Tapia de Casariego, para muchos a la hora de hablar simplemente Tapia, población de vocación marinera del occidente asturiano que como concejo nació a mediados del siglo XIX a partir de varias entidades de población que se segregaron de los concejos vecinos de El Franco y Castropol y que fueron guiados en la creación de una nueva entidad poblacional por el Marqués de Casariego, nativo de la villa y del que toma "su apellido". Esta villa cantábrica es considerada una de las mecas del surf del Norte y puede presumir de conexiones profundas e intensas en la historia de este deporte con algunos pioneros. Según Manolo Panea, autor del documental De olas, tablas y surferos: "Tapia fue la meca del surf en Asturias gracias a los australianos Gulley". Más allá de estas conexiones deportivas, lo cierto es que las particularidades de Tapia y su estético puerto siempre la suelen incluir en los recurrentes listados (contenidos de la prensa moderna, de origen anglosajón, pensados más para el pinchazo que para la reflexión) sobre los pueblos marineros que hay que visitar bien en Asturias bien en el norte. Más allá del surf, la pesca o incluso la actividad conservera, desde el mundo de la agricultura han llegado malas noticias en los últimos tiempos por culpa de la prohibición vigente en todo el concejo de cultivar patatas ante una plaga de origen guatemalteco. [Mapas VíaMichelin]
Tapia de Casariego. Escudo de la Villa, fotografiado en un elemento del mobiliario urbano. Aquí, en el enlace adjunto, un siempre útil callejero turístico.
Tapia de Casariego. Playa de los Campos, también conocida como del Anguileiro o incluso Playa Grande. Tapia es, sin duda, una de las poblaciones con más gancho del verano asturiano dada su variedad de oferta de baño, con una zona de playas, algunas pintorescas, tanto urbana como fuera del casco urbano, y hasta piscinas de agua de mar. La concurrencia nunca llega a ser agobiante y existe una consolidada colonia de habituales y casi residentes.
Chalet integrante de la urbanización Entreplayas con una privilegiada ubicación: sobre una suerte de promontorio con perspectiva de cabo. El acantilado vecino y la pendiente del terreno circundante no invitan a echar un partido de fútbol en ese césped...
Playa de los Campos y urbanización Entreplayas...
Una serie de pequeñas playas encajonadas entre pequeños acantilados se suceden entre la Playa de Campos y el casco urbano y los muelles. Playa del Murallón.
Esta pequeña bahía, vista desde los ajardinados paseos que conectan las diferentes playas y juguetean con una sinuosa orografía. Al fondo, la playa de Campos. A la izquierda se aprecia la playa del Murallón.
Unos veraneantes toman el sol en unas rocas accesibles por una escalera. Y al fondo, hermoso en calma, un Cantábrico que por estos pagos, a estas horas y con estas luces, cobra hermosos tonos turquesas.
Monumento memorial a Peter Gulley, un australiano que mantuvo un idilio con Tapia de Casariego y que falleció en 1991. Peter y su hermano Robert se enamoraron de las condiciones de Tapia para la práctica del surf y contribuyeron a potenciar su renombre a nivel internacional. Durante un viaje bohemio que afrontaron, buscando playas, improvisando olas, cuando tenían 18 y 17 años, dieron con las de Tapia. Se quedaron cuatro meses de aquel lejano 1968. Y sembraron una tremenda semilla de afición. Recordaban en las páginas de La Nueva España: «Mi hermano y yo subíamos al norte desde la costa de Portugal y, al pasar por delante de la playa de Tapia, vimos unas olas muy guapas y decidimos parar a surfear». Cuenta Robert Gulley que los chavales de la zona se quedaron «alucinados con las tablas y se las prestamos para que ellos probaran». «Las olas de Tapia son intensas, consistentes... un paraíso», añadía. En 2008 su figura fue homenajeada. Escribe Miguel Cancio: "En Tapia de Casariego, gracias a los Australianos de Tapia, todo el mundo acabo hablando su inglistapiegoespañol: Que pasa contigo, hombre; tu tomar conmigo uas cervezas, hombre. Eso sí, enseguida dominaron los tacos de la zona pero con su estilo. En las verbenas y los guateques, en la sala de fiestas El Edén, pues, en esa época no había pubs ni discotecas, ni movida (nin falta que facía), volvían locas a las chicas, no se podía ir a las verbenas y bailes con ellos, pues, se las llevaban de calle".
