Delta del Ebro. La erosión y la sedimentación de centurias y milenios ha forjado gracias al tránsito del río Ebro una lengua de tierra de más de 20 kilómetros Mar Mediterráneo adentro y titularidad catalana con desglose en la provincia de Tarragona. Una lengua, además con cierta forma de flecha, de fertilísimo sustrato y enorme riqueza medioambiental. El Delta se extiende sobre más de 320 kilómetros cuadrados, y desde 1983 es un espacio protegido por la Generalitat de Catalunya Merecería seguramente una mayor figura de protección. La zona del Delta, de la que un 75% más o menos está cultivada y donde no residen permanentemente más de 50.000 personas, es una zona de gran valor medioambiental sobre todo por su parcela avícola, con más de 325 especies presentes de las 600 que se dejan ver por Europa. Pero también estos campos, en la comarca del Montsiá, es una zona con sus amenazas: las agresiones medioambientales, el crecimiento del turismo, el cambio climático o la colonización de especies animales foráneas. Amenazas todas ellas graves, aunque la principal es la regresión de sus tierras, desestabilizado el equilibrio de fluir natural de las cosas. [Mapas ViaMichelin].
Nos dirigimos hacia Poblenou del Delta por la carretera que viene desde Sant Carles de la Rápita. Terrenos de arrozales con esa bahía interior que suponen los Port dels Alfacs bien cerquita.
Poblenou del Delta. Palmerales en la calle Major. Esta entidad de población perteneciente a Amposta nació en 1956 con el nombre de Villafranco del Delta, un nombre que no cambió hasta 2003.
Poblenou del Delta. No son pocos los alojamientos rurales que se asientan en las casas bajas, blancas y engaladas con flores que impulsó el Instituto de Colonización en los años 60. Nuevos usos para un enclave con muchísimas posibilidades... por ejemplo para pedalear.
Palmeras en Poblenou del Delta, un pueblo riquísimo en restaurantes y alojamientos: Can Paquita, Cal Faiges, Lo Segador, Nit i Dia, Can Laura, Can León, L´Algadir,...
Poblenou del Delta. La alegría de las flores.
El Llar de Laura. Alojamientos, alquiler de biciletas... y casa rural.
El Llar de Laura.
Confluencia entre la Carrer de Alfaques y Plaça del Jardí.
Poblenou del Delta. Plaza Mayor. Bar Español. Curioso nombre en los tiempos que corren en Catalunya.
Iglesia parroquial de Poblenou del Delta, cuyo campanario también hace las veces de torre del reloj.
Mapa comarcal en el centro de Poblenou, a los pies de la alta torre de su moderna iglesia.
Vivienda de dos alturas. Lo habitual en estos lares, como máximo, siempre con su buena ración de patio. Grandes casas todas. Estamos en la confluencia de las carrer de la Cinta y carrer Major.
Fumadó es un apellido común por estos lares, pero si el acento final no se percibe puede dar lugar a equivocos...
Can León. Otro de los varios bares y restaurantes que existen en Poblenou del Ebro y donde siempre resultan muy llamativos sus patios convertidos en terrazas. También llevan habitaciones y alojamientos.
Terraza interior.
Detalle "diabólico" del servicio de caballeros...
Senyeras típicas de fiestas estivales se agitan con una ligera brisa.
Bandera española, vecina de otra de un equipo de fútbol no catalán y que no se aprecia bien en la imagen, en un patio interior que asoma a la calle Mayor. Llamativo, sobre todo por lo agitado y convulso del panorama en la actualidad.
Palmeras en la calle Mayor.
Engalanada Carrer del Cigne, vista desde la Ronda del Pins. Fiestas muy recientes en PobleNou.
Abandonamos Poblenou, en cuyas proximidades se encuentra la Bassa de l'Encanyissada (Balsa de la Encañizada). Nosotros seguimos en dirección hacia las salinas y hacia la urbanización Eucaliptus.
Campos de labor dominados por el cultivo de arroz, que es el rey: un 95% de lo que aquí se cultiva es arroz. De diferentes familias y tal; pero arroz. Y claro, no faltan las infraestructuras para el riego.
Canales de riego y acequias junto a la carretera
Cultivos en el Delta del Ebro.
Cultivos en el Delta del Ebro.
Cultivos en el Delta del Ebro.
Concentración de agua en las antiguas salinas, vecinas de la Balsa de la Tancada y hoy en día con usos de piscifactorías.
Canal junto a la carretera.
Masia tradicional y vegetación de marisma con juncos y carrizos al poder.
Franja de litoral, vista con perspectiva desde los alrededores de un mirador sobre la Balsa de la Tancada. Al otro lado, la playa dels Eucaliptus.
Balsa de la Tancada. Canal de agua paralelo.
La Balsa de la Tancada. Un buen sitio para profundizar en las características y particularidades del Delta del Ebro. Esta balsa, según nos explica un cartel, se formó entre los siglo VI y IX.
