Carmona. Ubicación geográfica, a menos de treinta kilómetros de la capital provincial, de esta localidad sevillana de casi 30.000 habitantes y un sorprendente patrimonio fruto de la sucesiva presencia de diferentes civilizaciones. Es una pena que las premuras del día a día nos impidan hacerle justicia a esta población de hechuras blancas y altas torres, en tanto que se quedan fuera de este acercamiento algunos de sus exponentes como los vestigios romanos (con el anfiteatro al frente en el yacimiento de Cruz del Negro) o el alcázar del rey Pedro (el alcázar de arriba y su puerta de Marchena), por citar un par. Ya tenemos, sin embargo, excusa para volver; y para el lector, un argumento para completar lo que aquí contemple. Por cierto, ¿saben que aquí nació el célebre Miliki? Pues sí, su familia era oriunda de esta población sevillana. [Mapas VíaMichelín]
Carmona. Dos representaciones del escudo municipal, una más completa y otra más esquematizada... La representación de la estrella no es baladí y entronca con la historia, o con la evolución del discurso histórico: sucedió cuando el monarca castellano Fernando III indicó que Carmona era como un lucero en el cielo cuando su 'skyline' emergió en el horizonte ante sus ejércitos. Después llegaría el dicho "como el lucero de la aurora, así es en Andalucía Carmona". Luego, claro, la promoción turística apeló a un significativo "Carmona, lucero de Europa" como lema.
Carmona, escudo municipal. El lema "Sicut Lucifer lucet in Aurora ita in Vandalia Carmona" hace referencia a la frase "Como el lucero de la aurora, así es en Vandalia Carmona". La de "Vandalia" era una denominación de la época para territorios que actualmente se encuentra en la Comunidad Autónoma Andaluza. Para los romanos, Carmo; para los musulmanes, "Quarmuna",... Ese arranque "car" (o "kar") en términos etimológicos, y con raíces fenicias, hace referencia al enclave elevado sobre el que se asienta el núcleo urbano.
Carmona. Nos acercamos a su centro urbano por la conocida como carretera de Sevilla. A mano izquierda, en esta rotonda, llegaríamos a los yacimientos romanos de Cruz del Negro. Esta necrópolis, en cuyas cercanías se encuentra un anfiteatro, es un espacio muy estudiado por los arqueólogos desde hace más de un siglo... y aún así falta mucho por conocer y descubrir. Todo comenzó con las obras de unas infraestructuras ferroviarias...
Nos acercamos al Paseo del Estatuto, un gran espacio aplazoletado que pugna en peso urbano con la intramuros plaza de San Fernando: si a aquella la llaman los locales "plaza de arriba", ésta es la "plaza de abajo". Este paseo es, por decirlo de algún modo, el motor de la Carmona "nueva". Hay que señalar, no obstante, que este gran asentamiento poblacional extramuros no es algo nuevo o reciente. Ya en el siglo XVIII esta zona estaba más poblada que el núcleo histórico asentado cerro arriba. Aquí, por cierto, se encuentra el emblemático Teatro Cerezo.
En plan rascacielos del centro de Londres, pero en una casa de tres alturas del Paseo del Estatuto: publicidad de firmas electrónicas en una fachada de esta zona bastante comercial de Carmona.
Carmona. El atractivo conjunto monumental que forman la Puerta de Sevilla y el alcázar homónimo. Vestigio defensivo que hunde sus raíces en tiempos prerromanos (ahí anda el poso turdetano) y que bien merece una visita. En él, en sus sillares, podemos ver esa evolución sucesiva pueblos prerromanos, cartagineses, romanos, musulmanes, cristianos... En 1975 sufrió una gran restauración que le ha permitido llegar a nuestros días con muy buena salud.
Vistas sobre lo que se conoce como La Vega, la llanura gestada por el curso del río Guadalquivir y cauces afines, desde las cercanías de la Puerta de Sevilla. Carmona es otra de las poblaciones que recurrió a la geostrategia, que ahora se llama así pero durante centurias fue "sentido común para ver cómo nos podemos defender", que permitían los cerros de los Alcores. Esta zona, los Alcores, se caracteriza por pequeñas elevaciones (con cierta riqueza en rocas y riscos, por cierto) sobre esa llanura que contemplamos.
Carmona. Iglesia de San Pedro. Visión lateral, desde la plaza Blas Infante, del gran templo extramuros de la localidad. En esta imagen se aprecia levemente su torre, que es conocida como "la giraldilla" por su evidente inspiración en la célebre torre de la catedral de la no muy lejana Sevilla.
