Mora. O como también hemos visto: Mora de Toledo. Es un buenísimo anticipo de las hechuras de los pueblos de estos pagos y las provincias vecinas, pequeñas ciudades en realidad. Aquí nos vamos casi hasta 10.500 habitantes, por morachos conocidos, a 30 kilómetros de Toledo y unos 120 de Madrid. Una generosa extesión urbana con una buena cantera de celebridades históricas. Y uno de los mejores aceites de toda España, sin duda. No podría ser de otra forma en un lugar que además de un gran museo del aceite tiene, entre sus fiestas más destacadas, las del Olivo. Unas fiestas de interés turístico desde 1967, nada menos, que tienen lugar cada año a finales de abril. [Mapas VíaMichelín].
Cielos de finales de una primavera sobre los campos de Mora.
Montes de Toledo. Entre Tembleque y Mora, circulando por la carretera CM-410.
Nos aproximamos a Mora por la CM-410. Ya vemos su serranía cercana...
Castillo de Mora. Castillo de Peñas Negras. Mora queda oculta por una leve hondonada al otro lado de ese cerro que arranca desde el cauce del arroyo de Prado Castillo.
Ante nosotros, Mora. La CM-410, a punto de dejarnos en la población moracha.
Una vivienda de Mora, contemplada desde una de las habitaciones del Hotel-Asador-Salón de Bodas Los Conejos. Calle Carretera Huertas.
El castillo de Peñas Negras preside esta imagen tomada desde la confluencia de la avenida y la travesía Olivo. Al loro con el 600 amarillo aparcado a la derecha. ¡Mitiquísimo!
Castillo de Peñas Negras. Una vista "frontal" made in Lore.
Castillo de Peñas Negras, por detrás.
Castillo de Peñas Negras. Defensor de Toledo de las acometidas almorávides en los tiempos de Alfonso VII. Fortaleza del siglo XII ubicado a unos dos kilómetros del casco urbano, en la cumbre rocosa de un cerro a unos 800 metros de altura.
En calle Ambrosio Gómez...
... una calle Ambrosio Gómez que se encuentra justo al lado de donde la Travesía Olivo se transforma en Ronda Esparteros.
Puerta "carretera" viejuna en un enorme patio protegido por un murete que llama la atención del paseante. Ronda Esparteros, prolongación natural de la avenida Olivo.
El acceso metálico a una nave con aires de garaje se ha convertido en el soporte de esta curiosísima oferta viajera: "Viaje de solteros a Cuba". Confluencia de la calle Cristóbal Colón y Ronda Espartero.
En la calle Castillo.
En el interior de una gran edificación de la calle Castillo, realmente un antiguo almacén de frutas que es conocido por los locales como "Ca'Serra", hay fiesta. La guitarra, de momento, descansa. Un "mudao", fiestorro interfamiliarcoleguil preboda. Una experiencia magnífica.
La calle Castillo, que es la que tomaremos desde la Ronda Espartero siguiendo un cartel de "centro urbano", nos deja en una plaza Madrid desde la que vemos el ayuntamiento o la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Altagracia... Es una zona de la población muy despejada vertebrada por la calle General Fernández Medrano.
... pero nosotros postponemos nuestro acercamiento para desviarnos hacia la izquierda, en busca de la cofluencia de las calles José Iborra y San Lorenzo. Allí encontramos este peculiar y añejo edificio, con sus orígenes en el siglo XVI: el convento de San Eugenio. Espadaña-campanario. En la actualidad, tras muchos usos aparte del religioso (cuartel de la Guardia Civil, escuela,...), parte de sus instalaciones albergan la Casa de la Cultura de Mora.
Soportal "moderno" en la Casa de la Cultura de Mora.
Ayuntamiento de Mora, en la plaza de la Constitución. En el primer tercio del siglo XX la actividad económica moracha vivió momentos de gran brillo por las exportaciones de productos de origen agrícola. El aceite de Mora era, y es, un producto excelente. Esa prosperidad, como se destaca en este enlace, se dejó notar en algunas infraestructuras y edificaciones públicas, como es el caso de esta casa consistorial de estética sorpendente. Pero hermosa. Bajo los parámetros del estilo neomudéjar y diseño de Ezequiel Martín, entre 1927 y 1928 vio la luz este edificio peculiar.
Ayuntamiento de Mora. Detalle de su esmeradísimo trabajo en forja. En otras ventanas aparecen motivos de inspiración judáica.
La torre del ayuntamiento de Mora.
La iglesia parroquial o de Nuestra Señora de Altagracia, vista desde el acceso al ayuntamiento y con toda la plaza de la Constitución entre medias.
Plaza de la Constitución. Ayuntamiento de Mora (derecha) y un gran edificio de aire mucho más tradicional.
Un comercio de nombre clásico. Junto a la iglesia parroquial. En la plaza de Castilla la Mancha, allí donde nace la calle Toledo. Negocios de toda la vida en el centro de Mora...
Hablando de comercio... Quesos El Chozo. Marca local con unos productos bestiales. Riquísimos. Hay que darlos a conocer porque tienen un nivel espectacular.
La torre de Altagracia es toda una referencia en el casco viejo de Mora. Y por los motivos antes señalados, teniendo en cuenta que el templo se emplaza rodeado por una calle, como si fuera una rotonda celestial, su entorno es conocido como plaza de los Comuneros.
Nuestra Señora de Altagracia. De sus orígenes exactos no tenemos información, pero sí que en el siglo XVI fue reparado como consecuencia de los daños sufridos durante los conflictos comuneros de ese momento en el seno de la Corona de Castilla. La Guerra de las Comunidades salpicó de lo lindo a una población moracha que apoyó la causa comunera y que, como consecuencia, se vio asediada por las tropas de la causa de Carlos I. Como la iglesia siempre ha tenido ese componente de lugar sagrado e intocable muchos vecinos se refugiaron en su interior, cuentan que hasta 3.000 personas (igual exagerando, todo puede ser). Los militares no dudaron en incendiar la iglesia con todos sus refugiados dentro. Esto acaecio un 12 de abril de 1521. En este enlace se cuentan los hechos en una poesía. De ese incidente no hay testimonio en el exterior, pero sí un recuerdos a los caídos durante la Guerra Civil.
Casino de Mora. Un edificio que también va de la mano con el ayuntamiento en lo referente al esplendor del primer tercio del siglo XX. Sigue en funcionamiento gracias a sus socios y éste en concreto siempre fue conocido como "casino de los ricos" en contraposicion a otro existente para las clases menos favorecidas...
Curiosa y llamativa vivienda con reloj en la confluencia de las calles Manzaneque (desde nuestra posición y de frente) y Clavel (la que cruzaría de izquierda a derecha).
Esta vivienda de la calle Manzaneque, realmente como les pasa a muchas, en su número de callejero incluye el escudo municipal de Mora. Todo un detalle...
Viñedos. Al fondo, paisajes serranos. Por los pagos de la zona conocida como Camino Yegros.
Linde. Barbecho y sembrado. Contrastes en "Castilla la Nueva" en la zona del Camino Yegros.
Campos morachos en los que la flor de la amapola silvestre rompe la monotonía de un variado espectro de verdes en cuyo entorno no faltan ni vides ni olivares...
Ocaso sobre los campos de Mora por el Camino Yegros. Un blanco y negro con cámara de móvil sin más pretensión que la de recordar el momento...