El Cantábrico y la urbanización Entreplayas, contemplados desde el generoso paseo/parque marítimo existente en esta zona de Tapia de Casariego. Una zona muy recomendable para el paseo, pese a que los trazados se adaptan a una orografía algo quebrada, si bien domesticada a través de espacios tapizados con césped y diversas especies de matorral.
En primera línea. Urbanizaciones con vistas al Cantábrico. En Tapia, según nos comentaron en la población, tienen su segunda residencia para fastos, escapadas y vacaciones muchos ovetenses y muchos vascos. Lo ignoramos. Simplemente reflejamos aquel aporte local.
Reloj de Sol. Otro de los ornamentos del Paseo Marítimo en su discurrir hacia la calle Arquitecto Francisco.
Tapia de Casariego. Paseo Marítimo.
La representación del Sagrado Corazón de Jesús que corona, desde 1940, el punto más alto de la iglesia parroquial de San Esteban, emergiendo entre los tejados y fotografiado desde el Paseo Marítimo.
Tapia de Casariego. El Cantábrico. Y la playa de Reibidía, o San Blas.
Un grupo de veraneantes contemplas las aguas del Cantábrico desde el magnífico mirador que es la plaza del Humorista Tomás Niembro.
Ropa secándose al sol en grandes y artesanales tendederos. Contrastes en Tapia de Casariego, prácticamente al lado del paseo marítimo y de la zona de playas urbanas.
Tapia de Casariego. La llamada Piscina Marina. En agosto de 2010 fue inaugurada aprovechando una vieja cetárea, unos viveros marinos en desuso. Y desde entonces, mucho éxito. Es de acceso libre, el agua marina entra y sale con periodicidad y es una inquilina recurrente a las piscinas más recomendables de Asturias.
Rocas moldeadas por las aguas del Cantábrico en las cercanías de la Piscina Marina. La fisonomía de las costas fomenta la cría y existencia de especies varias de mariscos. Los furtivos del percebe también andan por estos pagos.
Caminamos por una calle Arquitecto Francisco que en cierta forma es la continuación natural del Paseo Marítimo en el recorrido que nos llevará hasta la Plaza del Mar. A nuestra izquierda, el Cantábrico. A nuestra derecha, diferentes edificaciones con detalles peculiares, dotados de cierta estética.
"En Memoria de los Hombres del Mar". Escultura urbana inaugurada en un espacio urbano de Tapia de Casariego conocido como Os Cañóis. El Mirador de Os Cañóis.
El Mirador de Os Cañóis, engalanado con diversos elementos ornamentales de inspiración marinera. Un ancla, por ejemplo. O esas dos vetustas balizas de gas, donadas por el Servicio de Puertos del Principado de Asturias.Os Cañóis tiene un origen militar, dado que se trataba de uno de los puntos de defensa del puerto de Tapia.
Grandes vistas desde el Mirador de Os Cañóis. Una pareja contempla, por ejemplo, el puerto, el barrio homónimo, la isla Faro de Tapia y los muelles del Rocín y de Fora.
Una gaviota protagoniza un curioso efecto óptico en esta imagen porque en su vuelo parece lanzarse a por uno de los chavales que juegan a lanzarse al agua desde el Muelle del Rocín.
Tapia de Casariego. El Muelle del Rocín. Y detrás, la isla Faro de Tapia, coronada con el faro respectivo, que por lo visto, ahí va el dato, es el más occidental de todos los asturianos.
La pintoresca calle La Guardia, la que baja hacia la plaza del Mar, es un tránsito curioso en vistas y en contextos.
Una niña contempla la isla Faro de Tapia y los barcos amarrados en el muelle desde un murete de piedra protector en la calle La Guardia.
Pintorescas edificaciones en la calle La Guardia.
Tapia de Casariego. Una gaviota, cual pararrayos.
Tapia de Casariego. El Puerto. Un espacio urbano singular y animado en torno al que se concentra una generosa porción de la industria hostelera local. Nada nuevo; siempre ha destacado por ser el motor de la vida social y económica de la población.
Tapia de Casariego. Efecto ojo de pez sobre el Puerto, antiguamente conocido como el Puerto de las Tapias. Su génesis obedece, cómo no, al apoyo incondicional del primer marqués de Casariego.
