Alhama de Aragón. Ubicación geográfica de esta población tan célebre por sus baños termales (hasta ocho grandes manantiales refrendan su notoriedad) como loada por su ubicación geoestratégica en la ruta histórica entre Aragón y Castilla desde su toma, en 1122, por parte de Alfonso I. También fue punto de fricción entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón en el siglo XIV. Etimológicamente no puede ocultar el origen musulmán de su nombre, puesto que "Al-hamman" significa "los baños", pero a lo largo de los tiempos disfrutó de otras etiquetas y denominaciones, como la de "aquae bilbilitanorum" (literalmente "agua de los bilbilitanos", esto es, de los de Calatayud). Aunque en ella habitan, censados, poco más de 1.100 habitantes, lo cierto es que el trasiego es mucho mayor no ya solo por la actividad termal (que también), sino por la existencia de una serie de servicios que abastecen a todos los pueblos circundantes. [Mapas Vía Michelín].
Alhama de Aragón. Señalización de tráfico ubicada en el trazado de la antigua N-II, rebautizada como N-IIa, justo a la altura de las instalaciones de las célebres Termas Pallarés. El balneario que comenzó a emerger en estos pagos mediado el siglo XIX, si bien con otro nombre (lo de Pallarés llegaría ya en el primer tercio del siglo XX), aunque esta actividad ya era común desde mucho antes. El concepto termal ya va quedando clarito de primeras....
El Balneario Termas Pallarés, con cierta fama y notoriedad y con las previas Termas Matheu como base, son todo un complejo hotelero y termal con un aroma a comienzos del siglo XX o incluso antes. De hecho, con motivo: algunos edificios se remontan hasta 1863 y su antiguo gran hotel es de 1910. Una galería, esta, conecta los hoteles Parque y Termas, ubicados en un margen de la antigua Nacional-II, con los jardines y parques y el lago termal. Son varios, y de varias categorías, los alojamientos con los que cuenta este complejo (Gran Hotel Cascada, Hotel Termas, Hotel Parque,...)
Termas Pallarés. Edificio del antiguo casino-teatro. Si bien es cierto que en su parte posterior, hacia el pueblo, aún necesita de una buena recuperación que parece en marcha, el acceso principal es una maravilla por su estética palaciega y sobre todo por sus jardines circundantes. Ambos, casino y jardines, son vecinos del río Jalón, que viene de atravesar Alhama de Aragón.
El casino, cuya planta baja acoge una acogedora terraza en la que deberemos estar atentos a los mosquitos, como en todo el jardín en general, de las Termas Pallarés. Un sitio con clase. Según se presume desde la propia web: "Las habitaciones del Balneario han alojado a Reyes, políticos, artistas, escritores...". Y efectivamente así ha sido. Aunque otro muchos célebres, incluso consortes reales, han pasado por la urbe y se han hospedado en otros lados.
Terma Pallarés. Detalle del casino teatro.
Caminando por las instalaciones de Termas Pallarés atravesaremos el Jalón, estaremos vigilados por un antiguo torreón medieval de privilegiada posición e incluso pasaremos bajo unas vías de ferrocarril (y es que, por cierto, este balneario contaba con parada propia). Y todo por ver una maravilla como el lago termal, una gran particularidad de Pallarés.
El edificio del hotel levantado hacia 1910, conocido actualmente como Gran Hotel Cascada, dentro del conjunto de infraestructuras de las Pallarés. Se encuentra ubicado junto al lago termal...
... y acompañado por un agradable y cuidado jardín con buenas vistas. Hasta 68.000 metros cuadrados de parques y jardines engalanan las Termas Pallarés.
Dos visitantes observan el lago termal. Esta superficie lacustre no es una charca cualquiera: es un caso único en Europa (así lo venden) cuyas aguas se mantienen a una temperatura de 32 grados que se renuevan de forma natural, gracias a prósperas emanaciones, cada día y medio. El fallecido escritor y economista José Luis Sampedro era un gran enamorado de darse buenos baños en él. Y curiosamente en las Pallarés conoció a su segunda esposa, Olga Lucas. Sampedro y Alhama de Aragón tienen fuertes vínculos que posteriormente volveremos a mencionar.
