorniz.
Desconchón rural.
Otra de esas casas de dimensiones castellanísimas.
Fachadas de colores en la calle Portugal a la altura del número 25 (fachada roja).
Adobe a la vista... en una casa en ruinas.
Road to Segovia. Confluencia con la calle Portugal.
Lo aparentemente cutre o poco estético no tiene por qué dejar de ser bello.
Santo Domingo de Silos emerge entre los tejados en la confluencia de las calles Real y Norte. De las vistas más bonitas de Codorniz.
Codorniz cumple esa máxima de que la torre de la iglesia suele ser la referencia urbanística dentro de los cascos urbanos rurales.