Puerta de Sevilla y Alcázar de Puerta de Sevilla. Entorno. Estamos en la irregular plaza Blas Infante, un espacio urbano que crece ante el acceso principal a la vieja puerta de acceso a Carmona. En esta imagen se pueden apreciar las diferentes calidades de los materiales constructivos: más allá de restauraciones concretas, son testimonio de diferentes épocas. En la parte inferior, sillares cartagineses. En la central, romanos. Y tapial de tiempo medieval, en la superior.
Puerta de Sevilla. Vieja concentración rocosa (típica en estos cerros de los Alcores, por otra parte) integrada en la fortaleza y en el entramado urbano. La lógica de los tiempos pasados tantas veces vista.
Puerta de Sevilla. Conexión de las plazas de Blas Infante y del Palenque para vehículos a motor (y tambén peatones). Acceso al interior para coches, vamos.
Alcázar y Puerta de Sevilla. Efecto ojo de pez sobre este icónico conjunto monumental que no sólo es visitable (la entrada, en la oficina de turismo que tiene su sede dentro del propio arco, asciende a dos euros), sino que también es la sede de espacios destinados, citamos el folleto turístico municipal, "a actos turísticos-culturales". Este conjunto defensivo, porque todo tiene su porqué en la vida, se asienta en la zona teóricamente menos inexpugnable del asentamiento humano que se gestó en los pagos de Carmona. Defensivo, pero también palaciego: Pedro I disfrutó mucho de sus estancias aquí.
Puerta de Sevilla. Arco que se asoma a la intramuros plaza del Palenque.
Puerta de Sevilla. Torre del homenaje, contemplada desde el "intervallum", que en definitiva es el espacio abierto entre arcos que forman el paso al interior de la ciudad por este punto. Sin duda, todo este conjunto defensivo engaña a la vista. Así, de primeras, puede parecer no especialmente grande. Vale, no estamos ante una alhambra, pero da muchísimo de sí y un paseo por sus instalaciones así lo corrobora.
Puerta de Sevilla. Intervallum. El edificio de la izquierda es la oficina de turismo y también punto de acceso al Alcázar de Puerta de Sevilla.
Puerta de Sevilla. Espacio conocido como "Terraza de los Anexos", donde podemos encontrar restos de la primitiva muralla prerromana con orígenes, nada menos, en el siglo VIII A. C.
Puerta de Sevilla. Alcázar. Sucesión de niveles y estructuras defensivas incluso sobre el intervallum. La zona del matacán y la buhedera...
Alcázar de la Puerta de Sevilla de Carmona. Un par de palomas tontean en sus espacios almenados...
Carmona. Plaza de Blas Infante, engalanada con una pequeña rotonda en la que aparece la mención al lucero. Y detrás, la iglesia de San Pedro. Las vistas que nos regala el alcázar, solo ellas, merecen la visita. Desde este punto se observa mucho mejor, y en todo su esplendor, "la giraldilla". El templo de San Pedro en sí nació en el siglo XV, pero sufrió muchas remodelaciones y ampliaciones con posterioridad. Los daños sufridos tras el terremoto de 1755, que aquí se dejó notar mucha, obligaron a la construcción de nuevo campanario para el que Andrés Acevedo se inspiró en la citada Giralda de Sevilla.
Alcázar de la Puerta de Sevilla. Torre del Homenaje. Y a sus pies, nótense unos sillares de piedra de gran tamaño que son el vestigio del podium de un templo romano que aquí existío y que después, al menos parcialmente, dio paso a un aljibe en época musulmana. A este espacio entre la torre del Homenaje, la Torre del Oro y el edificio que alberga los Salones de los Presos (alto y bajo) se le llama precisamente Patio de los Aljibes.
Alcázar de la Puerta de Sevilla. El podium romano del Patio de los Aljibes. Al fondo, aunque no se aprecia bien, la Torre del Oro. A la derecha quedan los Salones de los Presos, alto y bajo, lugar de residencia y presidio según épocas y momentos.
Patio de los Aljibes.
Vistas sobre el casco urbano de Carmona.
Alcázar de la Puerta de Sevilla. Vista de la Torre del Homenaje a través de una puerta que presenta un recurso ornamental lobulado muy típico en el arte musulmán y que aquí permite el acceso al Salón de los Presos inferior. Esta zona, restaurada en los años 70 del siglo XX, acoge un pequeño espacio musealizado sobre la ciudad y sus orígenes (está en la planta de arriba) y también otro para presentaciones y demás actos.