El mirador de la Tancada, otero ideal para la observación de aves como patos, fochas, flamencos, garcillas, charranes....
Panel explicativo que incluye imágenes de salite y fotos de época. Una vista de pájaro nos desvela la curiosa forma de esta laguna.
El mirador sobre la Balsa de la Tancada. Accesos.
La Balsa de la Tancada, desde el mirador-observatorio de aves.
Aves sobre las aguas.
Carretera de Baladares, que conecta la Urbanización Eucaliptus (sus cercanías) con Poblenou del Delta a través de La Tancada. Estrecha y rugosa, con algo de tráfico en verano para ser un Parque Natural.
Delta del Ebro. Masías en los campos y compuertas en los canales.
Caravanas bajo la frondosa sombra de un árbol en la zona de la urbanización Eucaliptus, donde por cierto hay un enorme camping.
Playa Eucaliptus. Enorme su arenal con más de 4,5 kilómetros de frente marítimo y una anchura que supera holgadamente el centenar de metros. Impresiona y genera impresiones de todo tipo. Y la gente mete el coche bastante "a fondo".
Alrededores de Playa Eucaliptus, tomados por vegetación de matorral típica.
Canal de regadío junto a la carretera TV-3405, en los accesos a la población de El Muntells, pedanía de la cercana Sant Jaume de Enveja.
Paneles indicativos sobre campos de arroz...
Sant Jaime d´Enveja, pueblo autónomo desde 1978 y hasta entonces dependiente de Tortosa. Pasamos junto a la iglesia parroquial de San Jaime, de 1900 y profundamente restaurada un siglo después.
Puente Lo Passador, inaugurado en 2010 e ideado por Diego Cobo y Jiri Strasky,. Sus 250 metros de longitud salvan las aguas del Ebro y comunican Sant Jaume d´Enveja y Deltebre, los dos principales núcleos poblacionales del Delta, que hasta entonces solo estaban unidas por un trasbordador. Una inversión largamente reclamada por los lugareños ante la falta de pasos sobre el río desde Amposta.
El río Ebro, contemplado desde las afueras de la localidad de Sant Jaume d´Enveja.
Cruzando el puente sobre el río Ebro (conocido como Lo Passador). Un puente con su zona para vehículos y, en los márgenes, carriles bici y zona de peatones. Una infraestructura muy bien pensada, cosa que se agradece en los tiempos de la inutilidad y el postureo, aunque sus pendiente de entrada, por encima del 10%, no les hicieron gracia a muchos: una consecuencia directa de la necesidad de permitir el paso de embarcaciones bajo su tablero.
Deltebre. Llamativa fachada en lo que sería, más o menos, el centro de su atípico casco urbano, en la zona de la Cava.
Deltebre. Arbolados y edificios abandonados en las afueras...
Circulando entre Deltebre y las proximidades de la urbanización Riumar por la carretera TV3454. El paisaje, llano, sigue tomado por los cultivos de arroz salpicados por canales, algún árbol y pequeñas y costumbristas masias.
Zona "comercial" en las cercanías de Casa Nuri que se extiende en los márgenes de la carretera (T-340) que llega al embarcadero de los cruceros fluviales por el río Ebro. Grandes establecimientos que ofrecen productos típicos y recuerdos del Delta del Ebro, Tarragona e incluso toda Catalunya (también, no podría faltar, la aportación al merchandising secesionista).
Con barcos atracados y las aguas del Ebro detrás, sin olvidar la visión sobre la isla de Buda, al otro lado del cauce, vemos esta eñal indicativa del cercano Port de Deltebre, puerto de índole fluvial que es el único que existe en el Delta y que es toda una puerta al Mediterráneo.
El río Ebro, contemplado desde los alrededores de Casa Nuri.
Casa Nuri. Toda una referencia hostelera dentro del Delta del Ebro, un negocio con más de 25 años de vida (Nuri Puell Franch puso la piedra fundacional al montar un chiringuito aquí en 1973) que ha ido liderando la expansión emprendedora de una familia y que hoy en día cuenta con más locales por la zona y también tiene presencia en el negocio de los cruceros por la desembocadura del río de nacimiento cántabro. Su terraza exterior, un deleite.
Camino-carretera que permite acceder al Port de Deltebre y que separa el embarcadero del Casa Nuri.
Restaurante Casa Nuri (Teléfono de contacto: 977 48 01 28). Potentísima carta de arroces y de otros productos típicos de la gastronomía del Delta, fundamentalmente vegetales o pescados. Su caldereta d´arròs, su arrossejat, su fideuà o su angula son algunas de sus propuestas más notorias.
Nos decantamos por un arroz con verduras cocinado al horno. Sencillamente espectacular de sabor.