Abandonando el parque, el lago y las piscinas de las Termas Pallarés. De fondo nos despide el edificio del Hotel Termas, una construcción que hunde sus raíces mediado el siglo XIX (cuando se construyó siguiendo los parámetros de otros centros termales como Baden Baden en Alemania o Les Bains en Francia) y que fue rehabilitado para volver a abrir en 2011. Y la verdad, por fuera ha quedado muy bien.
La antigua carretera, todavía en servicio pero con una vocación más local, bordea el pueblo y salva sus angostos alrededores gracias a un puente. Entorno de hoz el de Alhama.
El torreón de Alhama. No conocemos muchos casos de construcciones de este estilo que sean tan innacesibles. Y nos explicamos. El torreón se encuentra donde estuvo siempre, pero no tiene unos accesos ni marcados ni tampoco humanizados. Para subir a sus proximidades hay que coger un intermitente sendero que parte de la carretera justo al lado del Hotel Termas (unas escaleras de incendios nos pueden valer de referencia) y que, tras ganar altura, se "estabiliza" y se aproxima a esta maciza estructura defensiva que corona un cerro: el de la Serratilla.
Caminando hacia el torreón podremos observar restos de antiguas construcciones.
El paisaje que rodea el torreón medieval...
Instalaciones de las Termas Pallarés, con la inconfundible torre de su casino teatro en lo mas alto, contempladas desde las cercanías del Torreón de Alhama.
Alhama de Aragón, a los pies del Torreón y el cerro de la Serratilla.
Ruta histórica de paso. La antigua Nacional-II y la línea de ferrocarril entre Madrid y Zaragoza-Barcelona atraviesan la población y, en su discurrir, tienen que horadar los montes que la rodean. Hoy en día, la autovía carreteril y la línea de alta velocidad ferroviaria circunvalan Alhama, pero las antiguas vías siguen en servicio. Eso sí, la bajada de tráfico ha relativizado mucho esa partición en dos del casco urbano. Todo es más tranquilo.
La mudéjar iglesia de la Natividad o de la Natividad de la Virgen (siglo XVII), vista desde las cercanías del torreón medieval de Alhama. Este templo sustituyó a la hoy en día desaparecida iglesia de San Miguel.
Desde el valle desprende esbeltez ahí colocado en el Cerro de la Serratilla. Y es cierto. Pero el macizo torreón de Alhama, acaso torre del homenaje de una vieja fortaleza ya desaparecida, acaso una torre más dentro de un complejo más amplio del que apenas quedan unos indicios, también presenta sus fisuras. Literalmente. Cuentan que el Cid Campeador llegó a conquistarlo para alguna de sus causas.
Un torreón coronado por un matacán. Detalle de la construcción más antigua de todas las existentes en Alhama de Aragón.
A los pies del torreón, en un acceso al casco urbano desde la antigua nacional, y siempre paralelos al discurrir del río Jalón, llegamos a la Fuente del Chorrillo. Agua minero-medicinal gratis y a disposición de todo aquel que guste en esta conocida y querida fuente en la avenida de la Constitución.
Alhama de Aragón. El escudo de la población.
Un vistazo sobre el río Jalón, que no baja muy cargado pero si tiene un margen que esboza tiempos mejores, y parte del casco urbano de Alhama correspondiente a la avenida de la Constitución. En la parte inferior de esa roca se encuentra la Fuente del Chorrillo. Y en la superior se intuye el torreón medieval.
Casa Tito. Agradable rincón en la avenida de la Constitución. La actividad termal de Alhama de Aragón es la principal actividad económica de la población, pero también tira del carro para una infraestructura de servicios auxiliar que tiene en los bares (sobre todo) y los restaurantes sus principales exponentes. Aquí unas opiniones al respecto.
Tras el callejón anterior llegamos a la calle del Castillo... que no sube a ningún castillo porque acaba dando con los márgenes de la vía del tren.
Alhama de Aragón. Calle Castillo.
La plaza Joaquín Costa, acaso el centro neurálgico de Alhama. A la izquierda, la iglesia de la Natividad. Y al fondo, abajo, el palacio que hoy en día acoge el centro para mayores y un espacio cultural y que en otro tiempo albergó el ayuntamiento y el hospedaje del marido de Isabel II (Francisco de Asís); arriba, el torreón.