Viejo pendón con el lucero que representa a Carmona, del siglo XV nada menos y visible en el Salón de los Presos alto.
Diferentes restos cerámicos encontrados en el alcázar y expuestos en el Salón de los Presos Alto.
Carmona. Alcázar de Puerta de Sevilla. Una vista desde el acceso a la Torre del Oro sobre el Patio de los Aljibes, la Torre del Homenaje, "la giraldilla" de San Pedro y parte del entramado urbano extramuros junto al Paseo del Estatuto.
Asentada sobre ocho arcos, hermosa cúpula elaborada en ladrillo y de origen musulmán que se encuentra en el Salón de la Torre del Oro. Digna de contemplar en directo. Es un espacio del alcázar que transmite "en vivo".
Carmona. Vistas desde la terraza de la Torre del Oro, posiblemente el mejor mirador panorámico de toda la población. Aquí vemos el entramado urbano, y restos de su muralla, que se extienden hacia la zona de las calles Barbacana Alta y Barbacana Baja y la calle Torre del Oro. Las rúas son difíciles de distinguir en un enmarañado y aparentemente caótico despliegue de construcciones de hechuras más o menos comunes. El hispanista británico Richard Ford, tras una visita a la ciudad en su periplo por la zona mediado el siglo XIX, definió a Carmona como "la ciudad limpia y blanca".
Carmona. La ciudad intramuros, presidida por la torre de la iglesia de San Bartolomé, gótico-mudéjar del siglo XV muy "tocado" durante ampliaciones y mejores en el siglo XVIII. Al fondo puede intuirse algo del Alcázar del Rey don Pedro, actual parador de turismo.
Los campos de La Vega, contemplados desde la Torre del Oro. Las almenas corona el edificio de los Salones de los Presos.
Carmona. Atravesamos por fin la Puerta de Sevilla. Plaza del Palenque, punto de distribucción de calles para acceder al casco urbano intramuros. Detrás, esbeltísima, la torre de San Bartolomé.
Plaza del Palenque, otra perspectiva en esta ocasión de las aberturas "modernas" que permiten acceder al casco urbano en la zona del alcázar.
Caminamos por la calle Prim (que recibe su nombre de uno de los políticos más ávidos de reformas que ha tenido España, militar en origen y que era natural de la localidad catalana de Reus), acaso la principal vía que conecta la Puerta de Sevilla con la plaza "vieja" de Carmona. Lateral de una iglesia de San Bartolomé que, entre el toldo que mitiga la acción del sol y la estrechez de la rúa, pasa bastante desapercibida a estas alturas...
Callejuela del Baño, que nace en la calle Prim y presenta ese trabajado acceso en forja como puerta.
Calle Prim. Terrazas. Estamos cerca de la plaza de San Fernando, la "plaza vieja" de Carmona.
Carmona. Calle Prim. Vivienda, con ese típico espacio cual descansillo que se anticipa al acceso a la vivienda en sí.
Carmona. Plaza de San Fernando. El edificio en cuyos bajos se encuentra el Bar Goya (que dicen que es el más antiguo de la localidad) no nos resultará indiferente a la vista por sus arcadas y sus azulejerías: una vieja casa mudéjar del siglo XVI a la que los añadidos y los arreglos no le han venido mal ni restado encanto. La conocen, sí, como la Casa de los Azulejos.
La Plaza de San Fernando. Al corazón de la "ciudad intramuros" también le conocen los locales como "Plaza de Arriba" para diferenciarla del Paseo del Estatuto que, en la zona nueva, también congrega a su alrededor mucha vida. Un espacio urbano céntrico, en todo caso, desde tiempos remotos. En su sustrato se asentaría el viejo foro romano y en algunas de sus viviendas circundantes acaecen apariciones, hallazgos y revelaciones de índole imperial: nada como un buen capitel corintio de mármol como un mueble más del hogar...
Construcciones de carácter historicista en la hermosa plaza de San Fernando de Carmona.
La atractiva cúpula de la iglesia de El Salvador emerge sobre los tejados y se percibe así desde la plaza de San Fernando. A la derecha, las instalaciones del viejo ayuntamiento de Carmona.
Viviendas de fachadas variadas en la plaza de San Fernando.
El antiguo ayuntamiento, antes colegio gestionado por los Jesuitas y con usos "concejiles" desde mediado del siglo XIX. Se encuentra en la calle El Salvador.