Escultura urbana "Homenaje a los hombres y mujeres de la Mar", ubicada en la plaza de la Mar. Una obra del escultor Roberto Cartategui que fue descubierta en julio de 1999.
Un barco pesquero fuera de la aguas.
Puerto de Tapia. Muchos negocios hosteleros en los entornos del muelle.
Tapia de Casariego. La otra vertiente, por la que caminamos antes viniendo desde la zona de Os Cañóis. La foto está tomada desde uno de los restaurantes existentes en el Muelle.
Monumento a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, ubicada en el Muelle. En la web del ayuntamiento tapiego se comenta: "Se inauguro el 16 de julio de 1992. Es obra de J. Trelles y G. Feal".
Travesía del Médico Enrique Álvarez.
Calle del Pozo.
Calle del Pozo.Ropajes secándose a la brisa marinera de un buen día estival.
La curiosa Ermita de San Blas, que le da nombre a todo un barrio tapiero y se encuentra entre las calles del Pozo y San Blas. Este templo, con raíces en el siglo XV, es de factura sencilla y modesta. Y su titular alimenta una de las fiestas locales, aunque la gran fiesta del concejo es estival: la vinculada a la Virgen del Carmen.
Contrastes en el casco urbano de Tapia de Casariego. Plaza de San Blas. Algunas calles de la población se han sometido a reordenaciones del tráfico para ajustarse a los nuevos tiempos.
Calle Santa Rosa. Desde una perspectiva aséptica no es el mejor nombre para un establecimiento hostelero... pero le viene al pelo a un enclave marinero toda vez que "tangarte" hace referencia a un utensilio empleado en las tareas marinas. Por cierto, un bar muy agradable y espacioso.
La Casa de la Cultura de Tapia de Casariego. Fue inaugurada en 2010, aunque llevaba funcionando desde 2009. A. M. Serrano escribía en La Nueva España: "La casa de cultura era uno de los proyectos más perseguidos de Tapia. El pasado verano, el gobierno decidió subir los impuestos para sanear las cuentas públicas y hacer frente al préstamo de 2,5 millones de euros que pidió el Ayuntamiento para financiar las obras de la casa de cultura, el polideportivo y el centro de apoyo diurno".
Detalle de las cornisas del Instituto Marqués de Casariego, en Tapia de Casariego, otro edificio de hechuras señoriales ubicado frente al ayuntamiento, en el otro extremo de la plaza.
Una gaviota se posa sobre la cabeza de la escultura de Fernando Casariego, una obra en bronce de Antonio Sordo que se remonta a 1929 y que honra a uno de los personajes más ilutres de la villa, todo un primer Marqués de Casariego y Vizconde de Tapia. Fernando Fernández-Casariego y Rodríguez-Trelles fue nombrado marqués por el monarca Amadeo I de la casa Saboya.
La neogótica iglesia de San Esteban y el ayuntamiento de Tapia, contemplados desde la plaza del Mercado o del Ayuntamiento. El de San Esteban es un templo de relativo nuevo cuño, levantado entre las postrimerías del siglo XIX y la primera mitad del XX. El consistorio, por su parte, procede de 1864 y fue proyectado por el arquitecto Juan María Yáñez Caballero Rodríguez-Trelles.
Tapia de Casariego. La plaza del Ayuntamiento, plaza de la Constitución, ante el Instituto Marqués de Casariego. En el centro, la escultura levantada en recuerdo a Fernando Casariego. Natural de Tapia, nació en la villa en 1794 y falleció en Madrid en 1874, le dio su apellido a la población por haber fundado el concejo y haber impulsado las obras del ayuntamiento, la plaza y un instituto. Un mecenas. Un benefactor. Un promotor. Son varios los ejemplos de este estilo existentes en el Cantábrico.
Una gaviota posa para la cámara apoyada sobre un muro lleno de pintadas en la plaza de la Constitución.
Crucero levantado ante la fachada de la iglesia de San Esteban. Estamos en el Camino de Santiago del Norte.
Un rincón de Tapia de Casariego: la calle Amor de Dios.
Tapia de Casariego. Una vivienda de grandes dimensiones y generosa parcela de terreno vallado de las que existen en los márgenes de la antigua travesía de la N-634 por la población, ostentadas hoy en día por las avenidas de Galicia y de Asturias.
[agosto de 2016]