Esta fuente de intenso y agradable rumor engalana la zona peatonalizada de la plaza Joaquín Costa y está a los pies de la iglesia de la Natividad.
La Casa Palacio, contemplada con mayor esplendor. Este palacete del siglo XVI alberga en la más alta de sus tres plantas una exposición sobre la figura de José Luis Sampedro, quien fue nombrado en 2003 hijo adoptivo de la localidad por sus constantes visitas a sus balnearios. Sampedro hizo muchos amigos en Alhama de Aragón, gentes que hoy en día solo tienen buenas palabras hacia aquel paseante que caminaba por sus calles y charlaba con todos.
Una pequeña afronta, con sus primeros pasos, también el ascenso a sus primeros escalones en la plaza Joaquín Costa.
Publicitando la exposición sobre José Luis Sampedro y su legado en la Casa Palacio. El escritor barcelonés visitó por primera vez Alhama de Aragón en 1925, con ocho años. La pretensión es que la muestra sea permanente pero al final eso lo marcará el público y la disposición de Olga Lucas, su viuda y con la que se casó precisamente en Alhama de Aragón.
Casa Palacio. Puerta. Detalle. La Casa Palacio nació a petición del general Juan Gil Martínez en el siglo XVIII.
Interior de la Casa Palacio. Un espacio muy agradable.
Acceso a la exposición sobre José Luis Sampedro.
En "Mi pórtico aragonés" el propio Sampedro escribía unas líneas sobre Alhama de Aragón que estaban acompañadas por fotos suyas en sus balnearios, espacios y calles y en las que habla de sus constantes visitas, especialmente desde los años setenta del siglo XX.
Vistas del casco urbano de Alhama de Aragón, y del paisaje circundante, desde una de las ventajas de la Casa Palacio.
La iglesia de la Natividad, contemplada desde una de las ventanas de la Casa Palacio.
Documentación, guiones y demás escritos relacionados con la novela La vieja sirena, de José Luis Sampedro.
Una de las fotos de la muestra recogen las manos de José Luis Sampedro escribiendo a mano... como solía hacerlo siempre. Escritor en su más pura concepción. Y hasta el final.
Alhama de Aragón. Plaza Joaquín Costa. Iglesia de la Natividad y Casa Palacio.
Acceso lateral a la iglesia de la Natividad. Su estilo no puede ocultar una reforma, o un añadido, posterior a la construcción del templo primitivo. Es la cuestión de siempre: las iglesias evolucionan y mutan según las épocas y su pureza arquitectónica siempre es muy relativa.
Dejamos atrás la plaza y caminamos por la calle Ramón y Cajal para pasar bajo la carretera nacional y el ferrocarril.
Casa de los Padillas. Calle Ramón y Cajal.
Las cosas de los pueblos y el mobiliario urbano. Nos adentramos en el barrio del Somero.
Confluencia de las calles Subida a Somero y una Ramón y Cajal que se estrecha cosa mala...
... para luego ensanchar algo, formando una plazoleta, y dividirse en dos llegados a este punto, donde una carnicería parece una isla. Una isla atrapada por las calles Placeta del Rosario (izquierda) y la Miguel Servet (derecha).
Fachadas estrechas y coloreadas en la calle Placeta del Rosario, prolongación de la Ramón y Cajal.
Viviendas de Alhama de Aragón, vistas desde la placeta del Rosario.
Construcciones típicas. Varias alturas ante la falta de anchura. Y que no falten los colores, que dan alegría.
Curioso nombre. Calle de Espesurilla.
Alhama de Aragón está en el fondo de un valle, encajonada en una hoz, y cualquier vistazo a los paisajes de su entorno confirma esta percepción ya in situ. Como ésta en la calle Marquesa de Esquilache.
Espectacular casa de aires palaciegos en la calle Marquesa de Esquilache. Muy disimulada por los colores y otros elementos constructivos, la casa tiene que tener sus centurias.
Otra casa maja en la misma calle, prácticamente enfrente de la anterior..
"La Casa del Artista", en la calle Marquesa de Esquilache número 17.
La orografía que rodea Alhama de Aragón...
Avenida de Aragón. La travesía del viejo trazado de la ruta entre Madrid y Zaragoza es una avenida en torno a la que crecen diferentes negocios.