Plaza de San Fernando. Rincones. En esa zona se han encontrado indicios de que aquí se extendió en antiguo foro romano de Cardo.
Plaza de San Fernando. En el arranque de la calle Martín López, esta vieja columna se integra en la esquina de una vivienda. En plan guardacantón, casi.
Calle Martín López. Al fondo, una de las torres de la iglesia Prioral de Santa María de la Asunción.
Calle Martín López. Llamativa vivienda de grandes dimensiones y engalanada presencia.
Calle Martín López. Flores de lis y otros elementos ornamentales, en la fachada de la vivienda antes señalada.
Calle Martín López. Arco que comunica con la travesía Quintanilla. Abundan las conexiones de esta naturaleza en el casco viejo de Carmona...
Calle Martín López. Fachada tradicional.
Calle Martín López.
Calle Martín López. El campanario de Santa María, que es la iglesia principal de Carmona y la morada de su patrona Virgen de Gracia. La iglesia se levantó sobre una antigua mezquita, tónica habitual en muchos lares y especialmente en estos sevillanos, entre 1424 y 1518. Casi un siglo.
Casa Palacio de los Aguilar, frente a la iglesia de Santa María y junto a la plaza Marqués de las Torres. Vivienda de finales del siglo XVII que llegó a acoger la Casa Consistorial de Carmona durante algún tiempo.
Plaza Marqués de las Torres. Detrás, el monumental conjunto del Convento de las Descalzas, del que leemos que nació allá por el siglo XVII sin el visto bueno de las autoridades. Bonito espacio urbano de Carmona.
Escultura urbana dedicada a Santa Ángela de la Cruz, una santa sevillana.
Esencias de otros tiempos en Carmona. Calle Fermín Molpeceres.
Vetusta vivienda de sugerentes y céntricos entornos.
Al final de esta empedrada y estrecha calle, en la llamada plaza de las Descalzas, la Casa de la Cultura de Carmona.
Carmona. Calle Julio César.
Carmona. Un aviso. Y en ese orden. Tonterías las justas.
Mamposteria como recurso y hasta como adorno en uno de los flancos del enorme convento de las Descalzas: sobre mapa es el edificio religioso con más superfice de la población. Calle de las Descalzas.
Plaza Lasso. Vivienda que llama nuestra atención por el color de su fachada, ubicada en el arranque de la de la calle Cruz de Santa María.
Plaza Lasso. Casa de Lasso, palacio renacentista del siglo XVI y actualmente sede del hotel Casa de Carmona.
Casa de Lasso. Detalle heráldico de su fachada.
Lateral de un edificio contemplado desde la ajardinada (y a la vez aparcamiento para los clientes del hotel) plaza de Lasso.
Carmona. Calle Juan de Ortega.
Carmona. Callejón de las Abejas.
Hogar Escolar Juan de Ávila, ubicado en la antigua Casa Palacio del Barón de Gracia Real.
Carmona. Calle Descalzas.
Carmona. Nacimiento de la calle Argallón con un curioso recurso constructivo en la esquina de este palacete.
Estamos antes el Alcázar de la Reina, otro establecimiento hostelero de Carmona que está ubicado en un palacete mudéjar que creció junto a la vieja muralla. Muralla, o lienzo, que esconde en parte de sus entrañas.
Barrancos y depresiones moldeadas por el barranco del Argoyón. Mirador frente al establecimiento hostelero antes citado.
Convento de Santa Clara. Uno de los lugares más célebres de Carmona, no ya por la clausura de sus inquilinas clarisas franciscanas o sus afamados dulces, sino por su fundación mediados el siglo XV. Sus instalaciones, enormes y que se inspiran en estilos diversos dada la disparidad de épocas de sus construcciones, pugnan en tamaño con el convento de las Descalzas.
Curiosos relieves ornamentales en una vivienda frente al Convento de Santa Clara. Calle Santa María de Gracia.
Hospital de la Caridad, menos conocido como Hospital de la Misericordia y la Caridad. Ubicado junto al Convento de Santa Clara, también en la calle Santa María de Gracia. La institución nación a comienzos del siglo XVI por mediación de la Duquesa de Arcos y una centuria más tardes se fusionaría con otra institución semejante que ejercía en la zona del arrabal de San Pedro.
Casa Hermandad de la Columna. Ubicada en la callejuela de la Duquesa, calle que recibe su nombre de quien propuso su creación.
Callejuela de la Duquesa. Agradable tramo de Carmona muy peculiar.