¡Embarcamos (previo pago de 8,5 eurillos por cabeza adulta)! El Casa Nuri, contemplado desde la cubierta del Reina de L´Ebre. El negocio de los cruceros llegó a Casa Nuri cuando su hija, Nuria González Puell, y su marido adquirieron en 1979 La gavina, una barca de usos pesqueros que destinaron a barco de recreo para visitantes. Comenzaba a gestarse Creuers Delta Ebre, que hoy tiene ocho embarcaciones como flota.
Maniobra de salida.
En la cubierta de La reina, bajo pabellón de España... magnífica atalaya para descubrir lo que nos ofrece el Delta.
Masía en la isla de Buda. Este trozo de tierra también surgido de los aportes de sedimentos del río Ebro desde su nacimiento, donde no falta el cultivo del arroz, cuenta con una parte privada (en poder de la familia Borés desde 1924) y con otra que es propiedad de la Generalitat de Catalunya. Además, dos lagunas (Calaix de Dalt y Calaix de Mar) existen dentro de su extensión. Las lagunas, de agua dulce y agua salida mezclada, pertenecen al suelo de la Generalitat.
El río Ebro, escoltado en sus últimos metros por las islas de San Antonio (izquierda) y de Buda.
Explotación de arroz en la isla de Buda. Esta ínsula "marítimo-fluvial" es la de mayor extensión de toda Catalunya y en décadas pasadas llegó a contar con un asentamiento poblacional de varios cientos de personas, dedicados a la agricultura, que posteriormente fue perdiéndose.
Varios viajeros observan el entorno del Delta del Ebro desde la cubierta de La Reina. Sopla la brisa con facilidad y su frescor permite mitigar los calores de un sol puñetero...
Una de las lagunas Calaix de la isla de Buda, contempladas con algo de distancia tras una densa presencia de carrizales. Un paraíso para las aves, que tienen muchísima presencia en esta zona. Hablamos de más de 350 especies, nada menos. Un paraíso para los amantes de la ornitología.
Una pequeña de año y medio observa el cauce del Ebro y la isla de Buda mientras disfruta del frescor de la brisa allí donde el río alcanza uno de sus puntos de más anchura, con más de 330 metros nada menos.
Bañistas en las isla de Buda (y con el Mediterráneo justo detrás). Playas prácticamente vírgenes que exigen, eso sí, el ir con tus propios medios y con todas las necesidades cubiertas.
... y eso significa que lo suyo es una embarcación propia.
El crucero se asoma al Mediterráneo allí donde el Ebro vierte sus aguas: obsérvese el contraste de color de unas aguas y otras. Es una zona un tanto peligrosa para la navegación por los bancos de arena que se mueven en función del oleaje. Y es que la isla de Buda está en regresión, cediéndole terreno a Mare Nostrum. El Ebro, eso sí, tiene un canal natural para salir al mar desde el río, un canal de 30 metros de anchura y 2,5 metros de profundidad.
Las aguas del Ebro, revolucionadas por el tránsito de nuestro crucero...
Media vuelta con rumbo al punto de origen...
Dejando atrás el Mediterráneo...
Isla de San Antonio, en su punto más meridional. Un cabo que se integra en la Gola Nord, el punto
Canales, bancos de arena, golas... y así comienzan a formarse las lagunas.
A los mandos de La Reina...
Una integrante del crucero observa la llamativa Torre Delta del Ebro, un modernista mirador sobre el entorno que, en términos construtivos, no pega absolutamente nada. El Mirador del Zigurat. Menos mal que por lo menos su material constructivo fundamental es la madera...
Rebasando la torre... y viendo más claramente lo que parece un faro o indicador para el tráfico fluvial: el del Gartxal.
Pasando junto al punto más alto del Delta del Ebro. Si la altura media de sus tierras es de 2 metros sobre el nivel del mar, en ese punto que se intuye coronado por una especie de escultura nos encontraremos a cinco metros de altitud: el Montículo de las Vírgenes. Su nombre obedece a que en él se recuerdan las vírgenes de las Comunidades Autónimas que son transitadas por el Ebro: Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón y Catalunya.
Acceso al puerto, muy deportivo, del Delta del Ebro. El único fluvial que existe en la zona y, de hecho, de los pocos de las península. Gestionado desde la urbanización Riumar y obra relativamente reciente.
Maniobras de atraque en el punto de partida. Una agradable y recomendable experiencia.
Arrozales infinitos nos acompañan por cualquiera de las carreteras que tomemos. Aquí vamos circulando por la TV-3454, dejando atrás los accesos a la urbanzación Riumar. Al fondo, las tierras del Baix Ebre (Bajo Ebro) y las estribaciones montañosas de la Sierra del Boix.
De vez en cuando algún árbol rompe con la tónica general de llanuras extensísimas volcadas con el cultivo de arroz. Estamos acercándonos a Amposta, una de las tres puertas de entrada al Delta del Ebro junto a Sant Carles de la Rápita y a L´Ampolla.