En el mismo edificio, dos accesos al colegio "Escuela Maestro Pablo Luna" (el recinto es del siglo XIX y su nombre recuerda a un célebre compositor musical, sobre todo zarzuelas, que nació en la localidad): escuela de niñas...
... y de niños.
Alhama de Aragón. Ayuntamiento. La Casa Consitorial, del siglo XIX, es vecina del colegio
Junto al ayuntamiento, otra plazuela. Y otra fuente, esta de 1894: la "Fuente del Ayuntamiento". Qué rica en agua es Alhama de Aragón, aunque ésta no proporciona, como otras, agua termal.
La avenida de Aragón pasa bajo las vías el tren y la antigua carretera nacional, salvadas por estos puentes. Al otro lado volvemos al entorno del río Jalón, la plaza Joaquín Costa y los accesos a los balnearios.
Puente de hierro sobre el río Jalón, en la ruta que conectaría Alhama de Aragón con la zona del pueblo de Nuévalos y el espectacular Monasterio de Piedra. Dos enclaves muy cercanos.
Otra del puente, un paso de estética muy ferroviaria. El puente de hierro, le dicen.
Negocio bodeguero en la calle Francisco Tello, la que sube hasta el Hotel Balneario Alhama de Aragón.
Se están poniendo de moda estos carteles y durante el verano de 2014 los hemos visto mucho, pero la primera vez fue aquí en Alhama de Aragón, en otro negocio ubicado en la calle Francisco Tello.
Viviendas y acantillados sobre la calle Francisco Tello.
Alhama de Aragón. Nuestra Señora de la Natividad y el río Jalón.
Piscina exterior del Hotel Balneario Alhama, estética imagen presidida por el torreón y un caramelo que te quedas con las ganas de usar si resulta que en el hotel hay una boda que precisamente se celebra en este espacio. Boda de la que no avisan al reservar, por cierto, pese a su influencia en el descanso.
Lo anterior, pero de noche. Por cierto, aquí por las noches refresca lo suyo.
Hotel Balneario Alhama de Aragón. También con su galería y tal. Este negocio, el otro gran negocio relacionado con lo termal, aprovechó los antiguos Baños de San Roque y de Cantarero y cuenta en su interior con los Baños del Moro y de la Mora. Las habladurías dicen que estos dos baños, muy buscados, son de origen romano, aunque realmente están datados y publicitados en el siglo XIII. En todo caso merecen una visita.
El acceso al hotel, contemplado desde un arco de la ermita de San Roque, que comparte nombre con las antiguas Termas de San Roque antes citadas. La entrada principal al hotel, que sería una planta calle normal, se convierte aquí en la tercera planta por los caprichos orográficos del terreno.
Pues eso... Hotel Balneario Alhama de Aragón. Gestionado por la cadena Sercotel.
Acceso a los balnearios. A la izquierda nos reciben unas viejas rocas tomadas por musgos, helechos y las humedades de aguas que caen constantemente.
Piscinas termales interiores...
Baños del Moro y de la Mora. Pequeñas piscinas, de poca capacidad y abovedadas, de impactante estética. Son baños del siglo XI, pero están restaurados siguiendo el espíritu de aquellos tiempos.
Baños del Moro y de la Mora. Pequeñas piscinas vecinas, de poca capacidad y abovedadas, de impactante estética. Son baños del siglo XI, pero están restaurados siguiendo el espíritu de aquellos tiempos.
Vistas del exterior desde uno de los baños...
Baños del Moro y de la Mora. Pequeñas piscinas, de poca capacidad y abovedadas, de impactante estética. Son baños del siglo XI, pero están restaurados siguiendo el espíritu de aquellos tiempos.
El agua cae y su temperatura es magnífica. Aguas antiinflamatorias, antiestrés, antienvejecimiento y depurativas.
Baños del Moro y de la Mora. Detalle.
Hotel Balneario Alhama. Terraza exterior del restaurante Reino de Aragón.
Jardines del Hotel Balneario de Alhama.
Viejas instalaciones del balneario transformadas en ornamento termal.
El torreón de Alhama de Aragón, contemplado desde los jardines del Hotel Balneario de Alhama.