Plaza de Santiago. Y detrás, la iglesia de Santiago, de la que se sospecha que bajo la dominación musulmana ejerció (no este edificio, sino otro preexistente) de mezquita. Este templo, como tal, nació en el siglo XIV. Pero el campanario, como otros de la zona, nos confiesa gustos más propios del siglo XVIII. Ya se sabe: las iglesias mutan como mutan los tiempos.
Iglesia de Santiago. Ábside. Exterior.
Carmona. Calle Calatrava. Viviendas.
Carmona. Confluencia de las actuales calles Calatrava y Dolores.
Carmona. Calle Quintanilla. Nos acercamos a la monumental Puerta de Córdoba.
Carmona. Pequeño rellano en la calle Quintanilla.
Carmona. Trabajos de forja de tímida inspiración católica en la calle Quintanilla.
Puerta de Córdoba. Vertiente intramuros. Uno de los cuatro históricos accesos a la ciudad de Carmona. Éste, no obstante, ha sufrido muchas modificaciones.
Los campos cercanos a Carmona. Zonas expuestas al sol.
Puerta de Córdoba. Este acceso al interior de la ciudad desde la ruta que se dirige a la capital cordobesa fue otra de las cuatro puertas con las que contó la Carmona romana. Estéticamente, claro, es innegable la aportación neoclásica del arquitecto local José de Echamorro, firmante de una evolución sobre las viejas hechuras romanas y los desperfectos ocasionados por el paso del tiempo y los efectos de un par de terremotos.
Puerta de Córdoba. En un espolón cercano a este acceso a Carmona existió otro alcázar, el de la Reina, que fue destruido durante refriegas bélicas de la época medieval.
Calle Calatrava. Deshacemos lo andado durante un tramo para poner rumbo hacia nuestro kilómetro 0.
Carmona. Calle San Marcos.
Carmona. En la irregular plaza Facúndez nos encontramos este edificio. Observen las ventanas de la segunda planta.
Carmona. Acceso tradicional a una gran casa ubicada enfrente de los juzgados, en la calle María. Andamos en los entornos de la plaza de San José.
Carmona. Juzgados. Edificio de aires cuartelarios de un par de siglos atrás.
Calle San Ildefonso, al poco de nacer en la plaza de San José...
Calle San Ildefondo. Lateral del Museo de la Ciudad del que veremos algún detalle más a continuación...
Museo de la Ciudad, ubicado en la conocida como Casa del Marqués de las Torres. Se trata de un palacio del siglo XVI, remodelado un par de centurias más adelante, ubicado en la calle San Ildefonso. Recoge una completa cantidad de elementos, documentos y demás sobre la densa historia de Carmona. Con permiso del conocido como Museo de la Necrópolis, de ubicación "evidente", es el gran espacio de muestras de la ciudad y en su interior acoge piezas no sólo de época romana, sino también musulmana y medieval.
Palacio de los Rueda, en la calle Carlota Quintanilla que conecta las calles Martín López y San Ildefonso. Corazón monumental de Carmona en cuanto a templos y palacios: todo este área es una sucesión. O casi. Hay que señalar que durante nuestro periplo propuesto por Carmona ya pasamos por este punto de camino al Convento de las Descalzas y la plazuela del Marqués de las Torres.
Volvemos a pasar junto a la iglesia de Santa María de la Asunción, cuyo interior (en este momento de la visita cerrado) dicen que es de gran belleza. "Parroquia mayor con ínfulas de catedral", proclama la guía Andalucía, paraíso del duende (editorial Límite de Comunicación) en su acercamiento a Carmona (página 280).
Otra imagen, "perspectiva calle San Ildefonso", la iglesia de Santa María de la Asunción, cuyo interior (en este momento de la visita cerrado) dicen que es de gran belleza.
Santa María de la Asunción. Gárgolas y arbotantes.
En la plaza de Cristo Rey, iglesia del Salvador o del Divino Salvador, que aquí vemos desde la perspectiva de su inacabada torre noroeste.
Carmona, fachada revisionista en términos neoclásicos en la calle José Ramón Oya.
Carmona. Pequeñas arcadas en el arranque de la calle Siete Revueltas junto a la calle Domínguez de la Haza. Curiosa callejuela ésta.
Vídeo sobre el trazado de la calle Siete Revueltas de Carmona.
Carmona. Reviradas Siete Revueltas para ponerle a este post punto y final... de momento.
[septiembre de 2015]