Petroglifos de Peña Fadiel o Peñafadiel, ubicación geográfica de estas manifestaciones humanas de la Edad de Bronce que nos regalan desde su posición unas maravillosas vistas sobre el Monte Teleno y todas sus montañas afines. "Una especie de altar,orientado al Teleno", que publicó Susana Vergara en las páginas el Diario de León. Fueron encontrados en 2008, el 20 de enero de 2008, y desde entonces bastante estudiados. Para llegar a estos petroglifos debemos coger la carretera LE-6425 que conecta Lucillo con Filiel. La ruta, descendente, describe alguna curva importante y en una de ellas, a mano izquierda nace un camino de tierra indicado con un cartel que nos avisa que los petroglifos se encuentran a un kilómetro. Podemos circular por esa ruta sin pavimentar un buen trecho, pero después hay que dejar el coche para coger un pequeño sendero que nos deja, ahora sí, frente a esas maravillas. No obstante, los petroglifos pueden ser una maravillosa excusa para afrontar una ruta senderista [Mapas VíaMichelin].
La carretera LE-6425. Hemos dejado atrás Lucillo. Enfrente, majestuoso, el macizo del Monte Teleno. Preciosos, esbeltos y hermosísimos estos entornos de los Montes de León. La fotografía ha sido tomada desde el puesto de copiloto.
Es posible que no se trate de una ascensión de la entidad del cercano, y desconocido, Llano de las Ovejas (qué nombre tan precioso para un puerto de montaña), pero este repecho entre Filiel y Lucillo que nos recibe en nuestro periplo hacia los petroglifos nos parece de una exigencia muy interesante para "maridar" con el cicloturismo. Unas orografías muy complejas que los romanos, incluso en esta zona, supieron aprovechar para levantar canales y establecer yacimientos auríferos.
Curva de herradura en la LE-6425. Aquí abandonaremos el asfalto para tomar un camino...
... que está indicado con esa señalización vertical.
Este es el camino que nos conduce hasta las inmediaciones de los Petrogriflos del Teleno...
... Y esta es la ruta ascendente que tiene este camino, destino habitual de ciclistas y corredores de montaña, sin olvidar a los senderistas. Gracias al senderismo, de hecho, se gestó el nacimiento de este yacimiento. A lo lejos se aprecian algunos de los molinos de viento existentes en las cumbres cercanas.
Concentraciones rocosas en las cercanías de los petroglifos, allí donde se abandona el coche para seguir a pie.
Un sendero a ratos desdibujado, pero un itinerario muy intuitivo.
Filiel, con sus frondosos entornos regados por el río Duerna y, entre otros, los arroyos de Totaniel, La Charra o Valle Prado. Una vista desde los alrededores de los petroglifos. Es Filiel punto de parte de muchas y muy buenas rutas por el Teleno. Una, con mucho peso ornitológico y muchas alternativas, es conocida como Las Faldas del Teleno.
Los alrededores de Filiel nos regalan hasta una pequeña zona de hoces y cárcavas de tonos rojizos consideradas como unas médulas a escala. El mismo origen tienen. Lo cierto es que en la zona los romanos también contaron con explotaciones mineras de oro e incluso alguna, gracias a la contribución autodidacta e investigadora de los vecinos de la zona, ha sido descubierta recientemente. Muy pocos enclaves en Europa, Asia o África podrían arrebatarle al Monte Teleno y su entorno esa consideración de "mayor conjunto mundial de minas de oro romanas".
Las rocas que albergan los petroglifos. Pero delante, a unos metros, un poste sostiene maltrecho por el viento y el clima donde puede y debe leerse:
"¡Atención!
Grabados prehistóricos muy frágiles. La conservación de este tesoro es tarea de todos.
- No subirse encima de las rocas.
- No intentar marcar ni rayar los petroglifos.
- No quitar el musgo ni los líquenes. Vigilen a los niños y explíquenle la importancia y la fragilidad de los grabados.
- En algunas zonas las rocas están tan deterioradas que se deshacen en arenas.
Por favor, no tocar.
Gracias por su colaboración".
La verdad es que los petroglifos no están especialmente protegidos. Más allá de cartelerías, apenas un par de años después de su descubrimiento (2008) la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León invirtió unos 20.000 euros en "un conjunto de actuaciones destinadas a la conservación y promoción de estos petroglifos, entre las que se encuentran diversos trabajos de limpieza, la elaboración de un estudio científico, la edición de folletos divulgativos y su señalización".
Es imposible no caer en una nueva referencia a la belleza del paisaje, que gana muchísimos enteros con el "en vivo y en directo". Esa belleza que hilvana la sucesión de montañas. El Teleno, el Morredero, el Becerril, el Sanguiñal,...
Petroglifos de Peña Fadiel. Orientados hacia el Teleno, eso no puede ser casualidad. Declaraba Juan Carlos Campos al diario El Mundo en el primer aniversario de su descubrimiento: "Lo que me llamó la atención es que de lejos parecía un meteorito, como si tuviera la viruela. Me acerqué y... ¡No podía creerlo!. Aquella piedra tenía más de setenta cazoletas, algunas estaban en el centro de composiciones geométricas y una de ellas, claramente un laberinto, tenía al lado un símbolo cruciforme".
Resulta curioso leer el gran peso de un fontanero aficionado a la arqueología, Juan Carlos Campos, en el hallazgo y puesta en valor de los llamados Petroglifos del Teleno. Campos, natural de Astorga, los halló en 2008 y es el autor del libro Petroglifos en Maragatería. Este es su blog, que les invitamos a disfrutar: La tierra de los Amacos. Y aquí, una entrevista con motivo de la publicación de su libro.
Un par de paneles explicativos junto a los petroglifos, instalados en 2012 en sustitución de otros previos, permiten conocer más sobre los mismos. Allí se cuenta qué tipo de formas geométricas nos vamos a encontrar, su motivación y el momento en el que fueron labradas. Son varios cientos los petroglifos conocidos que se reparten entre Galicia, el norte de Portugal y esta zona de León. En el caso concreto de los de Peña Fadiel, nos remontaríamos a la Edad de Bronce y su existencia podría obedecer, así especulan algunos autores (se señalaba en el cartel) a algún tipo de indicación espacio-temporal.
Petroglifos de Peña Fadiel. Estas manifestaciones artísticas se unen a otras no menos célebres que también conviven en esta zona; en Filiel, sin ir más lejos, se encuentran los de Camino de Munillo. Los de Peña Martín, por ejemplo, se encuentran en el término municipal de Chana de Somoza. Y los de Peña Furada, en el de Turienzo de los Caballeros. En Quintana y Congosto se encuentran los conocidos como El Arca. Incluso en los últimos años han llegado nuevos hallazgos, como el de Miriam de Cabo e Isasy Cadierno, de Lucillo y Molinaferrera.Pero el de Peñafadiel, por el cómo, por el qué, por la revolución llegada gracias a Internet, es sin duda el más especial.
[agosto de 2016]